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1 de mayo de 2019

Antenor Arias

Antenor Arias
El señor Dr. Don Antenor Arias.
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 30 de marzo de 1889)

El Dr. D. Antenor Arias nació en Ica en 1849. Fueron sus legítimos padres el señor Coronel D. Manuel Arias, Intendente de esta capital durante la administración del General Echenique, y la respetable matrona limeña, doña Margarita Hurtado.

La holgada posesión de sus padres, dueños del fundo "San Gerónimo” próximo á Ica, permitió al Dr. Arias recibir esmeradísima educación y después de concluidos los estudios preparatorios en el acreditado plantel que dirijía el señor Novoa, ingresó á San Carlos, manifestándose alumno distinguidísimo y obtando el grado de Doctor en Jurisprudencia en 1871, cuando apenas contaba veinte y dos años de edad.

Desde muy joven se hizo ventajosamente conocer en el majisterio y fué uno de los fundadores de la "Escuela Naval,” ese gran establecimiento debido al genio creador de don Manuel Pardo, y del cual salieron Jorge Velarde y toda esa pléyade de jóvenes marinos que durante la rápida y gloriosa campaña naval del 79, se manifestaron dignos del aplauso universal y de la gratitud del país.

En la “Escuela Naval” el Dr. Arias regentó las clases de Literatura y Derecho Internacional, á la vez que tenía á su cargo en el colegio "2 de Mayo” del Callao, las de Mecánica y Astronomía.

En 1875 fué colaborador del ilustre Pradier Fodére para fundar la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas, en la que desde entonces y hasta hoy, dicta el curso de Derecho Marítimo.

En 1876 dió á la estampa sus Lecciones de Derecho Marítimo, adoptadas como texto oficial y que le han valido manifestaciones honrosísimas, así para él como para la madre patria.

La obra del Dr. Arias, elogiada por publicistas europeos que han aceptado las doctrinas del abogado peruano, opuestas á las de otros renombrados jurisconsultos. prueba bien que en el Perú tenemos sobrados elementos para la regeneración que tanto anhelamos y que solo podremos lograr cuando, apartándonos de esas luchas de bandería en que venimos sacrificando los mas sagrados intereses de la nación, lleguemos á persuadirnos de que para ser grandes debemos comenzar por ser justos, por reconocer el mérito dónde lo haya, y no negar elogio y positivo aliento á los que lo merezcan.

Tal es lo que en síntesis, decía no ha mucho el ilustrado Jurisconsulto D. Miguel Antonio de la Lama, en un conceptuosísimo artículo que publicara en “El Comercio,” con motivo de las referencias á la obra del Dr. Arias, hechas por el eminente publicista italiano Dr. Giacomo Macri, profesor de la Universidad de Messina, en su Teoría del Derecho Internacional.

En la parte pertinente de este tratado el Dr. Macri acepta las doctrinas del Dr. Arias, cita los capítulos mas notables de la obra del abogado peruano, declara que resume con muchísima exactitud los derechos de los estados limítrofes al mar y reproduce muchos trozos de las Lecciones de Derecho Marítimo, haciendo así el mas brillante juicio crítico de esa obra.

Si las columnas de “El Perú Ilustrado” nos lo permitieran, de muy buena gana reprodujéramos el artículo del Dr. de la Lama, pues, que nada mejor que él haría conocer lo que para el Dr. Arias y para el Perú, significan las referencias del abogado italiano.

Nombrado Asesor de la Junta encargada de reformar las Ordenanzas Navales, prestó valiosísimos servicios en el lleno de su cometido.

Los trabajos de esta Junta fueron aprobados por el Congreso, disponiendo el Ejecutivo que se hiciera constar quienes intervinieron en ellos. A la vez que el Dr. Arias contribuía á la creación del Código de la Marina Militar, de que el país había carecido hasta entonces, formulaba dos más: el Penal Marítimo y el de Procedimientos, que elevados al Gobierno por el Contra almirante Haza, presidente de la comisión que nos ocupa, han pasado ahora al Congreso, que es seguro les concederá su aprobación, completando así la Legislación Marítima Nacional.

Durante la guerra con Chile, vistió el uniforme de la Reserva, como soldado en el batallón que mandaba el Dr. D. R. Ribeyro, del cual se separó para ir á ocupar un puesto entre los miembros del Tribunal del Fallo, establecido en esta capital.

Reorganizados los Tribunales, una vez que el enemigo desocupó nuestra capital, fué nombrado adjunto á uno de los fiscales y lo es hasta hoy, al de la Corte Superior.

Desde 1887 es Sub-decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas.

Designado para pronunciar el discurso inaugural, al abrirse en 1.° de Abril de 1888, los estudios en la Universidad de San Marcos, «borró la desalentadora impresión producida por la ausencia en esa ceremonia del Gobierno, excepción hecha del Ministro del ramo y llevó los espíritus á un debate de alto interés social, colocando la instrucción en el único terreno que le corresponde, obedeciendo á las tendencias de nuestra civilización actual (l.)»

El discurso del Dr. Arias que el ilustrado público reunido en los salones de la Universidad, escuchó con religiosa atención y aplaudió con entusiasmo; que la prensa calificó de la manera mas honrosa para su autor; como con muchísimo acierto lo dijo “La Revista Social,” á la que ya nos hemos referido, «señala el génesis de nuestros conflictos políticos al descubrir y señalar, como experto físiólogo, esos parásitos que cobija el cuerpo social, y que producen nuestras rebeliones y luchas intestinas, al no hallar en que ejercitar sus facultades, condenadas á la inacción porque la multiplicidad de aquellos ha rebosado la línea trazada por la naturaleza de a las cosas.

«Mas ciencias y menos elegancia, mas solidez y menos erudición. He aquí como podemos sintetizar el discurso que nos ocupa,»

También el Dr, Arias ha medido sus fuerzas en la prensa; «La Gaceta Judicial» y «El Repertorio Jurídico y Administrativo» lo han contado entre sus mas competentes Redactores y hoy es activo colaborador de «El Derecho».

Miembro del Concejo Provincial de esta ciudad, se ha ocupado últimamente, en su carácter de Inspector de cárceles, del establecimiento de talleres en la de Guadalupe, medida tan proficua y tan urjente que sería de desear fuese llevada á la práctica en el día.

Estos son los datos que sobre el nuevo Ministro de Relaciones Exteriores nos ha sido posible obtener. El país los valorizará y para sintetizarlos, podemos repetir con uno de los más respetables periodistas de Lima, que si las armas que va á esgrimir el Dr. Arias son noveles, tiene, en cambio, ilustración é inteligencia bastante y sobre todo noble corazón, elemento poco importante, tal vez, para los que hacen de la política objeto de misero lucro; pero no para los que anhelan el bien del país.

Ya el actual Ministerio logre solucionar las dificultades que nos rodean, ya tenga que renunciar á ello; los que, como el Dr. Antenor Arias, llevan á esa magna labor el contingente de su inteligencia y buenas intenciones, merecen bien que el país los conozca y los aliente en la obra para que, puesto el pié en la brecha· puedan cantar el Hosanna del triunfo.

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(1) "La Revista Social” de Lima Num. 135.

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Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 99, Lima, 30 de marzo de 1889.

Saludos
Jonatan Saona

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