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| Bolivianos en Pisagua |
Diario de Vicente Ochoa sobre Pisagua
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Combate de Pisagua.
A las 9 y minutos de la mañana se ha recibido un telegrama por el que se anuncia que la escuadra enemiga en número de veinte buques se ha presentado en Pisagua, desde las seis de la mañana, y que sueltan lanchas con gente, á efecto de intentar un desembarco, protegido por los cañones de á bordo.
El Capitán General ha partido inmediatamente al vecino puerto de Arica, á acordar con el General Prado las medidas que sean necesarias para el caso.
A las 12 hs. 50 m. p. m. se han recibido los siguientes telegramas:
«Continúa un fuego vivo de artillería, ametralladoras y fusilería en Pisagua. En tres horas de fuego el enemigo aunque ha soltado lanchas y botes cargados de jente no ha podido desembarcar.—Zapata».
«Estamos en el fragor del combate.—Han desembarcado diez veces más fuerza que nosotros. Sostenemos un nutrido combate. Bastante mortandad de ambas partes. Sucumbiremos al número.—Granier».
—A las 2 p. m. corre el rumor de que el enemigo ha desembarcado en Pisagua, merced á la humareda del salitre y del gran número de gente que había traído, que alcanza de diez á doce mil hombres.
—«A las 7 y media de la noche se recibió el siguiente parte del Coronel Granier:—Jazpampa—Sucumbimos ante el número. Mortandad muy grande de ambas partes. Debe estar orgulloso del comportamiento de cada uno. Comandante Recabarren Jefe de plaza informará.—Granier».
En otro telegrama de hora después, se anuncia el heróíco comportamiento de los dos batallones paceños que guarnecían ese puerto; que se han ido á pique varias lanchas del enemigo cargadas de gente, y que nuestros soldados habían jurado morir antes que abandonar el puesto.
El Batallón Vengadores no alcanzó á pelear.
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El enemigo ocupa Pisagua.
Los Batallones Victoria 1°. de La Paz, é Independencia de id., se retiraron ayer en todo orden ú la estación de Jazpampa, por habérseles agotado las municiones.
Los soldados calaron las bayonetas y así iban á seguir impidiendo el desembarco, pero el General Buendia que allí se encontraba, vió que era inútil sacrificar más gente y ordenó la retirada, después de destruir é incendiar los almacenes de víveres, carros, cuarteles y cuanto hubiera podido utilizar el enemigo.
Según el vapor del Sud, llegado esta tarde, el enemigo no ha desembarcado más de cinco mil hombres, reteniendo á bordo de su escuadra otro número igual de gente, no sabemos con qué objeto.
Se espera, para saber los detalles, un extraordinario que debe haber salido de Jazpampa.
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Se ha dado orden, desde el momento que se supo el ataque de Pisagua, para la concentración en Agua Santa de todas nuestras fuerzas del Sud.
Muy pronto estarán reunidas para librar una gran batalla, que suponemos ha de ser definitiva.
El enemigo ha declarado Pisagua puerto chileno, bautizándolo con el nombre de Cockrane.
El General Daza ha vuelto á Tacna.
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Más sobre Pisagua.
A las 9 h. a. m. se han recibido los siguientes telegramas de Agua Santa:
«Señor General Daza.—Tacna.—Noble y heróica ha sido la conducta de los valientes General Villamil, Jefes, Oficiales y tropa del Ejército Boliviano en el sangriento combate del 2. Los chilenos han fusilado cobardemente los prisioneros. Estamos bien preparados á la guerra sin tregua. Mis atenciones del servicio no me permiten ser extenso como quisiera. —Saludo á V. E.—Buendía».
—«Señor General Daza—Tacna.—Bajo las ordenes de su señoría el General Buendía hemos combatido con 890 rifleros por siete y media horas contra toda la escuadra chilena y su Ejército.
«El resto de nuestra fuerza estaba de guarnición en Junín y Pisagua viejo.—Chilenos fusilan nuestros prisioneros. Guerra á muerte.—Villamil».
Además un telegrama del Coronel Juan Granier, valiente Jefe de la brigada que ha combatido en Pisagua, anuncia que ha perdido en su cuerpo al 3er. Jefe comandante Samuel Pareja, al distinguido joven subteniente Ricardo Valle, y que están heridos el Capitán Ismael Ortíz y muchos otros oficiales.
El Capitán Felipe Barra es uno de los mejores héroes de ese combate de leones. Bajó á la playa con su compañía de 80 hombres y se retiró con seis.
La «Revista del Sur» en un boletín que ha repartido hoy dice lo siguiente:
«De fuente autorizada sabemos lo que sigue:—Incendiaron los chilenos el Hospital de Pisagua quemando á los enfermos y asesinando el personal de la Ambulancia, inclusive el Capellán Canónigo Pérez, no dieron cuartel á nadie; heridos y prisioneros fueron pasados por las armas.
El desembarco fue protegido por el gran incendio del salitre y del carbón, bajo cuya humareda pisaron playa á las 12 h. 30 m. p. m., habiendo principiado los fuegos á las seis de la mañana. Nuestras bajas se calculan en más de trescientos. Las pérdidas del enemigo en más de mil. Seis lanchas bararon en la playa, muriendo la tropa que iba en ellas. La compañía que estuvo en la playa cargó á la bayoneta á los primeros que trataron de desembarcar.
Guerra á muerte quiere el enemigo: la tendrá."
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Texto tomado de: Ochoa, José Vicente "Diario de la Campaña del Ejército boliviano en la Guerra del Pacífico" Sucre, 1899. p 179-182.
Saludos
Jonatan Saona
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