Carta sobre Purhuay

Carta chilena sobre el combate de Purhuay.

Chosica, Abril 23 de 1883,

Señor N. N.

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Desde el 14 del actual esta guarnición está cubierta por los cuerpos Miraflores i Chacabuco 6.º de línea.

El Chacabuco recibió órden de marcha en Lima a las cuatro de la tarde del 14 i a las cinco estaba embarcado en el tren, llegando a este punto a las ocho de la noche.

La precipitada marcha del Chacabuco fué ocasionada en razón a que el coronel Urriola, jefe de este cantón, dió cuenta al cuartel jeneral que un crecido número de montoneros lo tenía asediado. 

Al día siguiente de la llegada del Chacabuco se dió órden al comandante señor Marcial Pinto Agüero que con su batallón hiciese un reconocimiento. 

En efecto, el comandante Pinto Agüero hizo un atrevido reconocimiento recorriendo no ménos de tres leguas mas allá de este lugar infernal, trepando por crestones de cerros casi inaccesibles para llegar a un punto en donde se aseguraba existía una gruesa partida de montoneros. 

Para apreciar estos sacrificios es preciso haber visto lo que son estas sierras, con despeñaderos horribles i peligros a cada paso. 

Toda la noche anduvo el Chacabuco por aquellos precipicios que parecían el mismo infierno.

 

El batallón Miraflores hacía a la vez otra marcha con iguales peligros.

 

¿Qué resultó de estos sacrificios? 

Cuando se llegó al punto dado, los montoneros habían buido, que es lo de siempre. 

De esta peligrosa marcha resultó un soldado muerto del Chacabuco a consecuencia de unos disparos de un grupo de montoneros que estaba tras unas breñas a tal altura i en un sitio tan escarpado que un soldado del Chacabuco esclamó: ¡Están en el cielo, señor! 

El batallon Miraflores tuvo tres muertos por una mina automática que los peruanos las prodigan ahora a cada paso.

Nada habían sido estos sacrificios, si no ocurre el dolorosísimo hecho de armas del 20 en que se sacrificaron inútilmente tantas vidas de los siempre heróicos chacabucanos

Se ordenó del cuartel jeneral al coronel Urriola que remontara la quebrada hasta Chicla, porque convenia restablecer la línea férrea hasta ese punto. 

El coronel Urriola organiza una espedición de dos compañías del Chacabuco i dos del Miraflores, bajo el mando del sarjento mayor don Julio Quintavalla del Chacabuco i ordena tomar posesión de Puruguai, primera estacion a vanguardia. 

La pequeña columna hizo su marcha hasta las inmediaciones del Puraguai sin otra novedad que la esplosion de dos o tres minas que hicieron cinco o seis bajas.

Al llegar cerca de la subida a la altura, aparecen fueras enemigas en número de 500 o más hombres bien armados, ocupando altísimas crestas de cerros, i rompen el fuego sobre la descubierta del Chacabuco. 

Reforzada en el acto la descubierta con el resto de las dos compañías, se trabó el combate que se sostuvo en avance hora i media, i siendo imposible materialmente trepar las crestas del cerro porque los soldados rodaban con fusil i todo, el mayor Quintavalla ordenó retirada. 

La retirada se hizo con el mayor órden militar i aun recojiendo del campo doce heridos.

 

No obstante, quedaron en el lugar del combate otros doce chacabucanos entre muertos i heridos i entre ellos el subteniente don José del C. Ferrer.

 

Las compañías del Miraflores no se batieron porque habría sido inútil meter mas jente al fuego. Las compañías del Chacabuco tenían 146 plazas las dos i perdieron un 18 por ciento. 

¡Intenso es el pesar que causa ver morir infructuosamente a tan aguerridos soldados de Chile! 

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Ahumada Moreno, Pascual. "Guerra del Pacífico, Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias i demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú i Bolivia" Tomo VIII, Valparaíso, 1891, p. 151. 

Saludos

Jonatan Saona