17 de febrero de 2017

Proclama de emigrados


Proclama de los Emigrados Bolivianos Salidos del Litoral

¡A BOLIVIA! ¡A LA AMÉRICA!

Chile, que siempre se ha distinguido por la deslealtad, codicia y doblez en sus gestiones de política externa, acaba de sellar para siempre en su historia una página mas de ignominia,

Sin previa declaratoria de guerra, sin causal justificable, sin intimación ni trámite alguno, que aun observan los pueblos mas salvajes del mundo, ha invadido a mano armada nuestro litoral con felonía i escándalo en pleno siglo XIX...

Tenéis clavada la bandera que simboliza el robo, en ese suelo inviolable que nos legaron nuestros antepasados.

La fuerza bárbara y despótica, el escamoteo criminal, las exacciones y violencias, todo lo mas ruin, bajo y soez de Chile devora al pueblo de Antofagasta, al asiento minero de Caracoles, al hermoso puerto de Mejillones, a nuestra patria en el Pacífico.

¿Lo consentiréis?

Se ha usurpado el territorio boliviano. Este crimen requiere castigo.

Las víctimas indefensas: tres en Carmen Alto, una en Salar del Carmen, multitud de otras; i mas que toda la sangre del desgraciado boliviano Antiquera i de su mujer vilmente asesinados, a quienes secretamente se enterró a la, madrugada del 16, día posterior a aquel en que tuvo lugar ese acto de inhumanidad y filibusterismo; repetimos, todos estos hechos reclaman expiación. 
Ahí tenéis a los delincuentes fugados de las galeras de Chile, a esos mismos que así fueron llamados por Blest Gama y Vicuña Mackenna en el Parlamento y otros actos oficiales, administrando la justicia de los cordeles y de la sotana en nuestra patria, donde solamente se conoce el imperio majestuoso de la ley, donde nunca ha habido otra norma de conducta que la del respeto a las garantías individuales.

Está profanada la tierra que nos legó el coloso americano. Disfrazados bandoleros la han invadido.

¿Quedará sin castigo esta afrenta que Chile irroga al nombre boliviano?

¡No! Se ha arrojado la bomba del incendio y la devastación. ¡Alerta! No hay por qué perder el tiempo. ¡A la guerra! ¡A la guerra! No solamente se asestó el bofetón en nuestra frente, sino que también toca a la parte más noble del medio continente. Queda roto para Chile, pueblo que nada acata, que conculca siempre sus promesas y juramentos, queda roto ese solemne pacto de la Unión Americana en el que prometió unión, buena fe, americanismo y respeto a la propiedad territorial de las repúblicas circunvecinas.

¡Americanos! Se os conmina, se os escupe en la cara, se os insulta reduciendo a pedazos el documento continental que se juró guardar y reconocer hasta la muerte.

¡Unión, repúblicas aliadas, para lavar con sangre ese baldón!

Chile no es país guerrero, es pirata. Eso que llaman su política no es otra cosa que tela de absorción y de perfidia. Quiere dominar por medio de la hipocresía. No lo conseguirá. Primero ha de desaparecer. Chile es una penumbra lóbrega y funesta en medio de la clara luz del progreso americano.

¡A la guerra! ¡A la guerra!

¡Noble pueblo del Perú! Se mina y amenaza vuestra independencia en el Pacífico.

El ataque a cualquiera de las secciones del continente por medio de la fuerza bruta, es una conminatoria a la América entera, es crimen de lesa civilización.

Aun la guerra civil, que siempre ha devorado a vosotros, hermanos del Perú, fue promovida por el mismo Gabinete de La Moneda.

La cuestión actual no es de derecho privado ni de interés nacional, sino de orden y de trascendencia continentales, y tocan muy de cerca a la política, propiedad y civilización de la América entera, con quien nuestra causa es solidaria.

¡A la guerra!¡A la guerra!

A bordo del vapor Amazonas, en las aguas de Tocopilla.

Febrero 17 de 1879.

Miguel Eguivar, Rafael Montero, Eliodoro Mier, J. María Zambrano, Toribio Gutiérrez, Rodolfo S. Galvarro, Apolinar Aramayo, Zenón Matos, Romualdo de la Peña, P. C, Michel, José G. Infantes, Jorge Pol, Antonio Rodríguez, Ignacio Pedraza, Benito M. Anze, Alfredo N. Alcérreca, Moisés Velasco, Celedonio Carrillo Valdiviezo, José Santos Gandarillas, Feliciano Arcénega, Evaristo Zambrana, Severo Paz, Trinidad Fajardo, Anacleto Rivera, Eduardo Najera.

Emigrados bolivianos salidos del Litoral.


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Facsímil de "El Comercio" de La Paz, viernes 28 de febrero de 1879.

Saludos
Jonatan Saona

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