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26 de abril de 2019

José M. Jiménez

José M. Jiménez
El Dr. D. José M. Jiménez
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 30 de marzo de 1889)

El Dr. D. José Mariano Jiménez nacido en Arica el 30 de Enero de 1843, hijo lejítimo del señor don José Jiménez, antiguo empleado de hacienda y de la señora María A. de Jiménez, fué enviado á esta capital como alumno interno de Guadalupe donde completó la instrucción media, pasando al Convictorio de San Carlos para cursar Derecho, distinguiéndose siempre por su clara inteligencia y consagración á los estudios; obtando progresivamente los grados de Bachiller y Doctor en Jurisprudencia recibiéndose después, previo un brillante y notable examen, de Abogado de los Tribunales de la República.

El Dr. Jiménez supo captarse desde y estudiante, el afecto de sus colegas y utilizarlo en servicio del país, siendo proclamado Presidente de la más antigua sociedad liberal organizada por la juventud de colegios de San Carlos, Guadalupe, San Fernando, Santo Toribio, Escuela Normal, Colegio Militar y otros institutos de instrucción particular, que tomó parte activa en la lucha eleccionarias á favor del malogrado General López Lavalle y del respetable Magistrado de la Nación Dr. D. Juan Manuel del Mar. La palabra fácil y la energía de concepto que distinguen al Dr. Jiménez, pronto lo hicieron conocer como orador, en un gran banquete político en la casa de Tiravanti.

En 1860 fué elegido para hablar á nombrado la juventud de Lima en la fiesta más entusiasta que se ha organizado aquí en honor del ilustre General San Martín, donde arrebató al pueblo con su palabra desde las galerías de la Municipalidad, ocurriendo cosa idéntica el año 64 en que presidiendo un numeroso grupo de jóvenes de la flor y nata de la capital, exigió al Gobierno del General Pezet, desde la plazuela de los Desamparados, actividad, energía y firmeza para defender la honra nacional en la contienda con España, hora en la que quedó profetizada la revolución del General Prado que trajo después el advenimiento del gobierno restaurador.

La juventud de San Carlos, que siempre se ha distinguido por el brillo de su amor patrio, nombró al entonces Bachiller Jiménez para expresar á D. José Gálvez sus ideas y poco tiempo después, librado el glorioso combate naval del 66, cuando las reliquias del inmortal Gálvez fueron depositadas en la iglesia de Bellavista, el amor casi filial de un joven vestido con el uniforme de bombero municipal de Lima, veló aquellos restos venerandos: ese joven fue el mismo que momentos antes conducía en hombros los heridos del combate: era José Mariano Jiménez vencedor del «2 de Mayo».

Compartía el Dr. Jiménez sus tareas estudiantiles con la enseñanza de la juventud en varios colegios particulares, cuando en 1867 ocurrió el fallecimiento del Dr D. Luis Mensante Rector de Guadalupe á quien debió reemplazar éste, Pues fué propuesto para ello y para regentar las mismas clases que aquel, pero Jiménez obtó por estas últimas y el Vice-rectorado el mismo que renunció pocos días después, para que fuese nombrado su amigo el Dr. D. Ricardo Saavedra por quien era grande el cariño y decisión de Jiménez; quedando sí, por muchos años como profesor de Matemáticas Puras.

En este período de tiempo sirvió sucesivamente como Secretario de los Ministros de Justicia y de Relaciones Exteriores, siendo Ministros respectiva y progresivamente, los doctores Felipe Osorio, Simón Gregorio Paredes y José Autonio Barrenechea.

La 1870 ejercía su profesión de abogado cuando contrajo matrimonio con una distinguida dama de la sociedad limeña, la señorita Adelinda Saco, hija del Veterano de la independencia Coronel don Pascual Saco y de la señora Margarita Flores Tristán; época en que también fué llamado interinamente, como adjunto al Relator de la Excma. Corte Suprema, cargo que obtuvo en propiedad y sirvió hasta 1870 en que el Gobierno de don Manuel Pardo, lo nombró Juez del Crimen de esta capital.

Aquí fué donde el Dr. Jiménez comenzó á atraer hacia sí la atención de los hombres de Estado, por la rectitud de los procedimientos y la lucidez de sus fallos, y donde pudo adquirir la experiencia saneada que para el ciudadano significa saber, tino y equidad: y poco tiempo después fué elejido Diputado por Arica.

En la Cámara hizo escuchar su voz, siempre bien intencionada. Más no era en la curul del Juez, ni en el banco parlamentario donde el Dr. Jiménez debía hacerse conocer como peruano. La guerra devastadora á que nos retó Chile lo llevó al puesto de acción y en 1879 dejó las tareas judiciales para desempeñar la Prefectura del Cuzco, Departamento de los más importantes por la colaboración que prestara á la defensa nacional y que ha tenido la suerte de que el invasor no profanase su suelo con su planta digna de Atila. De allá mandó el Prefecto Jiménez tres batallones, «Huáscar», «Libres del Cuzco» y «Yupanqui» formados y equipados sin mayor gravamen ni Fisco, atendiendo, oportunamente á nuestro Ejército con suministros pecuniarios y de víveres, siempre de inmensa oportunidad.

Después de las infaustas jornadas de Tacna y el Alto de la Alianza, fué el Dr. Jiménez quien recibió y atendió en el Cuzco á los Coroneles Cáceres, Solar, Canevaro y demás, y sin duda que desde entonces el actual Jefe del Estado pudo a preciar sus notables prendas administrativas.

En 1880 fué nombrado Vocal interino de la Corte Superior, mientras permanecía, también interinamente, en la Suprema, el Dr D Gregorio Galindo. La propiedad la obtuvo en 1883, nombramiento que fué ratificado en Junio del 84 y reproducido en Enero del 86 por el Consejo de Ministros encargado del Poder Ejecutivo.

La notable cooperación del Dr. Jiménez en la defensa de su patria como Prefecto del Cuzco, le valió la confiscación de sus bienes de fortuna que el invasor ejecutó con saña increíble, por no haber satisfecho el cupo que le impuso. Encerrado en la cárcel, presenció desde su calabozo el remate de sus muebles y su rica galería de pinturas que avaluada en una respetable suma, apenas produjo para la caja chilena el importe del cupo á cuyo trueque le dieron su libertad.

A más de los cargos que llevamos apuntados con la brevedad que los estrechos límites de estos renglones nos lo permiten, ha sido el Dr. Jiménez , Vocal del «Tribunal del Fallo» que se estableció  en los días anteriores á las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores del que también fueron miembros los doctores García Calderón, Arenas, Arias y otros distinguidos ciudadanos.

Ha desempeñado el cargo de Fiscal Visitador de 1.a y 2.a instancia; y es miembro de casi todas las sociedades literarias y científicas que existen dentro y fuera de la capital, como el «Ateneo», «Colaboradores de la instrucción», «Sociedad de Preceptores», de «Arqueología y lingüística del Cuzco», etc., resaltando el de socio de la Real Academia de Jurisprudencia de Madrid, en la clase de correspondiente.

Como individuo del Ilustre Colegio de Abogados ha escrito vastas y numerosas dicertaciones sobre Derecho que han sido publicadas con calificativo honrosísimos, siendo reelejido tres veces Sub-decano ó primor Vocal del expresado Ilustre Colegio. Actualmente desempeñaba la Cátedra de Derecho Natural encargado por el Claustro Universitario de San Marcos, siendo fundador del curso do Principios de Legislación.

Tal es pues, rápidamente examinada, la hoja de servicios del ciudadano que en hora difícil viene trayendo, como alguien ya lo dijo, la bandera blanca de la conciliación, llamando en tomo los buenos elementos y llevando la unánime aceptación del país.

Que sea propicia en resultados su complicada labor, sin que la Nación vea defraudadas sus esperanzas.


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Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 99, Lima, 30 de marzo de 1889.

Saludos
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. Nuestro homenaje póstumo al Dr.Jimenez,un gran patriota y un peruano de verdad, Gloria para él.

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