Hoy que el nombre de este ilustre personaje anda de boca en boca, porque simboliza las esperanzas del país, después de haber conseguido en favor de la liberación de Tacna y Arica lo que ninguno hasta ahora pudo obtener; cumplimos con un grato deber de justicia y de patriotismo, publicando su retrato, así como una breve síntesis de sus apuntes biográficos.
Nació la víspera del aniversario de la Patria, el 27 de Julio de 1851, en la heróica Arica, en ese privilegiado suelo en que vieron la luz peruanos dignos de la leyenda, y en que se yergue el histórico morro, como testigo eterno del heroismo de los defensores de la honra nacional.
Su padre el S. D. Guillermo Eugenio Billinghurst, de nacionalidad argentina, figura entre los defensores de su pueblo, como uno de los valientes qne se embarcaron en Montevideo y se dirigieron a la isla de Martin García, para redimir la patria esclavizada.
Su madre fué la Sra. Belisaria Angulo de Billinghurst, natural de Moquegua, perteneciente a una de las más antiguas y distinguidas familias de esa ciudad.
Su abuelo paterno, el Sr. D. Roberto Billinghurst, nacido en Inglaterra, desempeñó el cargo de Ayudante Mayor de Artillería en la época de la independencia de la República Argentina, á cuya causa prestó importantes servicios.
Recibió su primera educación en Valparaiso, y algunos años después se dirigió á Buenos Aires, con el propósito de perfeccionar sus estudios.
La catástrofe del 13 de Agosto de 1868, lo obligó á constituirse en Iquique para atender a su familia, que lloraba la muerte de su padre y la pérdida de su hogar y su fortuna.
Conságrase Billinghurst entonces a la vida del trabajo , sin descuidar el estudio profundo de la ciencia, hasta que en 1874, afiliado al caudillo demócrata D. Nicolas de Pierola, tomò parte activa en la expedición del "Talismán", sin remuneración alguna, y combatió en Torata y la cuesta de los Angeles hasta Arequipa. Llevó entonces el diario de la campaña.
De 1876 á 1877 desempeñó la Secretaría del H. Concejo Departamental de Iquique con inteligencia y acierto.
Volvió al mar agitado de la politica en 1877 para figurar entre los beneméritos combatientes de Pacocha, que supieron escribir con su sangre y su denuedo una de las páginas más gloriosas de la Historia del Perú, el 29 de Mayo de ese año, sosteniendo una lucha a bordo del legendario Huáscar con los buques de la marina inglesa Shah y Amathyst.
En 1878 fué Secretario del Concejo Provincial de Iquique, y publicó su manífica obra sobre "Legislación Municipal del Perú", que mereció el aplauso unánime de todas las Municipalidades
Creada la Provincia de Iquique, fué Billinghurst su primer representante, habiendo concurrido á las legislaturas de 1878 y 1879, en las que se dio a conocer como distinguido orador parlamentario con toda la fuerza de su talento y patriotismo. Combatió el cange de los billetes, que arruinó la fortuna privada, y el desgraciado estanco del salitre, que nos condujo a la guerra con Chile. Abogó ardientemente por la libertad de industria, y, verdadero amigo del pueblo, fué el amparo de los pobres y el protector de los pequeños industriales productores de salitre, impugnando el impuesto de tres soles por quintal con que se les quiso gravar, haciéndoles imposible le exportación.
Declarada la guerra por Chile, contribuyó eficazmente á la organización de las ambulancias en Iquique y prestó valiosos servicios en Arica.
En 1880 el Gobierno del Sr. Piérola le encomendó la delicadísima comisión de reconocer el «Río Desaguadero» y la Altiplanicie Andina, habiendo cumplido espléndidamente su cometido, en concepto de los hombres más competentes del Perú y Bolivia.
Nombrado Jefe Estado Mayor del Ejército del Norte, consiguió organizarlo con admirable éxito; en la batalla de San Juan, fué el alma de la resistencia heróica que allí se hizo, mereciendo la admiración y aplauso de propios extraños.
De regreso en Iquique y hecho cargo de la administración general de los ferrocarriles de propiedad del Sr. D. Juan M. Montero, más de 80 familias peruanas sumidas en la miseria , encontraron ocupación y recursos , y pan y abrigo, merced á la diligencia y apoyo de Billinghurst, contra el torrente chileno.
Hasta 1886 se consagró exclusivamente al trabajo, logrando formar una cuantiosa fortuna sobre la suya propia. Acepta, no obstante, sin goce alguno de sueldo el Consulado General del Perú en Iquique, con el noble propósito de servir generosamente los intereses de su pais y de sus compatriotas. Inicia la reclamación de que, parte de la provincia de Tarata se encontraba sin titulo ni razón alguna bajo el dominio de Chile, en un luminoso oficio, cuyo texto reprodujo literalmente nuestra Cancillería, como su mejor elogio.
Formó en seguida el registro de todos los peruanos residentes en el territorio anexado, salvando las más sérias dificultades. Trabajó incesantemente y al fin obtuvo que se diera una ley, comprendiendo en dicha inscripción á los hijos de peruanos recién nacidos durante la ocupación chilena, respecto a los cuales el Tratado de Ancón guardaba absoluto silencio . Así pudieron inscribirse, además de los 11,179 ya considerados, cerca de 3,000 tarapaqueños que antes no pudieron asegurar su nacionalidad de peruanos.
Durante el ejercicio del Consulado , funda y reglamenta en Iquique la Sociedad Peruana de Beneficencia, que lo eligió su Presidente en reiteradas ocasiones; despierta el espiritu de confraternidad, mantiene en toda su pureza el amor á la Patria, prepara la organización de la biblioteca de la Escuela, abre el campo para el trabajo y el ahorro, hace cierta la mútua protección, y constituye, en fin, un centro de pátriótica propaganda, en el que, al calor de los más nobles sentimientos, se recorre la hermosa senda de la ilustración y la caridad.
También en esa época , obedeciendo solo á su inspiración patriótica, recoje solícito los abandonados restos de Jorje Velarde, adalid del «Huáscar», y del inolvidable Espinar, héroe de San Francisco , y los deposita en el mausoleo de sus padres, hasta que fueran devueltos al seno de la Patria.
Entre los hombres públicos de la última transformación política, el más simpático fué indudablemente Billinghurst. Èl fué el nervio de esa evolución patriótica, que nos ha traído una paz estable y bienhechora, á la sumbra del orden y la ley.
En 1895 fué elegido 1.er Vice-Presidente de la República, á la vez que Senador por la provincia litoral de Moquegua, y en la legislatura de 1896 presidió con inteligencia, sagacidad y tino, las sesiones de aquella respetable Cámara.
Presentó varios proyectos de altísima importancia y de actualidad, y concibió é inició la hermosa reedificación del Senado, que hoy es una realidad, merced al constante esfuerzo y vigilancia personal del Jefe del Estado.
A él se le debe la reconstrucción del ferrocarril de Moquegua, venciendo graves dificultades; y él fué quien prometió a los hijos de Tacna y Arica, en nombre propio y en el de S. E. el Señor de Piérola, con motivo de la gran ovación de que fué objeto el 1.º de Enero de 1890, que se cumpliría extrictamente el Tratado de Ancón, y que antes mutilaría sus manos, que consentir su desmembración del territorio peruano.
Ha publicado 14 obras de reconocida importancia, apreciadas más especialmente en el extranjero; es miembro de varias sociedades científicas de Europa, y conserva inéditas cinco producciones de altísimo mérito, que coronan su merecida reputación de gran estadista y escritor correcto y concienzudo.
Su último triunfo como diplomático, confirma una vez por todas su bien sentado prestigio de inteligencia, ilustración y patriotismo, y le ha conquistado el cariño y la gratitud de los hombres de bien, de un ámbito á otro de la República.
Hoy el Perú cifra en él sus más bellas esperanzas.
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"Lima", revista de ciencias, literatura y comercio. Lima, 1 de junio de 1898.
Saludos
Jonatan Saona
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