Perteneció a la compañía del capitán Vallejos i corrió su suerte en San Francisco. Era mozo humilde, hijo de un conocido menestral de Copiapó, fusilado por odios políticos en la revolución de 1851.
Su muerte, más afortunada que la de su padre, abrióle camino a mejor memoria como la de aquél habíale rodeado de la afectuosa compasión que lega siempre el cadalso injusto a la orfandad desvalida.
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Texto e imagen tomados de "El Álbum de la gloria de Chile", Tomo II, por Benjamín Vicuña Mackenna
Saludos
Jonatan Saona
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