Episodio de la Guerra del Pacífico
Esa mañana el Comandante Thompson(*) apareció afeitado y contento sobre el monitor, en cuya cubierta no quedaban ya ni señales de la sangre de Prat y Grau.
Sus pupilas de zafiro tuvieron entonces destellos de rubí al mirar hacia las fortalezas del Morro, al pie de cuyo atalaya velaba el Manco Cápac con sus cañones de á quinientas. ¡Cuánto para aquel entonces!
Con la mirada encendida, aquel león de selva cabalgando en la estrecha cubierta de un monitor, que reducía por la fuerza sus impulsos de acometer de una vez, no podía distender por más tiempo sus nervios. La buscaba y el que la busca, la halla.