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5 de febrero de 2024

Pucará por Dellepiane

Bandera peruana usada en la campaña de la Breña

"Operaciones en el interior

Del Canto tomó el mando con gran entusiasmo y en sus actividades fincaron los chilenos las mejores expectativas. El mismo día en que el nuevo comandante de la expedición pudo dar órdenes a la tropa, es decir, el 1° de febrero, dispuso que una partida de caballería se dirigiera hacia el enemigo y ordenó que la mitad de las tropas saliera el 2 por la margen oeste del Mantaro para reunirse con él en Concepción, adonde esperaba llegar el 4 con el resto de la fuerzas, tomando el camino más corto que pasa por la margen este del río.

Efectivamente, del Canto salió de Jauja el 3, pero al llegar a Concepción no halló a la otra columna, mandada por el Coronel Robles del «Lautaro», que había tenido un retraso por la rotura de un puente*.

El 4 en la tarde los dos destacamentos chilenos se hallaban ya próximos y sobre la margen este del Mantaro, sirviendo como vanguardia las fuerzas de del Canto, que continuó a Huancayo y alcanzó el caserío de la hacienda La Punta al anochecer.

En la noche del 4 al 5, en tanto que Cáceres estacionaba en Pucará para continuar hacia Ayacucho, a buscar la reunión con el Coronel Panizo, los chilenos pernoctaron en el caserío de la hacienda La Punta.

Primer Combate de Pucará
5 de febrero de 1882

El General Cáceres, comprendiendo que el choque con su perseguidor era inminente, ordenó al Coronel Secada que a las primeras luces del día ocupara el cuello que se abre entre Pucará y Marcavalle, cuyas alturas ofrecen fácil defensa, no encontrándose sino a 3 kilómetros escasos de la primera población.

En este día la organización y fuerza de las tropas que forman el Ejército del Centro, eran como sigue:
General Cáceres, Jefe Político y Militar del Centro, Director de las operaciones.
Coronel Secada, Comandante en Jefe del Ejército del Centro.
Batallón «Zepita» (de línea)
Batallón «Tarapacá» (de línea)
Batallón «América» (de cívicos)
Batallón «Huancayo» (de cívicos)
Escuadrón «Cazadores del Perú».
Cinco piezas de montaña.
El efectivo total de estas fuerzas ascendía a 1000 hombres.

Como Cáceres lo había previsto, el 5 de febrero en la madrugada, aparecen por el camino que viene de Zapallanga a Pucará las tropas chilenas que mandaba del Canto, seguidas a corta distancia por las fuerzas del Coronel Robles que formaban el agrupamiento más numeroso.

A las 6 de la mañana, en tanto que la infantería chilena avanzaba hacia el río que corta perpendicularmente el camino, su artillería emplazada en las pendientes de cerro Rojo, situado en la margen opuesta del pueblo, abría un violento fuego sobre las fuerzas peruanas, que, según las órdenes recibidas oportunamente se trasladaban hacia el cuello de Marcavalle, donde era más fácil la defensa.

El General Cáceres, personalmente, tomando la 4.a Compañía del «Zepita» la emplazó en las pendientes que dominan los caminos que vienen del río. Esta compañía, escalonada por mitades, debía contener a las tropas de del Canto, hasta que el grueso peruano se hallara a buena distancia.

Al encontrar resistencia, los chilenos reforzaron sus compañías de cabeza, lo que obligó a Cáceres a tomar una compañía del «Tarapacá» para reforzar a su vez a la que mantenía el combate. El tiroteo prosiguió con intensidad sin que los chilenos a pesar de sus fuegos de artillería, obtuvieran ventaja alguna. Del Canto ordenó entonces que una fracción de sus tropas rodeara la derecha del defensor para quebrantar su resistencia, pero Cáceres, al notar esta operación, ordenó que su escolta echara pie a tierra para impedir por el fuego el envolvimiento, logrando paralizar a los chilenos con facilidad.

Luego que Cáceres obtuvo que el grueso de las fuerzas peruanas, a órdenes del Coronel Secada, alcanzara el cuello de Marcavalle donde éste tendió su línea, ordenó que las compañías de retaguardia que habían detenido fuerzas superiores, sufriendo intenso cañoneo durante cerca de 5 horas, iniciaran su repliegue para instalarse tras el grueso.

Del Canto creyendo entonces que los soldados del Ejército del Centro se declaraban derrotados, ordenó a un escuadrón de «Carabineros» que se lanzara en persecución de ellos, pero éste fué pronto detenido a tiros con algunas pérdidas. La artillería chilena, que había cambiado entretanto de emplazamiento cañoneaba de más cerca y con mejores resultados a las fuerzas que se replegaban, pero sin llegar a dar la necesaria confianza a su infantería para seguir adelante.

Cuando las compañías peruanas de retaguardia estuvieron fuera del alcance de la división chilena, ésta emprendió con rapidez tras ellas, pero, después de escalar la pendiente, al descubrir en el cuello de Marcavalle a todas las tropas de Cáceres intactas y en perfecto orden que le ofrecían batalla, desistieron de su actitud y tomaron la vuelta del camino por donde habían venido, yendo a estacionar en Huancayo.

Los peruanos, que habían conseguido ampliamente el fin que se propusieron alcanzar, mantuvieron con gallardía sus posiciones de Marcavalle desde las 12 del día, hora en que los chilenos se retiraron, hasta las 2, de la tarde en que Cáceres ordenó continuar la marcha por Ñahuinpuquio hacia Izcuchaca, que alcanzaron ese mismo día.

Las pérdidas en las filas peruanas alcanzaron a 21 muertos y 27 heridos; las de los chilenos pasaron de 200, lo que se explica por la facilidad que tuvieron los defensores para hacer fuego, parapetándose en posición dominante.

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* Los soldados chilenos cruzaron un puente colgante al paso acompasado y éste cedió, sepultando en las aguas del río a muchos hombres y numerosas acémilas cargadas."



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Dellepiane, Carlos. "Historia militar del Perú", Volumen 2. Buenos Aires, 1941.
Bandera peruana se encuentra en el museo "Casa Histórica de la Campaña de La Breña" en Pucará.


Saludos
Jonatan Saona

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