17 de septiembre de 2018

Avelino Valenzuela

Avelino Valenzuela
Don Avelino Valenzuela
Capitán del 3.° de línea

I
De familia antigua i patricia, estirpe de Guzmanes i Valenzuelas, de Flores i Santibañez, en ciudad de batallas heroicas, en años de bélicas contiendas (1851), nació el valeroso capitán del rejimiento 3.° de línea don Avelino Valenzuela, siendo su padre don Joaquín Valenzuela i sus abuelos don Joaquín Valenzuela  i doña Dolores Guzmán. Su bisabuelo llamóse Diego Valenzuela. 

La ciudad de Rancagua, donde sus mayores vivieron en la opulencia, como propietarios de las  valiosas haciendas de San Joaquin i Pelequén, fue la cuna del joven héroe, como fuélo de Barceló, de Fuenzalida i otros bravos.

El padre de aquel niño predestinado subsiste todavía en Curicó en calidad de hacendado, i fué este último el primojénito de la numerosa prole de los Valenzuela Guzmán "de la calle de la Compañía", donde todavía consérvase, transformada desde 1858 i en el Angulo de la de Los Teatinos, su casa solariega.


II. 
Escasas son las noticias que se han guardado del ilustre compañero de Serrano i de Riquelme Lazo en las banderas del más atrevido rejimiento del ejército chileno en campaña formado en airado pelotón,  aquellos bravos repatriados que al avanzar sobre las líneas de Tacna, en columna cerrada de ataque, iban gritando:¡Tiemble la tierra que aquí va el 3.°! (1). 

III. 
De sus primeros años sábese únicamente que, enviado del campo a la ciudad, cuando salía de la turbulenta i traviesa infancia, entré, el niño Valenzuela a la Academia Militar en condición de pensionista, i luego dió en sus salones de estudio i en sus claustros de recreo i pujilato muestras vivas de su injenio i de su índole batalladora. 

"El niño Valenzuela --dice a este respecto, en carta reciente, un amigo  de su padre,- manifestó desde el principio una contracción admirable i tuvo siempre el aprecio de sus maestros. 

"Fué de conducta ejemplar, aunque. de carácter festivo; pero también fué de aquellos a quienes  no se ofende impunemente. "El que se la hacía se la pagaba." como vulgarmente se dice, pues tenia excelentes puños, que sabía emplear a su debido tiempo. 

"Incorporado a la Academia Militar como pensionista, fué allí el mismo  colejial alegre, estudioso, de puño duro, aprovechado i mui querido de sus compañeros i maestros. Su apoderado don Adolfo Silva Vergara le dispensaba mucho cariño. 

"El cadete Valenzuela era mui aficionado al dibujo natural i he podido ver algunos cuadros mui acabados que su padre conserva con relijioso cariño. En esos cuadros i en otros de paisajes, se nota la  vida, la alegría expansiva del joven dibujante" (2). 

IV. 
Adicto también por novedad i naturaleza a las aventuras del mar, elijió a su salida de la Escuela Militar esta carrera, i sirvió como guardia marina a bordo de nuestros buques de guerra durante quince meses, después de cuyo aprendizaje fuése a vivir al lado de sus padres. 

Mas declarada la guerra volvió el guarda marina Valenzuela a tomar las armas en tierra firme, i como los capitanes Serrano Montaner i Riquelme Lazo, escojió para hacer su escuela i su carrera al rejimiento 3.° de linea, incorporándose en sus filas en abril de 1879. 

V. 
Cúpole, en consecuencia, emprender las tres campañas en que, por porciones iguales, con los emplazamientos del teatro griego, -la unidad de tiempo, de acción i de lugar, se partió la guerra, a manera de torta de noviazgo inglés, en tres fragmentos, -campaña de Antofagasta, -campaña de Tacna, -campaña  de Lima. 

Distinguióse en todas ellas el valeroso capitán Valenzuela, i especialmente en la segunda de aquellas jornadas. Era sólo teniente en el memorable asalto de Arica; pero pertenecía a la compañía que comandaba el intrépido capitán Tristán Chacón i de la cual era subteniente el que más tarde ascendió a capitán en el campo de batalla, Alberto Riquelme Lazo. I para que pueda medirse la hondura de los abismos i de las crueldades de la guerra, sería suficiente recordar aquí que esos tres jóvenes oficiales, comandantes de una sola compañía (la 4.°  del 2.° batallón), uno en pos de otro, quedaron tirados, con sus sienes ensangrentadas por el plomo enemigo, en los fosos de los campos de batalla. 

Con la muerte gloriosa  del capitán Chacón a la entrada del fuerte Ciudadela, el 7 de junio de 1880, quedó al mando de su famosa compañía el teniente Valenzuela, i ascendido éste a capitán en la  marcha a Lima, peleó en el asalto del Morro Solar, como había peleado en el asalto de Arica con sus dos antiguos compañeros, Serrano i  Riquelme, i a su lado pereció. 

VII.
La carta de condolencia que con ese motivo escribieran a su aflijido padre sus jefes i los capitanes de compañía que le sobrevivieron, forman digna corona en torno de aquella frente juvenil, destrozada por el hierro; i por esto, como si fuera su más elocuente epitafio, aquí la copiamos: 

"Señor Joaquín Valenzuela G. 
"Campamento de San Borja, enero 25 de 1881. 
"Los que suscriben, jefes i oficiales del rejimiento 3.° de línea, tienen el sentimiento de poner en conocimiento de usted el fallecimiento del capitán don Avelino Valenzuela, ocurrido el 13 del presente en la batalla de Chorrillos. Escusado nos parece manifestar a usted el profundo dolor que su temprana muerte nos ha causado, i sírvale de lenitivo a su justo pesar, lo mismo que a nosotros, saber que ha muerto como valiente, defendiendo la honra i los derechos de su patria.

"Adjuntamos a usted una relación de los objetos de su pertenencia, los cuales quedan a su disposición o de la persona que designe en la comandancia de este Tejimiento, como asimismo su cadáver, que queda depositado en una bóveda del Cementerio de Chorrillos.

"Asociándonos de todo corazón al justo dolor que debe ocasionarle la muerte de su querido hijo, tenemos el honor de suscribirnos de usted, sus atentos i S. S.

J. Antonio Gutiérrez.—Gregorio Silva.—F. Castro.—-Pedro Novoa.—-L. F. Camus.—José I. López.—Leandro Fredes.—J. Bari.— Orestes Vera R.—Elias Arredondo G."

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(1) Datos del coronel Velázquez, jefe de Estado Mayor en la batalla de Tacna, quien oyera esas palabras al avanzar la reserva.
(2) Don José Toribio Marín, carta al autor, Curicó setiembre de 1884 


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Texto e imagen tomado del Álbum de la gloria de Chile, Tomo II, por Benjamín Vicuña Mackenna

Saludos
Jonatan Saona

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