Declarante: En la fecha que se refiere la pregunta, formaba parte de la compañía del capitán Araneda, que guarnecía Sangra, compuesta de 3 oficiales y 79 individuos de tropa. En dicho lugar permanecimos sin ocurrirnos novedad hasta el día 26, fecha en que fuimos atacados por el enemigo. Como a las 12 M de este día se sintieron en el campamento que ocupábamos y a bastante distancia algunos disparos de fusil; en el acto recibí orden de mi Capitán de salir en busca de mi sargento Bysivinger que por la mañana había salido al mando de 7 soldados en busca de algunos víveres a una hacienda vecina. Después de haber andado como una media legua en su busca, fui atacado desde las alturas por algunos enemigos y considerando imprudente avanzar más, me retiré al campamento; llegado que fui a él, di parte de lo ocurrido a mi Capitán, quien desde luego hizo preparar la tropa para resistir al enemigo en caso que lo atacaran.
Pasado un cuarto de hora, principiamos a recibir los fuegos que desde las alturas nos principiaron a hacer los asaltantes y nosotros
a contestarlos desde unas trincheras naturales de piedra,
donde nos habíamos colocado por orden de mi Capitán; en
ellas sólo pudimos resistir como una media hora, pues desde arriba nos hacían muchas bajas. Tendríamos unos 5 muertos en este instante y algunos heridos, cuando mi Capitán
ordenó entrarnos a una casa de paja; así lo hicimos; pero como pronto la incendiaron volvió mi Capitán a ordenar, nos
fuéramos a las trincheras; en efecto salimos; mas como el corneta Águila dijera en ese momento: «a encerrarnos en la casa
de piedra», nos dirigimos en el acto hacia allá, por haber sido
aceptada la indicación del corneta por mi Capitán; aquí permanecimos encerrados hasta el siguiente día, recibiendo durante la noche frecuentes disparos que hacían a la casa y nosotros contestándolos, y aun cuando trataban de asaltarla
de varios modos, encontraban tanto por parte de mi Capitán
como nuestra, la firme decisión de resistir a todo trance, has
ta que al fin el enemigo, convencido de la inutilidad para hacernos rendir, se retiraron dejándonos en posesión del campo.
Fiscal. Exprese Ud. si a su juicio pudo tomarse una posición más ventajosa para resistir al enemigo antes de ser
atacados.
D. Sí; cuando se sintieron los primeros disparos y se hubiera salido del arrinconamiento en que estábamos, tratan
do de tomar una altura y contando con el tiempo necesario
para ello, como lo hubo, podíamos haber combatido con más
ventaja. Pero como mi Capitán, para cerciorarse de la efectividad del avance de los montoneros, subió solo al cerro, al
punto donde tenía el centinela; cuando se convenció de ello y
volvió a bajar, se encontró ya en la imposibilidad de hacer
subir la tropa, pues ya los enemigos nos dominaban y en tal
alternativa, lo único que pudo hacerse fué la determinación
que tomó mi Capitán de atrincherarse en las pircas de piedra
que allí había.
F.—
Cuando Uds. se encerraron en la casa de piedra, el
subteniente Guzmán y su tropa, ¿qué hacían?
D.—
Sólo he visto que en el momento que nos entrábamos
a la casa de piedra, la iglesia donde se había resguardado mi subteniente Guzmán estaba incendiándose y la tropa salía
de allí batiéndose de frente con un gran número de enemigos
que los rodeaban, los cuales, según mis cálculos, no bajarían
de 200 y otros tantos serían los que nos circuían a nosotros,
fuera de los que aun disparaban desde las alturas.
No teniendo....
Urbano 2.° Loreto"
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Documento inserto en el Sumario para averiguar el grado de distinción de Sangra. Publicado en "Revista chilena de historia y geografía", Impr. Universitaria, 1931, Volumen 68.
Saludos
Jonatan Saona
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