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7 de septiembre de 2021

César Canevaro

César Canevaro
Don César Canevaro
Primer VicePresidente de la República y Presidente del Casino Militar

El general de división señor César Canevaro, como militar y como ciudadano particular, ocupa en nuestra historia contemporánea, un lugar muy distinguido, por su diligente y patriótica actuación en la vida del Perú.

Por sus dotes personales, por su experiencia administrativa y por su posición social está llamado a prestar al país nuevos y valiosos servicios.

A su bien cultivada inteligencia une elevados y nobles sentimientos, que norman invariablemente su vida pública y privada, y que se manifiestan por las grandes y generosas acciones que siempre han señalado su paso por los diversos puestos que desempeñó con singular civismo.

Nació en esta capital, el 19 de enero de 1846. Sus padres, don José Canevaro y doña Francisca Valega, con el objeto de darle una esmerada educación profesional, lo enviaron a la Escuela Militar de Bélgica, donde hizo sus primeros estudios. Pasó luego, a la Escuela de Aplicación en la clase de subteniente y terminó sus estudios prácticos en las fortificaciones de Termonde, como adjunto al comandante de ingenieros de esa plaza; obteniendo una mención muy honrosa, por sus conocimientos técnicos y por su buen comportamiento.

Terminados sus estudios profesionales, estuvo en aptitud de servir provechosamente a su país.

En 1868, para ampliar sus conocimientos militares fué nombrado adjunto a la legación del Perú en Francia. Era entonces capitán de artillería inscrito en el escalafón del ejército de la república.

A su regreso, el gobierno de don Manuel Pardo, lo nombró 2° jefe del batallón N° 10, del cual, más tarde, fué 1° jefe.

En 1874. cuando la revolución encabezada por don Nicolás de Piérola estalló en Moquegua, marchó al sur con su batallón y bajo las órdenes inmediatas del Jefe del Estado, tomó parle en la batalla de los Ángeles, en las que fueron derrotadas las fuerzas rebeldes.

En la guerra con la república de Chile, fué cuando el general Canevaro manifestó con más intensidad su bizarría como militar y su patriotismo como ciudadano; pues, no soló se batió con denuedo en los campos de batalla, sino que prestó otros servicios inapreciables, en aquella época tan angustiosa para el país. El general Canevaro puso al servicio de la patria su persona., su fortuna y sus grandes relaciones.

La república estaba, desarmada; ni aun los buques de guerra contaban con la suficiente dotación de municiones, y el Huáscar, carecía en lo absoluto de ellas.

El general Canevaro, aprovechando de sus relaciones en Europa, logró conseguir el número necesario de bombas «Pellicier» para los cañones del Huáscar, y fué en comisión a recibir en Panamá, el armamento que su patriota hermano, don José Francisco, había comprado en Europa.

Después del desastre de San Francisco, y no obstante la victoria, que nuestras fuerzas alcanzaron en Tarapacá, el ejército chileno ocupó este rico departamento. Nuestras deshechas fuerzas se retiraron a Arica y empezaron a reorganizarse en Tacna, bajo las órdenes del contralmirante Lizardo Montero.

Amenazada, Tacna por el ejército invasor, fué necesario reforzar el nuestro. Entre las tropas que el gobierno mandó al sur fué el batallón provisional de línea N° 2, que el entonces coronel Canevaro disciplinó y sostuvo a su costa y que en la batalla del Campo de la Alianza fué uno de los que más se distinguió por su bravura.

En Tacna, el coronel Canevaro fué nombrado comandante general de la 2° división.
Derrocado el gobierno constitucional por la revolución que proclamó a don Nicolás de Piérola, Jefe Supremo con facultades omnímodas, (diciembre de 1879) el ejército de Tacna, reconoció al nuevo gobierno.

Este ejército, sin esperanzas de auxilio, se hallaba en una gravísima situación, esperando de un día a otro, ser atacado por las fuerzas invasoras en número abrumador. Las cajas de los cuerpos estaban vacías y no había de dónde proveerse de fondos para socorrer a la tropa. Fué entonces, cuando se manifestó en toda su grandeza el patriotismo del comandante de la segunda división del ejército, coronel Canevaro. El contralmirante Montero y el prefecto Dr. Solar, se dirigieron a él para que salvara esta situación. El coronel Canevaro, empeñó su crédito y obtuvo los fondos necesarios.

El coronel Canevaro, el día del combate del Campo de la Alianza, el 26 de mayo de 1880, al frente de las tropas que comandaba, peleó con denuedo, hasta que, declarada la derrota, se retiró en buen orden con las pocas fuerzas que le quedaron y las entregó a las autoridades de Puno, por orden del Dictador.

De regreso en Lima y en vísperas de las batallas de San Juan y Miraflores, el Dictador le confió el mando de una división del ejército.

El 13 de enero de 1881, en la batalla de San Juan, el coronel Canevaro sostuvo con bravura el puesto que se le había señalado, hasta que, rota nuestra línea y flanqueadas nuestras fuerzas, se replegó a la línea de Miraflores. En la batalla perdió tres ayudantes, los señores coronel J. Díaz, teniente del Campo y el mayor Juan Castilla, hijo del Gran Mariscal.

El 15 de enero, día en que se libró la batalla en las cercanías de Miraflores, el coronel Canevaro defendió, con bizarría, su puesto, entre los reductos 2 y 3, hasta que cayó gravemente herido; fué entonces sacado del campo de batalla y conducido a Lima.

Cuando las autoridades chilenas se apoderaron de la Municipalidad de Lima, de la que era Alcalde el coronel Canevaro, éste se dirigió al sur. En Arequipa, el gobierno del contralmirante Montero, le confió la alta clase de General de Brigada, resolución que sancionó el Congreso de 1886. También se le confirió el mando de la Guardia Nacional, y poco después el mando de todo el ejército, que se empeñó en reorganizar para defender esa parte de nuestro territorio.

Por desgracia, su trabajo y sus desvelos fueron estériles. Intrigan interiores, que partieron de Tacna, desorganizaron esas fuerzas, a la aproximación de una fuerte división chilena que marchó sobre Arequipa y ocupó esa ciudad sin resistencia alguna. El general Canevaro se retiró a Bolivia adonde se habían retirado Montero, sus ministros y otros jefes.

Al levantar el general Cáceres, en 1884, la bandera constitucional, para derrocar al gobierno de don Miguel Iglesias, el general Canevaro, como jefe superior de los departamentos del sur, como ministro de Cáceres y como agente en Bolivia. prestó todo su concurso, hasta que en diciembre de 1885 entraron victoriosas a Lima, las fuerzas constitucionales.

Después, bajo el gobierno del señor Romana, fué nombrado Jefe de Estado Mayor General del Ejército y Jefe de Zona de Lima y el Callao; cargos que desempeñó con inteligencia y entusiasmo.
El Congreso, en atención a sus sobresalientes méritos, aprobó en 3 de septiembre de 1905, la propuesta del Poder Ejecutivo para elevarlo a la clase de general de división.

Al dejar la Jefatura del Estado Mayor que desempeñó dos años y medio, ocupó la presidencia del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, esforzándose en sostener siempre el prestigio de ese alto cuerpo de la justicia militar, que ha sido sustituido por el Consejo de Oficiales Generales, según ley del Congreso.

Muchas otras comisiones ha desempeñado en el ramo de guerra el general Canevaro; ha sido miembro de la comisión examinadora del contrato con la misión militar francesa; presidente de la comisión encargada de formular el proyecto de reglamento de Estado Mayor General y vicepresidente de la comisión consultiva de guerra en 1900.

El general Canevaro, no sólo ha actuado en la vida militar del Perú, ha figurado también en su vida civil; distinguiéndose siempre por su actividad, por su entusiasmo, por su amor al progreso, y, sobre todo, por su abnegación, que es lo que caracteriza su personalidad moral.

Ha sido diputado por la provincia de Huarochirí y presidente de la Cámara en 1881, cuando el Congreso funcionó en Chorrillos. Senador por el departamento de Lambayeque en 1883 y por Lima en 1886, y 1894, siendo ese año presidente de esa Cámara.


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Paz Soldán, Juan Pedro. "Diccionario Biográfico de Peruanos Contemporáneos" Lima, 1917.

Saludos
Jonatan Saona

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