23 de julio de 2014

Parte de A. García

Aurelio García y García
Parte de Aurelio García y García sobre la captura del Rímac

Comandancia Jeneral de la 2a división naval.
A bordo de la Unión al ancla.

Arica, Julio 25 de 1879.
Benemérito señor Jeneral Director de la Guerra:

Conforme a las instrucciones recibidas de V.E., el 10 del actual me puse de acuerdo con el capitán de navío don Miguel Grau a fin de concertar el plan de operaciones que estábamos encargados de realizar con la corbeta Unión de la división de mi mando i monitor Huáscar de la del primero.
Zarpamos de este puerto a las 3 h. 30 m. del 17, siguiendo ambos buques la derrota ya fijada i navegando el Huáscar más al Sur.

Me limitaré en el presente oficio a poner en conocimiento de V. E. los hechos ocurridos esclusivamente en el buque o en combinación con el Huáscar.

Ningún acontecimiento estraordinario tuvo lugar en el curso del día i noche de salida. Amaneció el 18 teniendo a la vista los elevados cerros de la península de Mejillones de Bolivia i ambos buques gobernando francos de la punta de Tetas. A la 1 h. P.M. se descubrió humo por el N., i mui luego hizo el Huáscar la señal "reconocer el buque avistado"; nos pusimos en demanda i a medida que nos aproximábamos se notaba que era un buque de guerra. Este, que navegaba también al Norte, principió a encaminar su derrota a la bahía de Mejillones, donde lo seguimos en son de combate, haciendo al Huáscar la señal «el buque avistado parece enemigo». Una vez que estuvimos a mitad de tiro, ordené afianzar el pabellón, acto que fué contestado por el vapor que seguíamos enarbolando el francés, que era su nacionalidad, comprobada con la visita que hizo a su bordo mi ayudante el teniente La-Torre Bueno.
Al Huáscar, que en estos momentos penetraba al fondeadero, di el aviso de «ser neutral el buque perseguido.»

En la tarde se anunció un vapor al Norte i reconocido por el Huáscar resultó ser el ordinario de la línea británica.

Permanecimos ambos buques en la boca de la bahía aguantándonos sobre la máquina hasta las 7 h. 45 m. P.M.,qne seguimos derrota para el Sur.

Con la primera luz del 19 distinguimos frente al puerto de Antofagasta cuatro buques a la vela: el Huáscar se dirijió a reconocer los dos mas próximos i la Unión el mas lejano. Este era la fragata Adelaida Rojas con mil setecientas toneladas de carbón a su bordo, procedente de Coronel con destino a Antofagasta; buque i cargamento de propiedad chilena; i la bandera de Nicaragua que tremolaba ilegalmente adquirida, según los documentos que me fueron presentados. Ordené su captura i poniéndole la dotación correspondiente fué despachado en el acto al Callao para su juzgamiento a cargo del teniente 2.° don Ramón S. Carrion. Durante la tarde i noche seguimos al Sur.

En la mañana del 20 ya frente a Chañaral avistamos una vela por el O., le dimos caza i se reconoció al bergantín Saucy Jack cargado de mineral de cobre en viaje de Taltal al puerto antes nombrado; buque i cargamento eran de propiedad chilena; i como el anterior, de uso ilejítimo el pabellón de Nicaragua a que se acojia. Apresado que fué i dotado del equipaje debido, lo despaché para el Callao, a cargo del teniente 2.° don Julio Jiménez.

El Huáscar había penetrado a la bahía de Chañaral; i la Unión siguió para el puerto de Caldera en donde debíamos esperarlo. A las 2 h. P. M. penetrábamos a Caldera i aguantándonos sobre la máquina atravesados entre las dos puntitas inferiores, presentábamos el costado de babor a la ciudad. Por todas las calles se distinguía el movimiento ajitado de los pobladores i en los tres fuertes gran número de soldados que además se hallaban diseminados en las puntitas salientes ocultos tras de las piedras. En el puerto había tres buques de vela i el vapor Santa Rosa; las embarcaciones menores no se veían a flote, lo que me hizo suponer que sabiendo nuestra aproximación fueron varadas. De parte de tierra no se hizo el menor acto de provocación, llevando su benignidad hasta no enarbolar pabellón en el vijía, fuertes, faro, muelle, aduana i demás lugares oficiales donde es de uso ordinario, con especialidad en los techos. Antes de oscurecer salimos en busca del Huáscar, al que encontramos un poco al Norte: reunidos regresamos a Caldera i penetrando al fondeadero permanecimos hasta las nueve de la noche.

Aprovechando en el día de la presencia del vapor Santa, Rosa, hice preguntar a su capitán si no tendría inconveniente en recibir a los marineros que había tomado en los buques apresados; su contestación fué de aceptación en cuanto a los chilenos, pero pidiendo el abono del pasaje de los de otras nacionalidades. Remití a su bordo a las once chilenos que había i retuve a los estranjeros.

En la mañana del 21 nos dirijimos al puerto de Carrizal, siguiendo el Huáscar al de Huasco. Fondeamos en el primero a las 0 h. 30 m. A.M. e inmediatamente mandé al teniente 2.° La Torre Bueno a notificar a la autoridad local íbamos a destruir todas las lanchas del puerto, previniéndole además que la menor agresión a nuestra jente traería represalias rigurosas. La contestación de aquel funcionario fué la mas humilde sumisión a lo dispuesto. Diezisiete lanchas que se hallaban a flote fueron inutilizadas e incendiadas por nuestros botes destacados al efecto. Tres buques ingleses i uno guatemalteco se hallaban en la bahía.

En el último dejé para su desembarco en tierra el resto de marineros estranjeros de los buques apresados.
A la salida del puerto en la tarde, nos reunimos nuevamente con el Huáscar i ambos seguimos al Norte durante la noche.

El 22 mui de mañana reconocimos al vapor británico Colombia que se dirijia a Caldera, encontrándonos nosotros frente a Chañaral, a cuyo puerto entramos a las 9 h. 50 m. A.M. en unión del Huáscar: éste reconoció uno de los tres buques surtos en la bahía i nosotros otro de ellos que tenia buenos sus papeles.

Como el Huáscar debía demorar algún tiempo para despachar el buque, que resultó sospechoso, salimos con la Unión a visitar el próximo puerto de. Pan de Azúcar. Adoptando igual procedimiento a lo observado en Carrizal i con idéntico resultado, ordené destruir i quemar las cinco lanchas que encontramos en el fondeadero. Aquí como en Carrizal no se veía una sola bandera chilena.

Habiendo acordado con el Huáscar juntarnos al amanecer del dia siguiente a veinte millas cíe Antofagasta, entrando simultáneamente a este puerto el primero por el Norte i la Unión por el Sur, navegamos durante la noche para proceder de conformidad con ese plan.

En las primeras horas del 23, se hallaba la Unión en el punto convenido frente al Morro de Jara, i apenas principió el horizonte a despejarse cuando avistamos hacia el N. E. un vapor que navegaba en demanda de Antofagasta. Ordené en el acto reconocerlo, i al aproximarnos a su costado, se izó nuestra bandera con el ceremonial de ordenanza.

El buque avistado respondió con un disparo a bala que ningún daño nos causó; eran entonces las 7 h. 10 m. A. M. i desde tal instante principiamos la caza mas importante que nos era dable perseguir. El Huáscar no se descubría en el horizonte.

El vapor que se halla a distancia de 4,500 metros, puso proa al N. i después al N. O. i dando su mayor andar emprendió la fuga mas precipitada. Ordené entonces hacer primero fuego con los cuatro cañones de proa a babor, que solo tuvieron puntería para el tiro cargado de cada uno, i siguiendo sus aguas para alcanzarlo, dar a la máquina su máxima velocidad.

El buque perseguido iba sin bandera alguna i nos ganaba notablemente distancia en los primeros minutos; pero funcionando nuestra máquina ya con mas aceleración, después de un cuarto de hora la distancia principió a acortarse visible pero lentamente. Rondando su rumbo grado a grado, había recorrido el buque enemigo de N. O. al O. en que gobernaba a las 7 h. A.M. a distancia vade 1,600 metros.

Mandé entonces a fin de no perder un punto en la caza, que el cañón pequeño de desembarco colocado sobre el castillo de proa, hiciera fuego en esa dirección, que era sobre la popa del enemigo.
Tomó cargo de esta pieza el mayor de órdenes de la división, capitán de fragata don Gregorio Pérez, que personalmente dirijia las punterías.

A las 8 h. A.M. gobernábamos al O.S.O. i mediaba entre los buques la distancia de 1,000 metros i el cañón de castillo continuaba sus disparos, que iban haciéndose cada vez mas certeros.

A las 9 h. el rumbo era S. O. i habíamos acortado la distancia a 900 metros i varios tiros del cañoncito de caza habían tocado al enemigo; a esta misma hora se avistó por el S. E. humo en el horizonte, que media hora después se reconoció ser el Huáscar, el mismo que poco después hizo un tiro que cayó próximamente a 1,500 metros de nuestro costado.

Eran las 10 h. A. M., nos separaba apenas del buque a que dábamos caza una distancia de 600 metros, cuando éste, que no había cesado de recibir nuestros disparos, izó en el tope de trinquete bandera blanca i paró su máquina.

Ordené suspender los fuegos i pegándome prudencialmente a su costado con la batería de babor sobre él, despaché al teniente 2.° don Felipe La Torre Bueno a tomar posesión del buque a nombre del Perú i remitirme a bordo al comandante i pabellón de él. Esta comisión fué desempeñada con notable prontitud i en breves instantes se hallaban a bordo de la Unión la bandera chilena que estaba amarrada en la driza de popa i el capitán de fragata don Ignacio L. Gana del buque apresado, que lo es el trasporte de guerra chileno Rímac de cinco cañones, conduciendo a su bordo al escuadrón Carabineros de Yungai fuerte de 245 plazas, al mando del comandante don Manuel Búlnes, segundo sárjento mayor don Wenceslao Búlnes i trece oficiales. Se encuentran además a bordo varios pasajeros militares, 215 caballos, pertrechos, municiones, carbón i gran cantidad de aprestos militares i provisiones, cuyo pormenor consta del manifiesto que existe a bordo del vapor. El Rímac, que recibió siete balazos, tuvo un muerto i dos heridos de tropa.

El Huáscar, que se aproximó en el intermedio en que ambos buques Rimac i Unión perdíamos al parar las máquinas la gran velocidad con que veníamos navegando, mandó luego sus embarcaciones, conduciendo tropa, marineros i oficiales para dotar el buque, coordinando entre ambos la proporción en que esta jente debía remitirse de nuestros buques para asegurar el vapor apresado; así fué éste dotado convenientemente, distribuyéndose los prisioneros de su antigua tripulación a bordo de uno i otro.

Ya listos, emprendimos viaje a este puerto los tres buques en convoi i en él acabamos de fondear sin la menor novedad.
Inútil creo, Excmo. señor, agregar una palabra mas a la relación desnuda i sencilla de los sucesos; hai hechos que no necesitan comentarios, i las únicas palabras que en estos momentos me será permitido consignar, son de la mas marcada recomendación a los jefes, oficiales i tripulantes de la Unión, cuya intelijencia, entusiasmo i jamás desmentida decisión son ya conocidos.

Adjunto encontrará V. E. el parte que he recibido del comandante de la Unión, capitán de navío don Nicolás F. Portal.

Que los resultados de esta corta espedición correspondan de algún modo a las aspiraciones nacionales i a los fines que V. E. persigne en la dirección gloriosa de la campaña, son los deseos que a todos nos animan.

Dios guarde a V. E., Excmo. señor.
(Firmado).AURELIO GARCÍA I GARCÍA.


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Imagen, Aurelio García y García, cuadro del Museo Naval del Perú

Saludos
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. Olvidó un pequeño detalle el comandante García y García en su parte. No hace constar allí que, al arribar a Arica en su regreso, ordenó izar la bandera chilena al revés (con la estrella hacia abajo) en el mesana del "Rímac".
    Afrenta que las distintas banderas peruanas capturadas por las fuerzas chilenas en esa guerra jamás recibieron.

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