(1858)
A los 20 años de edad, José Miguel Medina se alistó en el Ejército de Santa Cruz y se dirigió a Colombia, participando en todas las acciones de armas, distinguiéndose en la Batalla de Pichincha, donde conquistó la clase de Alférez de Caballería.
De vuelta al Perú sigue trabajando por la emancipación nacional; se destaca en la Campaña de Intermedios y sostiene valeroso combate con el Ejército Español de Rodil. Participa en el Gobierno del General Salaverry en 1836, y a la caída de este caudillo estuvo en peligro de seguir la misma suerte que los de más militares. Empero, Santa Cruz, que no había olvidado el comportamiento de Medina en la Batalla de Pichincha, le conmuta la pena de muerte por la de destierro.
A los pocos años vuelve al Perú y después de la Batalla de Ancash es nombrado Prefecto de Puno, cargo que ejerció durante la Campaña de Bolivia y que abandonó al producirse el desastre de Ingavi.
A órdenes del Mariscal Castilla, combate al Directorio del General Vivanco, organizando el ejército en Ayacucho y es elegido Senador por este departamento en 1845. Consejero de Estado, como Presidente de este Cuerpo queda a cargo del Poder Ejecutivo el 17 de Julio de 1854, cuando el General Echenique, Presidente de la República, sale a combatir la revolución encabezada por Castilla.
Nuevamente incorporado al Senado en 1858, es elegido como su Presidente ese mismo año. Concurre al Combate del 2 de Mayo, ya con la clase de General de Brigada y ejerciendo la Jefatura de Estado Mayor del Ejército. Su actuación en esta gloriosa acción de armas que consolidó la Independencia de América, es sobresaliente. En el Gobierno de don Manuel Pardo, desempeña la Presidencia del Consejo de Ministros y la Cartera de Guerra.
Conociendo el General Medina que Chile iba a construir dos buques blindados, logra en su condición de Ministro de Guerra, que el Congreso acuerde una partida de cuatro millones de soles para la construcción de dos naves blindadas. Dificultades económicas impidieron que se llevara a cabo el patriótico proyecto del General Medina y los hechos posteriores confirmaron la visión y el patriotismo de Medina, que dedicó al servicio de la Patria su fecunda vida. Por eso al desaparecer el 2 de Julio de 1884, se consideró su muerte como una pérdida nacional.
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"Presidentes del Senado, Comisiones directivas y señores senadores 1829-1960". Lima, 1961.
Saludos
Jonatan Saona

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