|
Nicolás de Piérola |
Piérola al través de la guerra
I.
He aquí un hombre más, digno de la historia americana y de la universal.
Los hombres se ajitan por dejar un nombre inmortal en cualquiera clase, en la guerra, en la administración, en las letras, en las artes, en las ciencias, en la filantropía, pero cuán pocos alcanzan su ardiente aspiración!
No basta tener una alta posición social o política para ser digno de la historia, para ser memorable; no basta ser emperador, rey, czar, presidente, ministro, ni tener un voluminoso espediente de hojas de servicio, venidas sabe Dios si por intrigas y bajezas, ó perfidias y traiciones. Hay entre esa esfera de altos personajes, un vulgo como hay entre los hombres; vulgo que no merece renombre, que solo sirve para llenar tablas cronológicas: vulgo de mandarines, que no se han hecho notables por el bien, ni por el mal, que no han dejado virtudes que imitar, ni vicios de que huir, ni Trajanos, ni Nerones.