24 de junio de 2011

Carta de Escudero sobre Sángrar

Monumento de Sángrar
Carta al Director del Periódico "La Prensa"
(Escrita en Lima el 3 de abril de 1912)

DESCRIPCIÓN: Luis Escudero escribe una carta al director del diario LA PRENSA rectificando la información dada por el Coronel Don Lizardo Rebolle sobre la batalla de SANGRAR en Canta, quien a su vez refutaba lo publicado por Nemesio Ybarra en el periódico MERCURIO de Valparaíso. En 1912

Nº DE FOJAS: 14

Lima, 3 de abril de 1912.

Sr. Director de "La Prensa".
Ciudad

Muy señor mío:

Revisando á mi llegada de Canta los números atrasados del semanario "Ilustración Peruana", que se edita en esta Capital, he encontrado en el que corresponde al 22 de mayo de 1911, un enérgico i bien meditado articulo suscrito por el Coronel don Lizardo Rebollé, refutación del que publicó un Nemesio Ybarra, chileno, en "El Mercurio" de Valparaíso, sobre el combate de "Sangrar".
Las afirmaciones antojadisas lanzadas por éste i la falta de datos precisos en la respuesta de aquél, me obligan a intervenir en el asunto, usando de la autoridad que me concede la circunstancia de haber concurrido á esa memorable acción de armas, con el objeto de que no sufra la verdad histórica.

El Sr. Coronel Rebollé, ha cumplido un deber patriótico adelantándose á refutar el artículo de Ybarra i en tésis general, su trabajo es una contribución importante para la historia de la última guerra nacional; los errores de detalle en que ha incurrido no se deben á él, pertenecen á la persona que le suministró datos i que no lo hizo con la precisión i veracidad reclamada, como trataré de comprobar en el curso de esta carta. Con esta salvedad entro en materia.

Con motivos de los desastres de San Juan i Miraflores, el ejercito Nacional se desorganizó, fue necesario para continuar la resistencia contra el invasor, proceder á su reorganización en el interior de la República; esta misión le tocó en Canta al Coronel don Manuel Encarnación Vento, con el carácter de Comandante General.
Se ocupaba de esta labor, cuando el 23 de junio de 1881 á las 4.p.m. recibió del Jefe Chileno don Ambrosio Letelier, una nota fechada en el Cerro de Pasco, el 21 de dicho mes, imponiéndole que depusiera las armas que decía haber levantado contra su gobierno i que al no hacerlo, su división arrasaría á su paso por Canta, los pueblos de esa sección territorial.

Esta amenaza lejos de amedrentar al jefe peruano i las fuerzas, en reorganización, que le obedecían, los alentó, produjo una explosión de ira i motivó una reunión de Jefes i oficiales, en que se resolvió saber cuanto antes con parte de las tropas hacia la cordillera de la "Viuda" ó mas adelante con el objeto de observar al enemigo i batirlo en caso necesario. Me cupo la suerte de contribuir á ese acuerdo en la clase de Capitan i con el carácter de Ayudante Secretario de la Comandancia General.

El día siguiente 24, ejecutando el acuerdo de la víspera, salimos de Canta con dos compañías del batallón de este nombre de 120 plazas cada una, comandadas, respectivamente, por los Capitanes Carlos Zuleta i Victorino Calderon, Tenientes Marcos Ycochea i Paredes Y. Gutierrez i Subteniente Pedro Y. Patiño, á las que se agregaron 60 canteños voluntarios; i el resto de la fuerza, 50 hombres, quedó en la entonces Villa de Canta para guarnecerla á ordenes del 2do. i 3er Jefe del Cuerpo Comandante Juan Oyaque i Hernan Villavicencio. Arribamos aquel día al pueblo de Culluhay i en él tuvimos conocimiento por don Gregorio Romero, vecino de Yantag, que fuerzas chilenas habían invadido la hacienda "Sangrar", propiedad de don Norberto Vento, padre del Coronel Manuel Encarnación. En el mismo Culluhay, enfermó el Capitan Zuleta i fue necesario devolverlo á Canta, para su curación, asumiendo por tal motivo el comando de su compañía, el Teniente Ycochea.

El siguiente día 25, continuando la marcha subimos por Jacaybamba i desviándonos hacia la derecha avanzamos hasta el fundo "Ocsamachay", en donde pernoctamos con el doble objeto de concertar el ataque al enemigo i de ofrecer á nuestras fuerzas un relativo descanso, pues nos hallábamos en la cordillera luchando con las inclemencias del clima i careciendo de elementos de todo genero; i como medida precautoria, enviamos una comisión investigadora compuesta de los señores Emilio Fuentes Subprefecto de Canta, Andres A. Hidalgo, Wenceslao Vento i José Bravo (hijo).

El 26, muy de mañana, salimos de este lugar i en el punto denominado "Colac", próximo á "Sangrar", encontramos con la Comisión que había logrado distinguir que á corta distancia del sitio referido, caminaba á nuestro encuentro una avanzada chilena de 19 ó 20 hombres de caballería, con la que trabamos combate momentos después al pié de la cumbre del "Lacchigual" i en el que pereció, de esa avanzada, 17 individuos, quedando un herido José Sepúlveda, que hicimos prisionero (murió después i fue enterrado en Capillayoc), escapando uno cabalgado en una bestia mular i que se dirigió á "Sangrar". Esto tenía lugar á la 1.p.m. más ó menos.

Continuando la marcha con entusiasmo i valor coronamos la cordillera i en este lugar insinuó alguien al Coronel Vento, la idea de acampar, tomando las medidas del caso, para que descansara la tropa que estaba fatigada i acosaba por el hambre i poder atacar al grueso del enemigo en la madrugada siguiente con el refuerzo de dos compañías que sin duda avanzaban con ese rumbo de Asunción de Huaura (Provincia de Huarochirí) á cargo del Sargento Mayor Dr. Telesforo L. de Ortecho, jefe del Detall i los tenientes Dionisio Pimentel i Cipriano Hurtado, que días antes partieron á Laraos á someter á los guerrilleros que en esa sección cometían algunos excesos tolerados por su Jefe Comandante Aparicio, pero tal insinuación fué rechazada, resolviéndose, en consecuencia, el ataque á "Sangrar", en la misma tarde.

Efectivamente, descendimos la montaña hasta ponernos frente al enemigo que se hallaba atrincherado ya, en el panteón i otros sitios de la nombrada hacienda "Sangrar"; se rompieron los fuegos á las 5.p.m. i después de mas de dos horas de combate desesperado, se consiguió por nuestra parte, desalojar á los adversarios de sus magnificas posiciones reduciéndolos en el interior de los grandes edificios del fundo i en la capilla, desde donde nos hacían fuego nutrido i con daño evidente. En esta situación, prendimos fuego á la hacienda i conseguimos, de esta manera, reducir á cenizas al famoso regimiento Chileno "Buin". Sin embargo, entre las casas de la hacienda había una con techos de calaminas á la que no ofendió el fuego i dentro de ella se habían ocultado el Jefe Chileno don Luis Araneda, tres oficiales i cinco soldados, los mismos que favorecidos por la densa oscuridad, lograron escapar.

Los fuegos cesaron a las 12 de la noche i á pocos instantes, una ves que apareció la luna en el firmamento, emprendimos nuestra marcha de regreso á Canta, llevando dos soldados chilenos prisioneros, 47 rifles "Combler", una banderola del enemigo arrancada en el fragor del combate por el patriota don Hermógenes Bao, algunas bestias i otras tantas monturas.

De parte de nuestras fuerzas, rindieron valerosamente la vida el subteniente Juan Clímaco Falcón, los voluntarios Doroteo Molina i José M. Valdes i 38 individuos de tropa, resultando heridos el Capitan Calderón, el Subteniente Patiño i el Corneta Bernardino Ygreda.

De manera que el combate de "Sangrar" se realizó el 26 de junio de 1881; principió á las 5 de la tarde i terminó á las 12 de la noche., alcanzando en él las fuerzas peruanas un triunfo brillante.

Todos los hechos referidos se consignaron en los documentos oficiales con que el Coronel Vento dio parte al Jefe Superior del Centro nombrado por el gobierno de entonces don Nicolas de Piérola, General don Andrés A. Cáceres, que á la sazón se dirigía de Tarma á la quebrada de Matucana con las fuerzas que pudo organizar i con las mismas que batió más tarde á los chilenos en Concepción i Marcavalle.

Es de lamentar, que en la historia de la guerra se haya olvidado de consignar estos hechos i acusa un descuido punible la desaparición de los partes pasados por Vento, que contenían abundantes detalles. La investigación se impone por lo mismo, puesto que no es posible permitir que sigan corriendo versiones antojadisas, que constituyen una ofensa á la verdad i á la historia. Esta es una cuestión de honor para los peruanos; se relaciona con una de sus glorias i no aventuro por lo tanto á suponer omisión culpable, en los que tuvieron por misión confeccionar la historia. 

De otro lado esa omisión ha sido causa de muchos dolores i amarguras; los deudos de los que rindieron su vida en esa jornada, no alcanzaron el auxilio con que la Nación debió acudirles i para mayor sarcasmo los restos de los valerosos campeones que se inmolaron en esa acción, yacen abandonados en humildes i solitarios campos, sin un signo exterior sin nada que recuerde á la posteridad la grandesa de su alma i su sacrifico, en aras de los sagrados i permanentes intereses de la Patria. ¿Han sido acaso los combatientes de "Sangrar" dignos de la gratitud Nacional? Los sobrevivientes de esa acción sufren también los dolores de la indiferencia.

Mientrastanto los chilenos han hecho con los suyos todo lo que podían hacer, su Gobierno los premió en la mejor forma i su prensa los elevó hasta la gloria. Ofresco como prueba trosos de periódicos de esa fecha ("El Nacional") El señor Araneda es un heroe que ha comprometido la gratitud nacional; el valiente jefe de ese puñado de chilenos que el 26 de junio de 1881 se sacrificaron en Sangrar salvando una importante parte de nuestro ejercito la División Letelier, de ser atacada con ventaja para las fuerzas peruanas. Esta gloriosa acción iguala en heroísmo al combate de Iquique en que los soldados de nuestro ejercito se batieron contra 700 enemigos durante 13 horas de rudo batallar". (La Patria) "Posesionado el ejercito chileno de la capital que baña el Rimac, se ocupó en batir las montoneras que merodiaban el interior del País. A cargo de las fuerzas que guarnecían las plazas de Chicla i Casapalca, estaba el Comandante don José Luis Araneda, que tenia como ayudantes á los oficiales Ismael Guzmán, Eulogio Saavedra i José Dolores Rios. El total de la tropa era 279. Esto sucedía el 19 de junio de 1881. el día siguiente 20, Araneda recibía orden de trasladarse con la tropa de su mando al punto denominado las "Cuevas", dejando en este ultimo lugar un destacamento de 15 individuos. Aquí tuvo conocimientos por varios conductos que marchaba á atacarla una columna peruana compuesta de 700 individuos de los cuales 400 estaban bien armados. Precavido el peligro que tenia encíma el Comandante Araneda redobló los trabajos de defensa mientras enviaba al interior de la hacienda una patrulla á requisionar víveres. Cuando mas atareada se encontraba la tropa en preparar los medios de defensa, los centinelas dieron aviso de que el enemigo avanzaba.

Apenas hubo tiempo de prepararse para repeler el ataque. Combate tan desigual había empesado á la 1.p.m. del 26 de junio de 1881. Trabada la refriega, la tropa chilena se mantuvo por mas de una hora en sus posiciones causando numerosas bajas al enemigo".

Ahora bien, quitando á estos artículos todo el incienso que contienen, expresan en el fondo el mas franco desmentido de las afirmaciones del chileno Ybarra, quien se empeña en sostener que los "buines" que pelearon en "Sangrar", sólo fueron 52.

El parte del Comandante Araneda al Jefe Superior de las fuerzas chilenas, contiene los siguientes párrafos: "por mi parte, las perdidas no eran menores, tanto que, momentos después sólo podía disponer de 12 soldados. Con ellos i mis oficiales me replegué dentro del cuartel resuelto á defender la entrada á todo trance.
Esto exasperó al Jefe peruano que ordenó se pegara fuego al edificio con la intención de que los que estaban en el interior abandonaran su refugio. El ejército peruano había tenido mas de 150 bajas".

Como se vé, ponen mucho cuidado los chilenos para no confesar cual fué el número efectivo de su ejercito; tienen razón, les mermaria tal declaración las glorias que se han atribuido. Sin embargo, por mas que oculten la verdad, es positivo i se confirmó tras numerosos testimonios i además, por las declaraciones de los dos soldados que tomamos prisioneros, que fueron 500 bien armados i equipados. He dicho antes i lo repito, nuestras fuerzas se componían de 240 plazas del batallón Canta, desigualmente armados i de 60 canteños voluntarios, mal armados i peor equilibrados, que hacia un total de 300 hombres. La desigualdad en ese combate estuvo de parte de las fuerzas peruanas i a pesar de ella, alcanzamos un triunfo brillante que no pueden ni podrían jamás empañarlo, las argucias i el interés malévolo de los chilenos.

Vicuña Makena en su historia, ocupándose del combate de "Sangrar" dice: "Desde la salida de nuestras tropas de Valparaíso sobre las aliadas Peru-Bolivianas, sólo han tenido dos contrastes "Tarapacá" i "Cuevas"; este ultimo cruel, sangriento é inhumano combate habido entre las fuerzas del regimiento "Buin" de la División Letelier i 700 peruanos comandados por el Coronel Manuel Encarnación Vento"

El diario chileno "El Tarapaca", del 27 de junio último, conmemorando el 30º aniversario de ese combate; en uno de los párrafos del artículo que publica sobre el particular dice: "No fue combate, por que no podemos llamar tal á una acción en que se defendieron 50 hombres contra 3,000 que los cercaban por los cuatro puntos cardinales. Fue por tanto, mas que un combate un episodio brillantísimo en que se puso cada vez mas alto el relieve, el valor i serenidad de los soldados de Chile; un rasgo heroico de increíble ardimiento, casi locura sublime".

A medida que trascurre el tiempo, va pareciendo mas grandioso á los chilenos el combate tantas veces nombrado; no es ya un sobreviviente que asegura que los peruanos eran 1,000, es un periódico, que triplica esta cifra para presentar á los soldados de su país como héroes incomparables. Insisto en que se practique la investigación insinuada; si esto se hace me proporcionará la satisfacción de ver confirmada mi relación".

También se atribuye de otro lado al Coronel Vento, la inocente candorosidad de haber felicitado personalmente i por medio de un hijo suyo, á los militares chilenos que pelearon en "Sangrar", en repetidas ocasiones. Es esta impostura ridícula de que se vale Ibarra, para dar fuerza á sus falsas afirmaciones; viene á turbar la memoria de aquel Jefe mesurado i valeroso, con la calumnia indigna sin saber, sin duda, que es muy necio referirse i citar, en esta clase, de asuntos, á personas que ya no existen.

He querido ocuparme detalladamente del combate de "Sangrar", aprovechando de la oportunidad que se me ha brindado i que quisá sea la última, estoy enfermo i lleno de achaques, por dos razones,: para refutar al chileno Ibarra i para que exista una relación completa de aquella hermosa jornada á fin de que, cuando se escriba la historia verdadera de la ultima guerra exterior, sea incluida en sus páginas.

Conviene también que recuerde en esta comunicación cuál fué siempre el valor i patriotismo de los canteños desde los primeros albores de nuestra emancipación política. La historia refiere la acción del Capitan de guerrilleros don Cayetano Quiróz, que en unión de unos cuantos patriotas hostilizó el 2 de mayo de 1821 al general Ricaffort, que bajada con una división del Departamento de Junín, en el sitio denominado "Chinquilpata", á pocas cuadras de la ciudad de Canta, fracturándole una pierna. El generalísimo don José de San Martín, dispuso por decreto de 24 de noviembre de ese año, que los canteños de 15 á 50 años, usaran como un distintivo por ese hecho un escudo elíptico en el brazo izquierdo con la siguiente inscripción "A los constantes patriotas de la provincia de Canta".

El Congreso de Huancayo de 1839, siendo diputado por Canta el Sr. Gregorio Vento, refrendó la disposición del gobierno i dio á su pueblo el titulo de "Heroica Villa".

Para concluir, incluiré la nómina de los principales actores del combate de "Sangrar" i que es la siguiente Coronel Manuel de la E. Vento, Emilio Fuentes , Juan P. Bao, Lorenzo Vento, Victorino Calderón, Marcos Icochea, Santiago Chavez, Hermogenes Bao, Wenceslao Vento, Manuel R. Alvarez, Esteban Becerra, Martín Valderrama, Andrés A. Hidalgo, Clemente Izaguirre, Cornelio Espinosa, Juan de M. Mesa, el que habla i otros más.

Perdone Sr. Director que me haya extendido demasiado, pues la naturaleza del asunto así lo exigía; quise hacer una relación suscinta i en forma sencilla del combate de "Sangrar" i parece que he cumplido.

Mande Ud, en el afecto de su atte. y S.S.

LUIS G. ESCUDERO

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Saludos
Jonatan Saona

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