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4 de noviembre de 2025

Granier sobre Pisagua

Juan Granier
Carta de Juan Granier a Hilarión Daza sobre la toma de Pisagua

Agua Santa, Noviembre 5 de 1879.

Señor Jeneral Hilarión Daza - Tacna.

Mi estimado amigo:

Comprenderá Ud.  cuál es nuestra situación después de un golpe desgraciado, pero que honra altamente las armas de nuestra patria.  

El parte que pasarán a Ud. los jenerales que felizmente se encontraron el día de la acción, le harán ver cuál ha sido la conducta de mis compañeros.

Mucha mortandad en ambos cuerpos, pero la dispersión ha sido mucha. Batallón Victoria cuenta 230 hombres, Independencia 24. La desmoralización la encabezaron Patzi, quien se marchó conduciendo una partida de soldados, i no haber quién los tratase de reunir, a no ser el lastimoso estado en que llegaron mis oficiales i el no poder proporcionarme una bestia, ha hecho que no los reúna íntegramente. Bien sabe Ud. lo que es una dispersión; pero cuando se quiere trabajar i no desmayar por una derrota que nos pone a la altura de los héroes del Huáscar, pues es menester tener en cuenta que no se presentarán muchos combates bajo las condiciones desfavorables en que se ha presentado la gloriosa resistencia de Pisagua.

Mil i mas cañonazos, el fuego de ametralladoras de todos los buques, el nutridísimo fuego de fusilería de miles de hombres parapetados en las cubiertas de los buques, e innumerables lanchas cargadas de jente que desembarcaban por todas partes, cobijados por el espeso humo producido por el incendio de salitre i la población, han sido los elementos que nos han combatido.

He tenido la desgracia de perder a Pareja, cuarto jefe; ayudante Valle, capitán Palacios, teniente Reyes Alvarez; heridos: capitán Ortiz i subteniente Mejía, felizmente no de gravedad.

Largo seria hacer una relación; pero la reservo para cuando lleguemos a Pozo Almonte, de donde podré hacerlo con calma, pues los preparativos de marcha no me lo permiten hoi.

Nuestros aliados nos admiran.

Teniente coronel Cleto Pérez, murió. 
Lo abraza su amigo 

JUAN GRANIER.

PD. - Nuestra situación es lastimosa: no tenemos una camisa, nadie ha salvado un pañuelo.
Mi tercer jefe, Dávila, desertó miserablemente, llenando de lodo el nombre de mi batallón.
"Hai alguno" que quedrá presentarse de víctima, espere y verá la realidad. Son los que de miedo han querido zafar antes.

J.G.


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Ahumada Moreno, Pascual. "Guerra del Pacífico, Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias i demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú i Bolivia" Tomo II, Valparaíso, 1885. 

Saludos
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. Resulta interesante contrastar esta carta del comandante Granier a Daza, con aquella que, sobre el mismo asunto, dirige Isaac Recabarren a Juan Buendía 14 meses más tarde, el 06.01.81, desde el campamento de San Juan, en la línea de defensa de Lima.
    De esa comparación se desprende que ese día 2 de noviembre, los nacionales de Perú quedaron solos para enfrentar el desembarco chileno en la llamada playa "Huata", al norte de Pisagua, con sensibles bajas, al extremo de que Recabarren solo salvó, en su retirada, solo 80 de esos combatientes peruanos. También se explica allí la razón por la que los batallones bolivianos "Independencia" y "Victoria tuvieran pérdidas tan disímiles. La mitad del "Independencia" (dos compañías) se encontraba en Pisagua mismo, cercano al desembarco enemigo, en tanto que Recabarren sitúa al otro medio batallón "Independencia", y al "Victoria" completo, en Alto Hospicio, que describe a "6 millas" de distancia. Vale decir, no ubicados en el borde de la meseta que mira al mar, sino algo alejados hacia el interior, lo que explica su tardanza en incorporarse al combate.
    Como sea, nadie pone en duda el valor de una u otra nacionalidades en ese choque, pero aquello de "nuestros aliados nos admiran" pareciera algo fatuo.
    Los combatientes peruanos cayeron defendiendo su suelo en un 75% aproximado, dignos y disciplinados. Nadie salió allí a reclamar heroísmos especiales, ni merecimientos de admiración en desmedro de otros. Cumplieron con su deber, como su patria esperaba de ellos, cayendo en sus puestos luego de abatir cuantos enemigos pudieron. Eso se llama honor de soldado.

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