9 de octubre de 2015

C.C sobre Angamos

Recorte del diario

El diario "Chariton Courier" sobre Angamos 

"Una batalla naval desesperada entre acorazados.

Panamá, 25 de octubre. The Star and Herald cuenta la historia de una batalla naval entre el acorazado peruano Huáscar y una división de la flota chilena.

Navegando rápidamente a lo largo de la costa, el Huáscar, aproximadamente a las tres y cuarto del 8 de octubre, le hizo una señal a su compañera, la Unión, que el enemigo estaba a la vista, e inmediatamente procedió a toda velocidad hacia el norte, esperando eludir su vigilancia en la oscuridad, y confiando en la rapidez superior de la Unión para engañar al escuadrón contrario. La Unión más bien llamó la atención del enemigo con la esperanza de que el Huáscar pudiera adelantarse lo suficiente antes del amanecer para escapar. Los navíos chilenos eran un blindado y tres de madera.

A las 7 a. m., el día 8, los chilenos seguían persiguiéndolos, a unos 6.000 metros de la Unión, y el Huáscar más adelante, pero cuando la niebla se disipó apareció directamente al frente la división restante de la flota enemiga, una fragata blindada y tres corbetas o transportes.

Los peruanos deseaban evitar el combate con la flota chilena, pero fue en vano. El Huáscar a las 9:30 a.m. se encontró en frente del Morro de Mejillones, y un segundo acorazado disparó el cañón, mientras el primero se acercaba rápidamente, corriendo hacia la orilla de la Bahía de Mejillones de Bolivia. El Huáscar esperó el avance de su antagonista más cercano, y accionó sus dos cañones de torreta, siguiendo la descarga con un intento de embestida, que resultó infructuoso, debido al poder que poseían los chilenos para girar en su propia longitud con su doble hélice.

El fuego fue devuelto instantáneamente, y las ametralladoras en lo alto del Huáscar y las naves enemigas comenzaron su espantoso traqueteo. La Unión, para salvarse de la captura o la destrucción, continuó su huida, y el Huáscar, sin ayuda, continuó la lucha. Se colocó entre las naves enemigas, pero los chilenos aprovecharon cada oportunidad para disparar contra ... el ariete, su punto vulnerable, y el Huáscar fue tomado frecuentemente en desventaja. Varias veces repitió sus intentos de embestir, pero sin éxito. Luego de dos horas de combate el Huáscar, con el casco acribillado, los motores dañados, la torreta tan atascada que no giraba, con solo cuatro oficiales ilesos, arrió la bandera peruana y se rindió. La armada chilena primera en entrar en acción disparó sus andanadas muy rápidamente, ya que con su doble hélice pudo presentar a su adversario en pocos minutos cualquier batería que quisiera usar. 

Los cañones del Huáscar fueron bien utilizados, y en una hora habían realizado 25 disparos. Sus artilleros eran extranjeros, principalmente ingleses y escoceses, entre los cuales la mortalidad debió ser considerable. Sus ingenieros eran todos extranjeros, 25 de la tripulación en total eran europeos. El daño hecho a los acorazados chilenos es considerable. El Almirante Cochrane, que sostuvo la peor parte de la batalla, resultó algo dañado, pero el Blanco Encalada escapó casi entero. El carácter desigual de la lucha puede entenderse cuando se sabe que el Huáscar no tenía más que dos cañones de 300 libras para oponerse a 12, y su armadura era de 4 1/2 pulgadas contra 9 pulgadas, el Comandante Grau, del Huáscar, y sus tenientes murieron en el enfrentamiento con la flota chilena. Muchos miembros de la tripulación fueron muertos o resultaron heridos. Al final de la acción, el Huáscar casi se hunde. Se pensó que era dudoso que pudiera llegar a puerto. 

Se informa que el ejército chileno, que asciende a 18.000, marcha sobre Iquique, Perú. Se informa que la Sra. Grau murió poco después de ser informada de la muerte de su esposo."


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Texto original en inglés e imagen tomados del diario "Chariton Courier" Keytesville, EEUU. 15 de noviembre de 1879.

Saludos
Jonatan Saona

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