El capitán de fragata don Manuel J. Orella, jefe de tan alta graduación a los 30 años, había sido marino desde niño. Podría aún afirmarse que había nacido en el mar, porque su padre el capitán de fragata don Hipólito Orella, uno de los raros sobrevivientes de la captura de la primera Esmeralda, metióle en la Escuela Naval cuando tenía apenas ocho o diez años, el 31 de marzo de 1862. Su madre fué doña Avelina Echanes, bellísima mujer, al paso que su esposo tuvo tan apuesta figura de marino, que cuando el jeneral Blanco Encalada subió por tres meses a la presidencia de la república en 1826, nombróle su ayudante de campo, por lucirlo.
Heredó el guardia-marina Orella las condiciones físicas de aquellos esposos, i al comenzar la guerra, después de haber hecho su aprendizaje en diez buques diferentes, era teniente 1°. Cuando pocos días más tarde los capitanes Prat i Condell quedaron en las aguas de Iquique, para eternizar sus nombres, nombróle el almirante Williams segundo del último.
III.
Fué tan esforzada la conducta del teniente Orella en el combate de Punta Gruesa, en que su buque hábilmente manejado hizo encallar la Independencia, fragata acorazada i baluarte del Perú, que su reputación de bravo quedó consagrada como un alto heroísmo. Valióle aquel hecho memorable, por su fortuna i por su audacia, el ascenso efectivo de capitán de corbeta, así como Prat, si hubiera sobrevivido, tenía de sobra merecido el título de almirante.
IV.
Prestó en seguida el capitán Orella notorios servicios en la guerra, algunos de éstos insignes, como la subida de los cañones de campaña que con aparejos de mar verificó en la ladera arenosa de Ite en la víspera de la batalla de Tacna. Viósele trabajar allí personalmente, asido a las rudas cuerdas como un titán, i es fama que en cierta noche el ministro de la Guerra Sotomayor, al verlo caer al suelo, postradas sus últimas fuerzas, colocóle por sus propios brazos en su improvisado lecho i allí veló su sueño.
V.
Nombrado más tarde (1880) comandante de la corbeta O'Higgins, acompañó en esta condición la expedición Lynch al norte del Perú, i trajo después, en el Amazonas, los heridos de Chorrillos i Miraflores. Una semana antes el Itata había conducido simplemente a los mártires...
Nombrado comandante en propiedad de aquel trasporte, dispuso el gobierno que condujese a su bordo a Panamá, por evitar imajinarios peligros de captura, al ministro recientemente acreditado ante el gobierno de Estados Unidos don Marcial Martínez (febrero 9 de 1881); i a su regreso de aquella comisión fatal, el jermen horrible de una fiebre tropical apoderóse de su fuerte estructura i en pocas horas estranguló su garganta, falleciendo en la rada de Guayaquil el 15 de marzo de 1881, cuando aún no había cumplido 30 años. La causa de su muerte fué el vómito negro, fiebre de Panamá i de Guayaquil en el Pacífico, como lo es de la Habana i Vera-Cruz en el Atlántico.
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Texto e imagen tomado de "El Álbum de la gloria de Chile", Tomo II, por Benjamín Vicuña Mackenna.
Saludos
Jonatan Saona
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