15 de abril de 2012

Carta de Onofre Pérez

Comandante y oficiales de la corbeta "Magallanes", al arribo a Antofagasta, en 1879, después del combate de Chipana. De der. a izq. 1. teniente 2° Ramón Serrano M; 2, teniente 1° Javier Barahona C; 3. comandante, capitán de fragata Juan J. Latorre; 4. teniente 1° Zenobio Molina; 5, guardiamarina Ricardo Borcosque; 6, contador  Emilio Lorca; 7, ingeniero 2°, José S. Coro; 8- segunda fila,  y siguiendo el orden hacia la boca del cañón - guardiamarina, Recaredo Amengual; 9, subteniente de Artillería de Marina y cmdte de la guarnición, Luis A. Díaz; 10, ingeniero 3°, Manuel J. Muñoz; 13. guardiamarina Onofre Pérez; y 14, Luis Víctor Contreras, guardiamarina

Carta de Onofre Pérez al corresponsal Caviedes de El Mercurio


Señor corresponsal del Mercurio don Eloy T. Caviedez:
Voy a hacerle a la ligera la relación que me pide sobre el combate que tuvo lugar el 12 del actual en la ribera norte del río Loa entre las corbetas Unión y Pilcomayo y la Magallanes.

Como a las 10.30 A. M. avistamos dos humos por la amura de estribor y nos acercamos para reconocerlos. Una vez cerca de ellos nos pareció ser la Esmeralda la que venía adelante y la otra una de las corbetas; pero pocos momentos después conocimos ser los dos buques peruanos ya nombrados. Inmediatamente pusimos la caña a babor y se tocó zafarrancho, pero ya todo el mundo estaba en su puesto. Se cargó los cañones y quedó todo listo para entrar en combate. En este momento se encontraba la Pilcomayo y la Unión haciendo señales para tomar sus posiciones de combate; su situación era por la aleta de nosotros.

A las 11.45 la Unión enarboló su pabellón afianzándolo con un cañonazo, y lo mismo hizo la Pilcomayo; mas nosotros permanecimos impasibles activando los fuegos para seguir nuestro derrotero. A los nueve cañonazos que hubo disparado la Unión, el comandante ordenó izar el tricolor afianzándolo con un tiro con el cañón de a 115. Eran las doce del día. Se nos dio la distancia y principió el cañoneo, asegurándole de mi parte que todos los tiros lanzados por nosotros han sido muy certeros, a la par que los de la Unión muy cortos pero con buena dirección.

La Pilcomayo, que tenía orden de la Unión para hacernos fuego por el costado de estribor, no nos daba alcance, pero se atravesaba para lanzarnos sus disparos. Un casco de granada de los de la Pilcomayo vino de rebote y nos dio en la aleta de babor. Ancho 15 centímetros, largo 40 y profundidad 5.

Le diré que todos nuestros disparos se dirigieron solamente a la Unión, la que por cada tiro de nosotros ella contestaba con tres. Las averías que creo hayan tenido deben ser de consideración, pues no se comprende cómo dos buenos buques andadores hayan emprendido la fuga sin habernos seguido.

Se observó que durante el cañoneo de ambos buques, la Unión ya no disparaba con sus siete cañones sino con dos y a más que eran muy tardíos.

Cuando se vio un gran escape de vapor, ella viró para tierra y nos presentó el costado de babor, que presumo sea el que tendrá bueno y sin disparar un solo tiro mientras que nosotros seguimos dándole balas mientras ella corría al sur a juntarse a la Pilcomayo.
La menor distancia ha sido de 2.300 metros y la mayor a 4.200.

Es lo que por ahora puedo relatarle de nuestro feliz combate en Chipana.
De usted.-
ONOFRE PÉREZ G.

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Saludos
Jonatan Saona

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