Arturo Benavides Santos |
Arturo Benavides Santos y el aniversario del combate de Iquique y el de la batalla del Campo de la Alianza
"Se aproximaban los aniversarios de Arica, Tacna e Iquique...
Durante las comidas y siempre que estábamos reunidos yo los recordaba e insinuaba que debían celebrarse con gran solemnidad.
El comandante Robles y casi todos los oficiales asentían a lo que yo decía, pero los días pasaban y no veía preparar nada grandioso. Sólo la víspera del combate de Iquique se ordenó que al día siguiente se tocara la canción nacional al izar la bandera en el cuartel, y que se mejorara el rancho de la tropa y la comida de los oficiales.
Por tal causa yo no estaba contento; deseaba algo más y me propuse dar algún esplendor a la conmemoración del épico combate.
Compré un cajón de gruesos cohetes y al rayar el alba los hice explotar en las cuatro esquinas de la plaza. Eran cohetes muy gruesos y los estampidos que produjeron semejaban cañonazos. Como todavía no se tocaba diana, todos dormían y alarmados se levantaron creyendo era u n a sorpresa del enemigo.
La diana de ese día se vió presidida por el comandante Robles y asistieron todos los oficiales y capitanes; y yo después de ella, pasé al cuarto de banderas arrestado, aparte de la severa reprimenda que recibí. No obstante, estaba contentísimo y ni la prisión con centinela de vista habría hecho disminuir mi alegría. ¡Si los cohetes, a manera de salvas habían sonado como verdaderos cañonazos el 21 de Mayo!
¡Y era yo quien los había costeado!
Y mi alegría aumentó más aún porque a la hora de almuerzo se me puso en libertad, fuí a almorzar con todos y fué almuerzo como de 21 de Mayo; con banda y brindis....
En el almuerzo del 26 de mayo, aniversario de la batalla de Tacna, sufrí un bochorno, que aún recuerdo. El comandante Robles me corrigió una palabra y con el tono seco que acostumbraba, que lo hacía antipático, pero que empleaba como ocultar para su bondad, me dijo: “Debiera estudiar gramática: un oficial debe saber hablar y escribir correctamente”. Le di las gracias por el consejo y le prometí procurarlo. Y cavilando en la forma de hacerlo se me ocurrió un procedimiento que me dio buen resultado, que recomiendo a los que se encuentren con deficientes estudios gramaticales: escribir diariamente algo impreso. Así lo hice por varios años y sin más que eso mejoré mi ortografía y conseguí hasta poder escribir con relativa corrección. Puedo, pues, decir con verdad que lo que sé de gramática se lo debo al comandante Robles”.
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Benavides Santos, Arturo. "Seis años de vacaciones. Recuerdos de la Guerra del Pacífico. 1879-84" Santiago, 1929.
Saludos
Jonatan Saona
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