Proclama a Arequipa

Miguel Iglesias

Proclama de Miguel Iglesias al pueblo de Arequipa

El Presidente de la República al Pueblo i al Ejército de Arequipa

Arequipeños:

Elevado a la majestura suprema por la voluntad del país para solucionar sin pérdida de momento el conflicto internacional, devolver a los pueblos el ejercicio de su soberanía i plantear una reforma interna salvadora, he redimido ya de la ocupación estranjera las mas importantes ciudades del Norte i Centro hasta constituirme hoi en esta capital, trayéndole con su querido pabellón un Tratado de Paz que consulta en cuanto es posible el honor de la desgracia i el porvenir nacional.

Pero nuestra situación en estos solemnes momentos amarga todo el gozo purísimo a que tuviera derecho, rodeado como estoi de un pueblo inmenso que vierte lágrimas de jubilo, que abraza su recobrada bandera i que me aclama su libertador.

I siento la necesidad de dirijiros la palabra.

Arequipeños:

No quiere el Perú, yo no quiero que se derrame una gota mas de sangre en aras de una defensa imposible, de una obcecación criminal.

La resistencia de Arequipa, por mucho que sea notoria la bravura heróica de sus hijos, nada salvaría esta vez, ni siquiera el hogar de Bolognesi, porque contra un puñado de valientes van a luchar irresistibles el número, los recursos i el infortunio.

Sé que anhelais en lo íntimo la paz rehabilitadora. ¿Por qué sacrificar esos nobles sentimientos a la vanidad de una hecatombe? Guardad vuestras preciosas existencias para inculcar a tanto huérfano las lecciones de la experiencia i conducir al Perú redimido por la senda de glorioso porvenir.

Mas valor es necesario para soportar dignamente la desgracia que para rendir la vida en un rapto de desesperación.

Arequipeños:

Sean cuales fueren vuestras opiniones en órden a política interna, deponed las armas i venid a hacerla valer en el seno de la Asamblea que convoce, a la que tiene libre acceso todos los que sean favorecidos por la confianza popular.

Vivid a ser los árbitros de vuestra suerte en el santuario augusto de la soberanía nacional, pero no lo confiéis al azar de un combate sin probabilidades de éxito.

I vosotros, jefes, oficiales i soldados del ejército del Sur, vosotros que empuñasteis a mi lado el acero cuando era necesaria la defensa por el combate, vosotros que tenéis conciencia de haber, como yo, sostenido con brillo el honor de nuestra bandera, no vaciléis.

La victoria hoi, es la paz.

Vuestros méritos os hacen acreedores a mi consideración i a la del país.

Venid a cumplir conmigo los deberes que el patriotismo impone preparando a la Nación para mas altos i grandiosos destinos.

MIGUEL IGLESIAS.

Lima, Octubre 23 de 1883.

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Ahumada Moreno, Pascual. "Guerra del Pacífico, Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias i demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú i Bolivia" Tomo VIII, Valparaíso, 1891.  

Saludos

Jonatan Saona