15 de diciembre de 2018

Pedro del Solar

Pedro Alejandrino del Solar
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 23 de julio de 1887)

Tenemos la satisfacción de ofrecer hoy á nuestros abonados el retrato del Excmo. Sr. Doctor Don Pedro Alejandrino del Solar, actual Ministro de Gobierno, y Presidente del Consejo de Ministros, cuyos honrosos antecedentes é ilustración reconocida le han hecho digno del elevado puesto que hoy ocupa en el Gobierno Constitucional de la República.

Pedro Alejandrino del Solar 

Hizo sus estudios preparatorios en el antiguo Colegio de San Fernando, bajo la dirección del Dr. Heredia; y pasó al de San Carlos, siendo Rector el sabio Dr. D. Bartolomé Herrera, de imperecedera memoria.

Solar desempeñó allí sucesivamente los cargos de Inspector, Secretario, Profesor de Filosofía, de Astronomía y de Vice- Rector del Colegio, recibiendo después los grados de Bachiller, Licenciado y Doctor en Sagrados Cánones y en la Facultad de Ciencias.

Nació en la ciudad de Lima, el 26 de Noviembre de 1829.

En 1855 fué nombrado Oficial 1.° del Ministerio de Justicia. En seguida se le hizo Jefe de las Secciones de Instrucción y de Beneficencia en e l Ministerio del Ra­mo y después, en 1868 Oficial Mayor del Senado.

En 1860 fué elegido Diputado á Con­greso por las provincias de Patáz y Con­chucos, é incorporado en la Cámara san­cionó con su voto la Constitución de esa fecha, á cuya defensa militó en las filas del patriota que logró salvarnos de la anar­quía, en Diciembre de 1885.

En el Congreso, el Dr. Solar fué desig­nado por sus colegas para miembro de la Comisión de Justicia y, después, lo eligie­ron para que formara parte de la Comi­sión Permanente, en cuyo seno estuvo hasta el año 1802.

En 1866 reingresó á la Cámara como diputado por la provincia de Castrovireina, y posteriormente fué Secretario de la de Senadores, á donde llevó la opinión del departamento de Huancavelica. Allí también lo eligieron para el mismo cargo en el Congreso de Arequipa, y algún tiempo después la provincia de Castrovireina le encomendó su representación en la asam­blea convocada por el General Iglesias, puesto que el Dr. Solar se abstuvo de de­sempeñar.

En 1868 fué nombrado Secretario de la Universidad de Lima, con motivo de la reforma de esta ilustre corporación; y luego Decano de la Facultad de Ciencias, reelec­to en 1872.

A su salida de San Cárlos, formó parte del Consejo Superior de Instrucción y de la Comisión encargada de formular el reglamento de la materia.

Se recibió de Abogado en 1873, se incorporó en el ilustre Colegio y fué adjun­to á la Excma. Córte Suprema.

En los días luctuosos de nuestra guerra con Chile, son bien conocidos sus servicios, prestados en honor al patriotismo.

El Dictador de entonces nombróle en Enero de 1880 miembro del Consejo de Estado, quien á su vez lo elijió de Secre­tario, y vocal del Consejo Superior de Ins­trucción Pública, en reemplazo del distinguido publicista D r. Don Pablo Pradier Foderé.

Iniciada con la pérdida del “Huáscar” la série calamitosa de nuestros desastres, el Dr. Solar fué mandado como Coman­dante Militar y Prefecto de Tacna, al tea­tro donde el Destino nos deparaba una batalla desesperada y una hecatombe gloriosa.

Antes del combate, organizó un cuerpo de celadores y cuatro batallones de voluntarios, estableció talleres donde se refac­cionó el armamento que se creía perdido, formó tres hospitales para la curación de los heridos, proporcionó al ejército el vestuario y los medios de movilidad que le eran indispensables, y en todas partes hizo sentir la acción de su actividad organi­zadora.

En la refriega, su valerosa conducta es bien conocida. El que hasta entonces solo estaba familiarizado con los libros, empu­ñó la espada y se batió entre los primeros al mando de la misma división que había organizado, sin atender al riesgo cuando caían á su lado varios de sus ayudantes, y preocupado tan solo del éxito á cuya consecución había dedicado sus esfuerzos.

Pronunciada la derrota, hizo cuanto pudo por contener la dispersión y logró reunir en Tarata cerca de mil hombres que sirvieron de base para formar un nuevo ejército.

Después de estos hechos muy notables recibió con aplauso, en Setiembre de 1880, su nombramiento como Prefecto de Arequipa y Jefe Superior Político y Militar de los departamentos del Sur, y su presencia en la ciudad del Misti retempló el patriotismo valeroso de sus hijos que, en pocos días, vieron desfilar un ejército dispuesto á medirse con el afortunado vencedor en el Campo de la Alianza.

La revolución que el 7 de Octubre de 1881 se consumó en Arequipa, después de las derrotas de Lima, puso término á la administración del Dr. Solar en el Sur de la República. Entonces el Jefe Supremo lo llamó á su lado y le encomendó la cartera de Justicia.

El Congreso que convocó el Contra-Al­mirante Montero, olvidando el voto de gracias que el Dr. Solar obtuvo en la asamblea de Ayacucho, le pidió cuenta de sus actos, oportunidad que él supo aprovechar para conseguir la más satisfactoria vindicación de su conducta.

En seguida se retiró, ostensiblemente, á la vida privada y, fué á comer en su térruño de la Magdalena el pan humedecido con el sudor de su frente y acibarado con los más tristes desengaños.

Pero los hombres como él, no han na­cido para permanecer indiferentes en las horas angustiosas de la patria. El Perú había tenido que pasar por los rigores de una paz arrancada por la fuerza; pero no quería someterse á un Gobierno que no reconoció su origen en la voluntad libre de los pueblos.

El General Cáceres batallaba entonces por reconquistar los fueros de la patria, quería que el país tuviera una política independiente, proclamaba con voluntad inquebrantable la vigencia de los principios tutelares de la Carta, y natural fué que Solar volara á su encuentro para ahogar á su lado la anarquía y reconquistar la libertad impunemente perdida.

El 30 de Agosto de 1885 partió de esta capital cuando ya el desaliento empezaba á adueñarse de los espíritus más fuertes, y conocido es el modo cómo desempeñó en la campaña del Centro, la cartera de Guerra que le confiara el campeón de Huamachuco. El fue compañero inseparable de tan glorioso caudillo; á su lado entró á Lima para devolvernos la Constitucionalidad y la paz, y fué el único de los Ministros que permaneció en su puesto, después del desastre de Huaripampa.

Después de firmado el pacto de Lima y de hecha la convocatoria á elecciones, el Dr. Solar fué designado por sus amigos para la 1° Vice-Presidencia de la República, honor que él no quiso admitir en obsequio á la concordia de su partido.

Posteriormente, presidió las Juntas Pre­paratorias del Congreso Extraordinario, y éste una vez instalado, la Cámara de Diputados lo elijió su Presidente. De allí salió, pocos días después, para desempe­ñar la Cartera de Gobierno y hacerse cargo de la Presidencia del Consejo de Mi­nistros.

Por consideraciones á una política de­sinteresada, hizo su dimisión, antes de que el Congreso clausurara sus sesiones, y volvió á su puesto de Director de la Casa Nacional de Moneda, que le confirió el Gobierno transitorio de Diciembre, hasta que, por segunda vez, se le llamó al Ministerio que actualmente desempeña, presidiendo como en la vez anterior el Gabinete.


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Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 11, Lima, 23 de julio de 1887.

Saludos
Jonatan Saona

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