11 de abril de 2009

Narración Histórica

Narración Histórica de la Guerra de Chile contra el Perú y Bolivia

Publicado en Buenos Aires en 1884 por Mariano Felipe Paz Soldán, ministro de Prado durante la guerra.

El prólogo de esta obra dice:

"No es tiempo de escribir la historia cuando las pasiones están en su frenesí, cuando los cadáveres de los que perecieron en la lucha, algunos aún insepultos, y las ruinas escandescentes de los pueblos, recuerdan la carnicería y el incendio; cuando al recorrer los campos, se hallan por todas partes, indelebles pruebas de la destructora mano del enemigo; cuando encontramos centenares de viudas, huérfanos y ancianos librados por acaso de ser víctimas, pero andrajosos, macilentos y demacrados por el hambre y la miseria, que si no vivían poco antes en la opulencia, gozaban al menos de una honesta y mediana comodidad es imposible poder escribir la historia con imparcialidad, ni juzgar los hechos con la fría indiferencia del que se constituye en juez del gran proceso, cuyo cuerpo del delito tiene á la vista.

Es preciso esperar que aquellos cadáveres estén, por el paso de los años, reducidos al polvo de que fueron formados; que los pueblos y ciudades incendiadas se hayan reconstruido; que los campos reverdezcan, que las viudas y los huérfanos, vueltos á sus goces y comodidades, recuerden desgracias pasadas como se recuerdan horrores de aquellas pesadillas que nos espantan hasta después de despiertos; es preciso en fin que los actores de la gran tragedia, y los instigadores y ejecutores de los grandes crímenes de guerra, hayan desaparecido en su mayor parte; y que los pocos que sobrevivan agobiados con la acusadora conciencia y con el peso de los años, calmados sus pasados odios y pasiones, sólo recuerden los hechos, como se recuerda lo que se ha leí­do con meditación, para dar testimonio de lo pasado; es preciso en fin que el tiempo, ese intachable testigo y severo juez que descubre la maldad del criminal; haya puesto de manifiesto algunos secretos desconocidos todavía; ese es el instante en que se debe principiar á escribir la historia; pero como los escritores chilenos quieren engañar, no sólo á la generación presente, que ha presenciado los hechos, sino también á las futuras, para que su Nación parezca un modelo de virtudes cívicas en la paz, y de heroísmo en la guerra, han circulado profusamente en Europa y en América libros con el título de Historia, llenos de falsedades, las más groseras; escritos instantes después de terminados los combates.

No debía imitar ese ejemplo, sino esperar que vuelva la paz, la tranquilidad, la reflexión, casi el olvido; pero tampoco se debe consentir sereno en que la mentira tome asiento en el sagrado recinto de la Historia; por esto me he resuelto á publicar la presente obra que hubiera querido titular "Datos para la historia de la Guerra de Chile contra el Perú y Bolivia en 1879 a 1882" pero el título en los libros es como el ropaje en el hombre; si éste se presenta modestamente vestido, ante una gran sociedad, no es tan considerado como el que viste un ropaje que indica autoridad: basta lo dicho para que no se me tache de incurrir en la misma falta que vitupero.

La presente obra tiene por objeto dar á conocer las verdaderas causas y objeto de la guerra que Chile declaró, primero á Bolivia y después al Perú, y el modo como la ha hecho; así desaparecerán como el humo las falsedades que Chile ha circulado. Mi narración será sencilla y lacónica, comprobada en su mayor parte, con documentación de origen chileno, para dar mas apoyo á la verdad de la narración. Las apreciaciones y juicios sobre los más notables sucesos de esta guerra, las apoyo también en el juicio formado por los hombres notables de Chile, o en el de escritores neutrales; muy poco es lo de mi propio patriotismo, y quizá de pasiones nacionales.

Antes de escribir, he leído cuanto se ha escrito en América y en Europa, mirando con cautela la mayor parte de los juicios y apreciaciones de la prensa europea; porque en lo general son erróneos y absurdos, juzgan sin conocer los hechos, ni la geografía, de donde resultan sus despropósitos, esto cuando la prensa no está vendida.

Si se escribiera la historia de la guerra del Pacífico según las noticias y apreciaciones de lo publicado en Europa, resultaría una novela de aquellas que en su fondo contienen algo de verdadero, pero envuelto en creaciones puramente imaginarias o de mera fantasía.

En Europa juzgan á Chile favorablemente, sin mas razón y argumento que por la paz de que goza, y porque paga con exactitud su deuda, pero ignoran que esa paz es á costa del sacrificio de la libertad política de sis ciudadanos, y que paga su deuda contrayendo otras nuevas; por esto cuando se vio en dificultades para pagar, echó manos á los tesoros de los vecinos.

En nada ha sido Chile mas constante que en su propaganda contra el crédito del Perú, por mas de 30 años, con admirable constancia, presentando á esta Nación bajo el aspecto mas desfavorable: á sus revoluciones les han dado una magnitud que jamás tuvieron; si se examinaran sin pasión algunas de esas revoluciones, sus causas y sus efectos, no las condenarían. Los movimientos políticos que han tenido lugar en el Perú después de las victorias de Chile, no han sido anárquicos; ninguno de los caudillos que se han presentado después de ocupada la capital del Perú por el ejército de Chile, ha tenido por objeto apoderarse del mando, sinó el de salvar á su patria; pueden haberse equivocado en los medios, ó no haber consultado bien el momento oportuno; pero todos tuvieron por objeto alejar pronto á los invasores. Algunos de esos movimientos se ejecutaron estemporáneamente; al promoverlos y realizarlos no hubo quizá inteligencia y prudencia; pero no faltó patriotismo.

La prensa Europea, instigada por Chile ha vituperado la obstinación del Perú en no aceptar las indignas, humillantes y tiránicas bases que imponía Chile para celebrar la paz, porque ignoran que ellas llevan consigo la aniquilación del Perú, poniéndolo á la vez bajo el inmediato yugo de su tan antiguo como encarnizado é implacable enemigo.

No hay Nación mas jactanciosa y vana que Chile. El sistema de vanagloria y de petulancia, ha sido acariciado siempre, por la opinión, por el Gobierno y por la Prensa de ese pueblo: se ha connaturalizado en sus hombres, como la hidalguía en el caballero de la Mancha. Para humillar la soberbia de Chile, bastaría hacer un paralelo político, económico, social y moral con el Perú, aun en la vida privada, desde la Independencia á la fecha, y no es dudoso que la balanza se inclinaría en favor del Perú; de ese Perú que ellos pintan con colores propios de su inveterado odio y envidia.

Muy generales y casi arraigadas se encuentran las falsedades, que por largo tiempo, y en particular durante la guerra, ha propalado la prensa de Chile y su gobierno; es menester dar luz para hacer conocer la verdad, por esto el presente libro está lleno de citas, la mayor parte de origen chileno, entre ellos ocupan notable lugar las relaciones de los corresponsales de los diarios, que generalmente son exactas en el fondo, aunque en los detalles y apreciaciones se resienten de la parcialidad y petulancia que es general en todos ellos.

Para dar mas apoyo á esta narración, y que se conozcan las fuentes, he formado un Catálogo de las mas notables publicaciones relativas á varios puntos que se tocan en la narración, y le he dado título de BIBLIOTECA DE LA GUERRA; así los historiadores futuros conocerán las fuentes, y juzgarán. Los que hemos presenciado los hechos, en puestos mas o menos notables debemos concretar nuestro trabajo á narrarlos tales cuales pasaron; no debemos engañar á nuestros contemporáneos.

El vulgo en todas partes, eleva hasta las nubes y califica de héroes , en los primeros momentos de su entusiasmo, á los que ejecutan cualquier acción que halague la vanidad nacional, así como deprime, acusa é injuria al jefe que o fué feliz en algún combate o movimiento militar, por bien combinado que haya sido: Yo no me he propuesto escribir la defensa del Perú, ni la acusación de Chile; mi objeto es más elevado, presentare las cosas y los hombres tales cuales los he visto o conocido, o según aparecen á la luz de los comprobantes; así quedará todo en su lugar.

No cometeré la indignidad de adulterar los hechos; me considero hombre de bien y de verdad, y ya conocido; si caigo en error, será por la oscuridad tenebrosa de algunos de los incidentes de nuestro trágico asunto.

No creo oportuno escribir biografías de los que han figurado en esta guerra, ni entrar en detalles, ni episodios; y mucho menos hacer apreciaciones y comentarios filosóficos; porque aun no ha llegado el tiempo; y la lucha continúa.

Mariano Felipe Paz Soldán
Buenos Aires, Junio de 1881"

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Mariano Paz Soldán, publicó en Argentina 1884 este libro, basándose principalmente en documentación proveniente de fuentes, libros y autores chilenos (por ejemplo Benjamín Vicuña Mackenna) quienes en sus libros lanzaban al mundo la “versión chilena” de la guerra, justificando los hechos, escribiendo algunas falsedades o siendo demasiados subjetivos en la narración.

El original de 1884 era un solo tomo. En 1979 la editorial Milla Batres reeditó esta obra, en 3 tomos, con valiosa documentación gráfica.

La imagen que les presento pertenece a una de las primeras páginas de la edición original (1884).

Saludos 
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. El libro está disponible en línea, pasa ser bajado y apreciado.
    Está escrito en un muy buen castellano-
    Aunque publicado en 1884, está fechado en 1881. Es a fines de ese año (luego de trascurrida la expedición Letelier a la Sierra) cuando el autor pone término a su relato.
    Pero no es historia, sino un alegato apasionado.
    Lo mismo puede decirse de la obra contemporánea del chileno Barros Arana.
    Ergo : mejor es dejar trascurrir algunos lustros antes de historiar períodos de tanta tensión social, lucha y sufrimiento.

    R. Olmedo

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