Nicolás Augusto González |
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 20 de abril de 1889)
Nicolás Augusto González cuyo retrato exhibimos también en el presente número, es otro de nuestros más constantes y distinguidos colaboradores. Como nosotros y como la mayoría de los que nos favorecen con su valiosísimo concurso aún no ha llegado á los treinta años; pero tiene ya una reputación ganada en buena lid y debe figurar con honra en las Letras castellanas. Compatriota y correligionario del ilustre Juan Montalvo, cuya muerto acaba de enlutar á la América toda, Nicolás Augusto ha sufrido como él rudo ostracismo; pero más feliz que su maestro y amigo, debe muy pronto volver á su patria para ocupar un banco en la Asamblea Legislativa, como Representante de la provincia de Esmeraldas que acaba de conferirle sus poderes. Esta circunstancia motiva en parte nuestra manifestación de hoy, pero, nos limitamos, sin embargo, á bosquejar la carrera literaria del colega y poeta, omitiendo apreciaciones que juzgamos innecesarias.
Nicolás Augusto González
El número 6 del «Boletín Bibliográfico» de esta capital, correspondiente al 1.° de Junio de 1888, al anunciar la publicación del hermoso poema dramático de Nicolás Augusto González, «El Águila cautiva», estrenado con tanto éxito en el Olimpo, dio á luz unos apuntes biográficos de nuestro amigo, que extractó de varios periódicos de Colombia y Guatemala.
Hoy, pues, que exhibimos el retrato de González y ya que no nos sea posible insertar todos los apuntes que indicamos, tomaremos de ellos los párrafos precisos para bosquejar la carrera literaria de nuestro querido amigo:
González comenzó á escribir desde muy niño. A la temprana edad de ocho años dirigió una carta á Juárez, en 1867, pidiéndole que perdonara la vida á Maximiliano de Aupsbourg, carta que su señor padre conserva como un recuerdo.
Cuando aún no había cumplido 13 años, escribió aquí, en el «Colegio de la Unión», de que era director el señor Checa, una alegoría en octavas reales, titulada «El Perú Libre», que representó él mismo, con los jóvenes Demetrio F. de Paredes, Carlos Pérez, José Mendiguren y O. Argaluza, ante una concurrencia selecta —«La Patria» de aquel año, hizo una revista en extremo lisonjera para el niño poeta.
También se distinguió en el colegio, González, por su manera de leer y declamar las composiciones de los mejores autores españoles y americanos.
D. Juan Montalvo conservaba versos i escritos á los diez y once años por González, contra García Moreno; que gobernaba en el Ecuador por aquel tiempo.
En 1876, muerto García Moreno el año anterior, volvió la familia de González á Guayaquil, lugar del nacimiento del joven escritor de quien nos ocupamos. González, en junta de D. Marcos Alfaro y D. Federico Proaño, fundó "El Popular" donde comenzó á escribir como periodista á los 16 años.
Proclamado dictador el General I. de Veintemilla, desterró á González á Lima, á consecuencia de una protesta que suscribió con otros jóvenes, con motivo de la expatriación del eminente escritor D. Juan Montalvo.
Vuelto á Lima, fundó González «La Tijera».
De regreso al Ecuador cuando consiguió salvo-conducto, al mismo tiempo que entró en la redacción del periódico bisemanal «El Guayas», dedicóse á escribir para el teatro. Su primera obra dramática, en 3 actos y en verso, titulada Amor de Reina y Amor de Esclava, mereció un magnífico juicio encomiástico del señor D. Lázaro María Pérez.
En el mismo año dio González al teatro, cuando acababa de cumplir diez y siete de edad, dos obras en un acto: Flores y Espinas, comedia, y Seductor que no seduce, petipieza.
El año 78, escribió otro dráma en 3 actos: Hojas secas. Confinado por entonces y por cuestiones políticas á Babahoyo, capital de la provincia de los Ríos, permaneció allí hasta Marzo de 1879, en que, al fundar D. Juan B. Elizalde «La Nación», que es hoy un diario muy importante de la vecina República, llamó á González para que se hiciera cargo de la redacción.
Poco después sufrió algunos contra-tiempos políticos y nombrado un ministerio del mismo credo que el suyo, aceptó, al cumplir los 19 años, el honroso cargo de redactor y director del «Diario Oficial» de la República.
Fundó en Quito El Orden, semanario en el que defendió los intereses del Perú durante la guerra del Pacífico y en el que fueron colaboradores los señores Domingo de Vivero, Germán Leguía y Martínez, A. Baquerizo y Leónidas Pallares Arteta.
En medio de todas las peripecias políticas porque había pasado, González tenía escritas y publicadas dos novelas: «Flores del Alma» y «La Hija del Sastre» y una biografía de García Moreno.
En Quito hizo representar cinco obras dramáticas nuevas que merecieron buenos aplausos.
Vuelto en 1881 á Guayaquil, salió nuevamente del Ecuador en 1882, con motivo del golpe de Estado del General Veintemilla.
En esta época fue González, redactor principal del diario El Comercio, director del Pabellón de Setiembre, periódico semanal de combate, y Secretario de la Municipalidad de Guayaquil.
Viajó durante año y medio: fue á Cartagena, La Habana, New York y Bogotá, pasando naturalmente por el istmo de Panamá. En Cartagena, La Habana y Bogotá colaboró en diversas y notables publicaciones y en la última ciudad D. Rafael Pombo le obsequió la pluma con que muchos años antes escribió sus famosos versos firmados Edda.
De regreso al Ecuador, en 1883, después de la inesperada caída de Veintemilla, volvió González á ser uno de los redactores La Nación de Guayaquil.
Motivos personales le obligaron pronto á separarse de dicho diario y á prestar el contingente de su pluma, siempre liberal en política,á El Telégrafo de Guayaquil.
Cuando la revolución del General Alfaro,en 1884 González salió del Ecuador.
Domicilióse en Guatemala, República sumamente adelantada de la América Central, donde se le ofreció la redacción de El Diario de Centro-América, que corrió á su cargo durante dos años.
Al volver á Lima, después de diez años, González ha encontrado á casi todos sus amigos y condiscípulos muertos en la guerra con Chile.
Para terminar, diremos que González es actualmente Secretario del «Círculo Literario» y colaborador de todos los diarios y periódicos liberales de esta capital, donde se han representado y aplaudido tres obras suyas.
En 1880 fué él, como jefe de la Sección de Cancillerías en el Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, quien redactó la nota de protesta de esa República por el apresamiento que hizo el vapor chileno «Amazonas», en aguas territoriales ecuatorianas, de las dos lanchas torpedos que venían para el Perú, con bandera hawaina.
En Guatemala González fué profesor en la Universidad, de Psicología y Lógica, secretario de un club liberal y redactó simultáneamente, cuatro periódicos: «El Diario de Centro-América» (diario) y «La Estrella de Guatemala» «La Opinión» y «D. Quijote», semanales.
Brillante es hasta aquí la carrera literaria de este joven escritor, cuyo porvenir será honrosísimo, tan honroso como su presente, para las letras americanas en general y en particular para las de su patria, el Ecuador, cuna de Olmedo, Llona, y Dolores Veintemilla.
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Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 102, Lima, 20 de abril de 1889.
Saludos
Jonatan Saona
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