20 de mayo de 2015

Relato del Corresponsal


Combate de Iquique, relatado por José Rodolfo del Campo, corresponsal de "El Comercio" de Lima 

"Iquique, 22 de mayo de 1897.
SS. EE.
Por oficiales del "Huáscar" a cuyo bordo pasé después del desastre de la “Independencia”, he tenido conocimiento aunque no tan detallado como lo habría deseado, del combate habido entre el monitor y la corbeta “Esmeralda”.

Nuestros dos buques de guerra salieron juntos de Arica a Pisagua, donde entró el “Huáscar”, esperándolo afuera del puerto la “Independencia”, por las razones expresadas al narrar el combate con la “Covadonga”.

Llegaron a Iquique a las 8 a.m. y comenzó el combate a las 8 y 20 a.m. El monitor afianzó su pabellón con un cañonazo de a 300 en blanco.

El número de tiros hechos por el monitor fué de 18, todos de bomba. Uno de ellos estalló en la primera cámara de la “Esmeralda’’; otro en la segunda; otra en el sollado, produciendo un incendio; una cuarta bomba penetró en la máquina matando a todos los maquinistas y fogoneros.

La “Esmeralda” recibió también tres espolonazos, uno en la proa, otro en la popa y el tercero en el centro, acompañado este último de dos bombas de a 300.

Al chocar el monitor con el buque enemigo por tercera vez, cayeron sobre cubierta el comandante Prat siguiéndolo el teniente Serrano y dos marineros más, que fueron recibidos con un nutrido fuego do fusilería, quedando muerto el comandante Prat de un hachazo en la cabeza y mortal-mente herido el teniente Serrano, que dejó de existir una hora después.

En este momento también fué herido de muerte el teniente 2." de nuestra armada don Jorge Velar de, que ocupaba valientemente su puesto como oficial de señales al pie de la torre del comandante, herido por tres balas de revólver.

El tiempo trascurrido entre el último espolonazo del “Huáscar” y la desaparición completa de la corbeta “Esmeralda” bajo las aguas fué de cortos instantes, apareciendo en seguida muchos náufragos asidos a trozos del buque.

Se arriaron inmediatamente los botes del “Huáscar” y se recogió a los individuos que constan en la relación adjunta, los cuales fueron mandados a tierra, donde se hallan presos.

Casi todos estaban desnudos y fué preciso darles ropa a bordo. Se les trató, como debía esperarse, con la mayor benevolencia.

La “Esmeralda” lo mismo que la “Covadonga”, trataron durante el combate de acercarse lo más posible a la playa, con el objeto de que nuestros proyectiles cayeran sobre la población y de que encallara el “Huáscar”. Felizmente el poco calado del monitor y el conocimiento bastante exacto que tiene de la bahía el capitán de puerto, impidieron este accidente. También obligó mucho a la “Esmeralda” a retirarse de la playa, el fuego que desde allí le hacían nuestras tropas con sus rifles y cañones de campaña.

Los fuegos de los chilenos eran bastante certeros; uno de los proyectiles atravesó la obra muerta del “Huáscar” hacia la popa y otro dió en el blindaje; uno de éstos cayó en el borde mismo del portalón de la torre y un casco de bomba hirió ligeramente, en la pierna izquierda, al 3er. jefe, capitán de fragata don Eámón Freire.

Los enemigos hacían un nutrido fuego de ametralladoras y de rifle, pues la corbeta tenía cubierta sus vergas con marinería y arrojaban también, cuando estaban cerca, bombas de mano. La chimenea del monitor recibió 52 tiros de rifle y ametralladora.

El combate terminó a las 12 del día.

Después el “Huáscar” se dirigió en busca de la “Independencia” y habiendo visto a la “Covadonga” que huía a lo lejos trató de perseguirla; mas viendo entonces que la “Independencia” estaba encallada, vino en su auxilio.

Lo demás que sucedió lo tengo consignado en el parte de esta correspondencia, relativo a la “Independencia”.

La “Esmeralda” estaba armada con 14 cañones Armstrong de a 40. Tenía de tripulación y guarnición 24 hombres.

Cuando los prisioneros de la “Esmeralda” estuvieron a bordo del “Huáscar” su comandante el teniente Uribe, les dijo: Muchachos, ese pabellón bicolor que veis (señalando la bandera peruana) es un país hospitalario, ¡Viva el Perú!”

Este viva fué contestado por todos los prisioneros, que inmediatamente después fraternizaron con sus vencedores, con aquella franqueza tan natural en los marinos.
J.R.C."

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Saludos
Jonatan Saona

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