Ricardo Sevilla

Ricardo Sevilla

Coronel Ricardo Sevilla y Peralta

(1929 a 1930)

Este distinguido Jefe de nuestro Ejército, llamado a jugar destacado rol en la época contemporánea de nuestra Benemérita Sociedad, a cuyas finalidades y propósitos dedicase inquebrantable y devota lealtad, nace en Lima en 1862 el 15 de Enero, día que luego habría de ser memorable en los fastos de la República, en el respetable hogar que formasen los que fueron sus padres, el señor Coronel de Caballería D. Joaquín Sevilla y la virtuosa dama Doña Josefa Peralta.

Sus primeros estudios los hace en el Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe. Prosigue la vida estudiantil matriculándose en la Facultad de Derecho de nuestra centenaria Universidad Nacional Mayor de San Marcos, época en la que su vida adquiere curso definitivo cuando, conmovido el país por las conmociones de cruenta guerra, abandona los claustros para escuchar la voz del deber y la del ancestro, que de consuno le imponían consagrarse a la defensa de la Patria amenazada, ingresando entonces al Ejército, con el grado de Alférez de Caballería, el 12 de Febrero de 1880, siendo de inmediato destinado al Regimiento "Rímac No 3", unidad ésta con la que toma parte en el combate de Herbay (Cañete), en el que recibe su bautismo de fuego, el 18 de Diciembre de 1880, y luego, formando parte de la primera Brigada de Caballería, en las Batallas de San Juan y Miraflores, el 13 y 15 de Enero de 1881.

Es promovido, sucesivamente, a las clases de: Teniente -por despacho conferido por el Sr. General Iglesias, Presidente Provisorio de la República, el 5 de Marzo de 1884-; a la de Capitán por despachos otorgados por el Benemérito Señor General Andrés Avelino Cáceres, Presidente Constitucional de la República, el 19 de Marzo de 1890; a la de Mayor por despachos conferidos por el Sr. D. Eduardo López de la Romaña, Presidente Constitucional de la República, el 2 de Noviembre de 1900; a la de Teniente Coronel por despachos otorgados por el Sr. D. Eduardo López de la Romaña, Presidente Constitucional de la República, el 27 de Julio de 1903; y a la de Coronel, el 7 de Enero de 1913, por despachos firmados por el Sr. D. Guillermo Billinghurst, igualmente Presidente Constitucional de la República.

La carrera militar del señor Coronel Sevilla estuvo jalonada de actos propios de su elevado y recto espíritu de cumplimiento austero del deber, desde el instante mismo de su ingreso al servicio, en todos los cuerpos y reparticiones a las que fuere destinado. La primera solución de continuidad, que como otras después, se originase por su leal apego a los mandatos constitucionales y a los gobiernos por ellos constituídos, se produce el 19 de Marzo de 1895, por haber tomado parte en la defensa de Lima contra las fuerzas coalicionistas de D. Nicolás de Piérola. Permanece alejado de ellas hasta el 4 de Enero de 1898, fecha en la que reingresa al Ejército, en el Glorioso Regimiento Húsares de Junín No 1. Producido su ascenso a Mayor sirve en el Estado Mayor General del Ejército primero y luego en la Escuela Militar de Chorrillos. Ya como Teniente Coronel comanda por ocho años consecutivos el Regimiento de Caballería No 9, y después los Regimientos Húsares de Junín No 1 y "Escolta del Presidente". Comando que mantiene al ser llamado, cuando fuera ascendido a Coronel a ocupar el cargo de Jefe de la Casa Militar del Presidente de la República, hasta el 6 de Febrero de 1914, fecha en la que nuevamente cesa en el Servicio.

Con el advenimiento del régimen constitucional del Sr. Dr. José Pardo, el Coronel Sevilla es nombrado Prefecto de la Prov. Litoral de Moquegua, puesto en el que permanece hasta el 13 de Marzo de 1917, fecha en la que se reintegra al Ejército, destinado al Estado Mayor General como Inspector de Caballería, cargo que sirve hasta el 2 de Julio de 1918 en que es nombrado Intendente General de Guerra. En esta colocación continúa hasta el 6 de Julio de 1919, pasando después, primero a órdenes del Ministerio de Guerra y seguidamente a la Pagaduría de Retirados del Ejército, en donde permanece en situación de Actividad hasta el 15 de Enero de 1922 y de allí en adelante en la de Retiro, hasta el 22 de Agosto de 1930 en que deja definitivamente el servicio, al fenecer el régimen que en esa misma fecha fuera derrocado.

Militar por imperio de razones ancestrales, el señor Coronel D. Ricardo Sevilla contó entre sus ascendientes a su abuelo el Tte. Coronel de Caballería D. Pedro Sevilla, cuyos servicios militares terminaron abruptamente el 5 de Enero de 1855, al ser borrado del Escalafón por disposición del Gobierno revolucionario del Mariscal Castilla, en una de esas frecuentes convulsiones de la agitada política de aquellas turbulentas épocas; a su señor padre, el Coronel de Caballería D. Joaquín Sevilla, vencedor en la gloriosa jomada del 2 de Mayo de 1866, en la que le tocase combatir en el Fuerte Santa Rosa; y a sus tíos los Coroneles de Caballería D. Pedro J. Sevilla, quien mandando el Regimiento "Rímac N° 3" desempeñó la misión de vigilar los movimientos y tomar contacto con las fuerzas chilenas desembarcadas en Pisco, misión que terminase infortunadamente con la desdichada sorpresa de El Manzano; y D. José Sevilla, también vencedor en el combate del 2 de Mayo de 1866.

Las prendas personales del señor Coronel D. Ricardo Sevilla, cuya formación espiritual y profesional tuvieran sólida simiente de virtudes caballerescas y patrióticas, se reflejaron amplia y generosamente en todas las circunstancias de su vida. De allí que cuantos frecuentasen su trato, como amigos, como subalternos, como camaradas, tuvieran de él altísimo concepto y le profesasen cordial e invariable afecto.

Siguiendo las normas rectoras de su firme vocación patriótica, el señor Coronel Sevilla tenía que llegar a las filas de la Benemérita Sociedad, como en efecto llegó, en el año 1918: constituyéndose, desde el primer momento, en uno de sus mas activos elementos, ya en el desempeño de Comisiones diversas, o ya en el ejercicio de distintos cargos en sus Juntas Directivas, en las que fuera Fiscal por varios y sucesivos períodos y luego Segundo Vice-Presidente, en época en la que la Presidencia estaba confiada al Benemérito Señor General D. Foción Mariátegui y la Primera Vice Presidencia al recientemente desaparecido señor General D. José Luis Salmón.

La avanzada edad y la precaria salud del señor General Mariátegui y las recargadas tareas profesionales del señor General Salmón, primero como Director de la Escuela Militar de Chorrillos y luego como Ministro de Guerra, hicieron que la Presidencia de la Sociedad recayera en el señor Coronel Sevilla, desde Abril de 1929 a Setiembre de 1930. Época para la cual ya se había producido el deceso del señor General Mariátegui y había sido elegido para la Presidencia de la Benemérita el señor General Salmón y para la primera Vice-Presidencia el señor General Juan Manuel Zuloaga, desde entonces y en tal carácter continuó al frente de la Benemérita, hasta su posterior elección para la Presidencia ya en las elecciones de Junio de 1931.

Durante el temporal ejercicio del más alto cargo institucional, el señor Coronel D. Ricardo Sevilla se distinguió por su dinámico espíritu, por la cordial comprensión con la que condujo siempre los debates en las sesiones, que por entonces se realizaban bimensualmente; por el tino que puso para orillar conflictos y controversias; por su austera administración de los escasos dineros presupuestales de la Institución y por el brillo que confirió a las distintas celebraciones y ceremonias que le tocó presidir. Siendo de añadir que ya antes, al momento de ejercer una de las Fiscalías, contribuyó resueltamente a las gestiones mediante las cuales se obtuvo del Presidente Sr. Leguía la cesión a la Sociedad del actual local de la Avda. Arequipa, motivando con ello la expresión de reconocimiento institucional mediante la cual se dispuso que el retrato del señor Coronel Sevilla, con los de los entonces Coroneles Salmón y Lanfranco, se exhibiera permanentemente en uno de los Salones de la Benemérita.

Por el meditado y justiciero análisis de este meritorio aporte institucional, el señor Coronel Ricardo Sevilla, aún sin haber sido ungido por el voto de sus consocios para la Presidencia de la Benemérita, puede ocupar con brillo lugar propio y distinguido entre quienes han ejercido tan elevado y honorífico cargo. Más de un año de trabajo de patriótica inspiración y permanente desvelo, constituyen título sobrado para perpetuar su memoria entre las distinguidas personalidades que dieron lustre, brillo y prestigio a nuestra centenaria Institución, y la mantuvieron siempre digna de sus históricas y venerables tradiciones, con las que él supo, en todo instante, identificarse a plenitud.

Florentino López Torres.

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"Reseña Histórica de la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores el 2 de mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria. En el primer centenario de su fundación". Lima, 1957.

Saludos

Jonatan Saona