Ha escogido MUNDIAL el día de su aniversario para jubilar en su labor a un viejo operario. Al celebrarse el año de la fundación de la revista ha recibido así un trabajador esforzado el premio de dar descanso a sus manos y de recibir en el ocaso de su vida la generosa protección de los que siendo sus jefes fueron siempre sus amigos.
Don Leonidas H. Jiménez ingresó a la casa de "La Opinión Nacional" el año 1877 y ha permanecido en ella, trabajando con el mismo entusiasmo y sinceridad, hasta hoy en que, contra su voluntad de luchador, sus jefes le imponen cariñosos, el reposo.
Todas las vicisitudes de "La Opinión Nacional" las ha compartido este viejo de patriarcales barbas. El conoció y pudo aquilatar la luminosidad de aquel cerebro privilegiado que se llamó Andrés Avelino Aramburú, él sintió y hubo de contagiarse su vivo patriotismo y fué a su lado donde aprendió a cumplir con el deber y a ser honrado.
Jiménez fué uno de aquellos patriotas tipógrafos que acudieron los primeros a alistarse en las filas defensoras del honor nacional en 1879. Inspirado en el ejemplo de su jefe, aquel periodista formidable, acudió, fusil en mano, a batirse en uno de reductos de Miraflores. Allí vio caer víctima del invasor a muchos de sus compañeros y allí, también, resistió él hasta, donde las fuerzas juveniles y valerosas le permitieron.
Cuando cesó la guerra y ya celebrada la paz tornó la capital a su normalidad, Jiniénez volvió a ser de los que colaboraron en la obra ideal de Aramburú. Reanudó alegre y emprendedor sus tareas y no ha cesado en ella hasta ahora en que recibe la jubilación y vé exaltado su amor al trabajo, su constancia y su hombría de bien.
El "maestro Jiménez" como en la imprenta todos lo llaman cariñosamente, nació en 1855 y tiene, por lo tanto, 66 años en su haber. Es padre de cinco hijos y tiene la cifra aceptable de 12 nietos.
MUNDIAL tiene el orgullo de asociar a su primer aniversario la consagración al esfuerzo de este hombre que a pesar de su pobreza y de su sencillez supo conservar en todo instante la más escrupulosa honradez y la más recomendable lealtad; y tiene la satisfacción de engalanar su primera página con el retrato de este venerable y queridísimo patriarca de nuestros talleres.
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Revista "Mundial", año II, N° 53, Lima, 29 de abril de 1921.
Saludos
Jonatan Saona
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