1 de marzo de 2018

Luis V. Varela

Luis Vicente Varela
Luis V. Varela y la Puna de Atacama

Luis Vicente Varela, escritor, político y jurista argentino. Investigó sobre los temas limítrofes de Argentina y escribió varios artículos al respecto.

Sobre la cuestión de la Puna de Atacama, fueron recopilados en 1899 sus artículos publicados en el "Diario del Comercio" en un libro titulado "La Puna de Atacama, su situación ante la Conferencia Internacional de los delegados de las Repúblicas Argentina y  Chile"

En la primera parte que trata sobre el origen de la disputa sobre el territorio de Atacama (tanto el desierto como la puna) y quienes eran los propietarios de la región y como pasó a Bolivia.

Resulta interesante el dato que ministros argentinos pidieron a Bolívar la devolución de Tarija y Atacama y que "el Libertador" sólo accedió a devolver Tarija pues Atacama pertenecía a Potosí:

Transcribiré la parte correspondiente al origen:
"LA CUESTIÓN DE PROPIEDAD

La Puna de Atacama formó parte del te­rritorio de la República Argentina cuando Chile no pretendía siquiera derecho alguno sobre esos territorios.

Se parte de un error, tanto por escritores chilenos como por publicistas argentinos, cuando se cree que la propiedad de la Puna de Atacama, nace, para la República Argentina, del tratado de límites con Bolivia del 10 de Mayo de 1889.

Para demostrarlo, es indispensable hacer una breve reminicencia histórica, que, re­cordando ciertos hechos, venga á precisarla existencia de ciertos derechos.

La República de Bolivia no tenía exis­tencia autónoma, antes de la revolución de Mayo. Ella formaba parte del virreinato de la Plata, que, con el andar de los tiem­pos, sirvió de base á la fundación de diver­sas nacionalidades independientes.

Fué en la breve existencia del Gobierno Nacional de 1825, que el Congreso Argen­tino dictó la ley de 9 de Mayo de ese año, por la que, para dar territorios á la nueva Bolivia, separó del virreinato las cuatro pro­vincias del alto Perú: la Plata, Potosí, Cochabamba y la Paz.

Tarija, que había quedado incorporada al obispado de Salta por la cédula de 17 de Febrero de 1807, fué ocupada por Bolívar como parte del territorio Boliviano; siguien­do la misma suerte Atacama, que en 1816 se había incorporado á Salta por actos de las autoridades y pueblos de aquel cantón, como entonces se le llamaba, no obstante de que una cédula real lo hacia dependencia de la provincia de Potosí.

Organizadas las nuevas repúblicas en su existencia independiente, las Provincias Unidas del Río de la Plata, reclamaron, en 1825, del libertador Bolívar, á la sazón en Chuquisaca, la devolución de Tarija y de Atacama, encargando de esta misión á los generales D. Cárlos María de Alvear y D. Jo­sé Miguel Díaz-Velez. Chile no ignora esto.

Son conocidos los hechos que siguieron á esta misión. Bolívar reconoció la propiedad argentina sobre Tarija, pero negó la que el general Arenales, como gobernador de Sal­ta, se atribuía sobre Atacama, no solo por que esta formaba parte de la provincia dé Potosí sinó también porque, habiéndo reunido Atacama á las Provincias Unidas del Río de la Plata solo en virtud de un movimiento popular, tanto Bolívar como Sucre sostuvieron que «un cantón no tiene el de­recho de reunirse á la asociación que guste.»

Desde entonces hasta 1889, en que se ce­lebró el tratado definitivo con Bolivia, los gobiernos de esta República y la Argentina mantuvieron en pié sus cuestiones de fronteras.

Habiendo sido siempre fraternal la política internacional que nuestros gobiernos han seguido con sus vecinos, el tratado Quirno Costa-Vaca Guzman, fué solo una transac­ción, por la cual Boliviá cedía á la Argen­tina el distrito de Atacama, á trueque del distrito de Tarija que nos pertenecía y aque­lla retenía. En una palabra: en 1889 los gobiernos de las Repúblicas Argentina y Boliviana, daban la fuerza de un pacto internacional, al pensamiento que, en 1825, Bolívar y Sucre habían propuesto á Alvear, Diaz-Velez y Arenales.

En ninguna de esas épocas, ni ántes ni después de la independencia, Chile había alegado pretensiones á la propiedad de Atacama.

Por el contrario, en tanto que nosotros invocamos y fundamos nuestro derecho en títulos que tienen su origen desde hace más de 80 años atrás, Chile jamás ha pretendido, antes de su guerra con el Perú y Bolivia, derecho alguno sobre esos terri­torios."


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Saludos
Jonatan Saona

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