(Texto publicado en el diario La Patria, 3 diciembre de 2017)
Las tres cartas enviadas por el historiador peruano Paz Soldán al médico boliviano Cleómedes Blanco Ferrufino, denotan patriotismo y sufrimiento frente a la invasión chilena a Lima. Su elocuencia en el relato revela realismo y tormento existencial. Los juicios de valor histórico en medio de las dificultades de vida y la labor desempeñada en los años de guerra, muestran también que la contienda vejó a la soldadesca chilena pero sobre todo la dignidad del pueblo peruano y del boliviano. Entre tanto, los medios de prensa en Bolivia, sobre todo en Cochabamba, El Heraldo y El Comercio, publicaron impresos de gran valor. Los envíos de Cléomedes Blanco al escritor Paz Soldán se convirtieron en instrumentos útiles que aportaron -gracias a la genuina amistad de ambos- documentación veraz en favor de Bolivia y del Perú.
Lastimosamente, la biblioteca del Gral. Carlos Blanco Galindo entregada al Sr. Max Fernández de CONDEPA para enriquecer los archivos municipales de la Casa de la Cultura de Cochabamba, y que contenía la colección histórica del escritor Mariano Felipe Paz Soldán, desapareció. (Dr. Gastón Cornejo Bascopé. Presidente de la Sociedad de Geografía, Historia y Estudios Geopolíticos Cochabamba. Ex Senador de Bolivia)
Lastimosamente, la biblioteca del Gral. Carlos Blanco Galindo entregada al Sr. Max Fernández de CONDEPA para enriquecer los archivos municipales de la Casa de la Cultura de Cochabamba, y que contenía la colección histórica del escritor Mariano Felipe Paz Soldán, desapareció. (Dr. Gastón Cornejo Bascopé. Presidente de la Sociedad de Geografía, Historia y Estudios Geopolíticos Cochabamba. Ex Senador de Bolivia)
PRIMERA CARTA
S.D.D Cleómedes Blanco
Lima, mayo 2 de 1882
Muy querido amigo:
He tenido mucho gusto con la lectura de su carta del 31 de Marzo.
Lo felicito por el nacimiento de un hijo varón que heredará las virtudes y méritos de su abuelo y de su padre (se refiere al Gral. Pedro Blanco Heredia y al Gral. Carlos Blanco Galindo); tiene buenos ejemplos que imitar, y él como los que nazcan en adelante sabrán vengar las ofensas que nuestras dos naciones han recibido de Chile.
Me sirve de gran satisfacción y consuelo el saber que en Bolivia, con raras excepciones, todos están de acuerdo en no ceder a las insolentes e insensatas pretensiones de Chile. No necesitamos para burlarlo sino resignación y esperar. Es cierto que con este plan se sufrirá mucho, en particular el Perú que está en las garras de un enemigo, y devasta la propiedad privada y se adueña de las entradas fiscales pero estas no bastan para reponer las continuas bajas de su ejército por la peste, la deserción y los pequeños encuentros con las guerrillas en el interior. De enero a la fecha han perdido más de dos mil hombres, sin contar los enfermos que por centenares y como inválidos van a Chile en los vapores.
Yo y muchos otros estamos persuadidos de que los Estados Unidos tomarán parte muy activa en nuestros negocios y obligará a Chile a ceder en sus pretensiones; así lo deducimos de la lectura de los diarios de aquella nación; de cartas particulares de muchos neutrales y de lo que aconsejan la política y los intereses de aquella nación.
Le repito, Bolivia y el Perú solo necesitan seguir como hasta hoy, firmes y unidos. Aquellos que como Salinas Vega, Arce y un círculo creen que uniéndose a los chilenos obtendrán la posesión de Arica y todo el departamento de Tacna, solo piensan en lo presente y no quieren ver las consecuencias que la menor sería una prolongada aunque intermitente guerra, cuyos gastos serían mayores que las ventajas que proporcionarían Arica y Tacna. Yo creo que nada es más fácil que un arreglo definitivo y perdurable en las cuestiones aduaneras entre nuestras repúblicas; únicas que han perturbado y pudieran perturbar nuestras buenas relaciones.
El día que los ferrocarriles de Puno y de Tacna se prolonguen, el uno hasta La Paz y el otro hasta Oruro y otro punto del otro lado de la cordillera, nada habría que desear, desde que los carros de mercaderías desembarcadas en Arica o Mollendo pudieran pasar cerrados y sellados hasta Bolivia. Dejando Bolivia los derechos que produzcan sus mercaderías en beneficio de un empresario; y que el Perú por otra parte también contribuya a ello, no faltarán especuladores que ejecuten esas obras. Felizmente, los hombres que gobiernan nuestros países, ya tienen la convicción de que este es el medio más barato y eficaz de borrar toda causa de mala inteligencia.
Yo sigo siempre en mi tarea antigua de escribir la Historia de mi patria; ya tengo listos para dos o tres volúmenes; uno de ellos abraza la época de 1827-1833 en la cual tanta parte cupo a Bolivia y a su señor padre el héroe de Junín y Ayacucho General D. Pedro Blanco Heredia. No la he impreso, porque he creído que durante nuestra guerra actual con Chile, no convenía pues de ella sacaría argumentos para injuriarnos. También tengo escrito mucho sobre la presente guerra y si no me encontrara tan escaso de recursos ya la habría enviado a Francia para que allá se imprima.
Tengo la convicción que quizá lea lo que he escrito, verá con claridad todos los hechos desde sus antiguos antecedentes hasta hoy día.
Pero, ¡qué hacer amigo mío! cuando en la actualidad conseguir mil quinientos o dos mil pesos plata es casi imposible. Con este motivo le diré que necesito tener algunos folletos muy importantes publicados en Bolivia y que espero que Usted me haga el favor de conseguirlos. Son los siguientes:
1º Informe del Gral. Campero a la Convención Nacional de 1880. Como general en jefe del ejército aliado y un cuadro con el plano de la batalla (Se refiere a la batalla del Campo de la Alianza en Tacna 17 mayo 1979)
2º Semblanzas de la guerra el Pacífico por J.V. Ochoa.
3º Ligeras reminiscencias del Campo de la Alianza por el Coronel Miguel Aguirre.
4º Informe histórico del Servicio prestado por el Cuerpo de Ambulancias del Ejército Boliviano, por el Dr. Zenón Dalence.
5º Dos palabras al Excmo. Sr. Narciso Campero por Joaquín Lemoine.
6º Daza y las Bases chilenas de 1879 por Gabriel René Moreno.
Tengo algunos de estos pero en cuadernos de los Diarios que no tienen los documentos o cartas. Si me los consigue, mándemelos por algún conducto seguro, mas NO por el correo, porque se pierden, pues los chilenos se apropian de lo que quieren y aún abren las cartas y a veces no les dan curso; por esto las que V. me envíe que vengan bajo el sobre de alguna casa de comercio.
Por lo que hace de negocios y estado de toda mi familia, tengo el gusto de comunicarle que en los funestos años de 1879 al presente, todos gozamos de salud corporal, aunque el espíritu afligido por las desgracias públicas.
Carlos y Pepita le retornan sus afectuosos recuerdos; mi descendencia; ya tengo nueve nietos, dos de ellos hombrecitos; y de un momento a otro espero uno más.
Panchita que lo recuerda a U. continuamente me encarga saludarlo. También goza de salud. Yo, aunque viejo, conservo toda la fuerza de espíritu suficiente para contribuir a sostener el entusiasmo patriótico y no desmayar hasta que nuestras repúblicas se vean libres de su feroz enemigo, y que un día llegará en que mejor preparados y con buen jefe al frente, lograremos lavar nuestras desgraciadas manchas en la guerra presente.
Salude V. a la Sra. Edelmira, y U. sabe que en esta su casa lo queremos muy de corazón.
Su amigo
Mariano Felipe Paz Soldán.
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SEGUNDA CARTA
Sr D.D. Cleómedes Blanco
Lima, Octubre 26 de 1882
Mi querido amigo.
Su carta del 6 de agosto (fecha de recuerdos gloriosos para la patria de V.) animándome el envío de algunos folletos publicados allá, los recibí oportunamente y hace casi un mes que están en mi poder todos esos impresos. Ante todo diré a V. que los Diarios de Cochabamba que me mandó V. honran a cualquier país, porque ellos dan a conocer que hay hombres que se ocupan en estudios serios.
Lo felicito a V. por tales progresos y aliente a los que tan ilustradas publicaciones hacen.
He leído y analizado todos los demás cuadernos; al de Zenón Dalence es también una honra para Bolivia y para su autor; en él se ve buena fe, patriotismo y el buen cumplimiento de su deber; no así el del joven Ochoa que si manifiesta talento, le falta la imparcialidad y moderación en su lenguaje. Sin esos graves defectos, ese joven hubiera ganado grande reputación.
Agradezco a V. amigo querido, el valioso contingente de esos folletos que me han servido de mucho en mi actual trabajo y me han aclarado muchos puntos oscuros o dudosos; ha hecho V. un servicio a su patria y a la historia; porque en cuanto yo escribo proceso con fría imparcialidad y verdad histórica, por esto le agradeceré infinito que no deje V. de enviarme cuanto se haya escrito relativo a la actual guerra; muy especialmente le pido lo siguiente:
El de Gabriel René Moreno sobre Daza y las Bases chilenas
Defensa de Luis Salinas Vega
Diario de la Campaña por Ochoa
Diario de la Campaña se la 5ta División del Gral. Campero.
Entiendo que se ha publicado también una historia de la guerra por un señor Núñez.
En una palabra, no deje V. de remitirme cuanto pueda, ya que sacaré provecho de todo cuanto tenga V. reunidos algunos folletos puede V. entregarlos al Sr. Gregorio de las Carreras, en Coro Coro, o bien, mandarlos por persona segura a Tacna dirigidos al Sr. Guillermo Mc Lean, con una cartita diciéndome que me los remita a Lima. El señor está ya advertido.
Hasta hoy nada de importancia se ha publicado en Lima por la absoluta prohibición de imprimir nada que se refiera a negocios políticos; pero uno que otro cuadernito publicado en Guayaquil los tendrá V. tan luego como encuentre conducto seguro, y cuidaré reunir y separar cuanto se publique.
Creo que sería útil para Bolivia el que circularan aquí algunos de los folletos que V. me remite, que yo me encargaré de entregarlos a personas que saquen provecho histórico.
En cuanto a política en relación con la actual guerra ¿Qué le podre decir querido amigo?
Estamos sin libertad, estamos muriéndonos de hambre. Los pesos fuertes representados en casas, chacras, haciendas, se han convertido en dos centavos plata; y sin embargo, nos imponen contribuciones enormes; a mí y a mi hijo, no han impuesto cuatro mil soles plata, o sea, sesenta mil soles billetes; y vendiendo mis muebles y comprometiendo mi crédito he podido pagar por salvarme de un destierro y vejaciones.
Creen los chilenos que de este modo conseguirán que se firme la paz tal cual ellos lo desean y en mi opinión se equivocan.
En fin, amigo mío, es preciso sufrir con resignación los males presentes que servirán de lección, no a mí y otros que ya somos viejos, sino a los jóvenes. Por esto conviene generalizar la instrucción y enseñar lo que es Patria, lo demás vendrá por sí.
En casa todos buenos felizmente. Pero con la familia de mi hijo, porque los chilenos se han apropiado de su casa porque en los bajos estaba el telégrafo.
Reciba V. memorias de Panchita, Carlos y Pepita. Sabe V. que lo queremos muy de veras, como el mejor amigo.
Mariano Felipe Paz Soldán.
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TERCERA CARTA
Sr. Dr. Cleómedes Blanco
Buenos Aires. Enero 15 de 1885
Mi querido amigo.
Ha sido un gran consuelo para mí, la lectura de su afectuosa carta de 13 de noviembre último, que recibí con notable estudio. En Lima recibí algunos folletos que V. me remitió y le contesté acusando recibo; no recuerdo si son los que encomendó V. al Sr. Leitter.
Bien comprenderá V. lo que sufre mi corazón al ver lo que pasa en el Perú; parece que allá todos han perdido el juicio.
El traidor Iglesias habría caído por sí solo dejándolo en Lima; pero Cáceres procedió de distinto modo y eso lo ha asegurado en su silla por algún tiempo más. No hay otro consuelo que esperar.
El libro que publiqué aquí: "Narración histórica" se lo remitiré en la próxima oportunidad; de pronto le envío un cuadernito que contiene el índice, Prólogo y el Juicio de la prensa argentina.
Estoy aquí con Panchita y tres de mis nietecitas que me sirven de consuelo. En la actualidad estoy haciendo imprimir el "Diccionario Geográfico Estadístico Argentino".
Antes de un mes principiaré también a imprimir la Historia de la Confederación Perú Boliviana. Esto alivia en parte la amargura del destierro.
Felizmente aquí he recibido, yo y mi familia, muy distinguidas pruebas de aprecio, de toda la sociedad más notable. Panchita retorna a V. sus afectuosos recuerdos y me encarga se los dé V. a su amable Señora con un besito a sus hijitos.
Sabe V. cuán de corazón lo quiere y aprecia un viejo amigo.
Mariano Felipe Paz Soldán.
La dirección de mi casa es Juncal 131.
Al pie existe una nota con la letra del Dr. Cleómedes Blanco Ferrufino. "La Razón Nº 149. Carta de Zoilo Flores. Bolivia en la Guerra del Pacifico. Fuentes 112. La Gaceta Municipal. Posiblemente son los folletos que envió al historiador Paz Soldán.
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Texto publicado en el diario "La Patria" de Bolivia, Oruro 3 de diciembre de 2017, disponible en lapatriaenlinea.com
Saludos
Jonatan Saona
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