Obra del artista Hugo Alegre |
En el semanario ilustrado "El Perú Ilustrado" publicado en Lima el 17 de noviembre de 1888, encontramos una composición escrita por Elías Alzamora, sobre la historia de una rabona conocida como "Mariacha".
Este poema está dedicado a don Abelardo Gamarra "El Tunante". Trata sobre la historia de María, una joven muchacha que vive en la sierra peruana junto a su abuelo, que se enamora de un campesino del lugar y que al estallar la guerra decide convertirse en una rabona.
Acompañamos el texto con una imagen de una rabona y un soldado peruano, obra del artista Hugo Alegre.
(A Abelardo M. Gamarra.)
Hay en la sierra de la patria mía
Una sencilla, espiritual muchacha,
A quién unos conocen por María,
Y á quién otros conocen por Mariacha
No le dio sus encantos la hermosura,
Pero tiene su acento
Un no sequé de vago sentimiento,
De infinita ternura,
Que, cuando habla, parece que resuena
La dulce voz de melodiosa quena.
Como nació tan lejos del bullicio
De las grandes ciudades,
No sabe que hay beldades
Que deben su hermosura al artificio.
Por eso no se esmera
En oprimir su talle,
Que en nada se parece á la palmera,
Y, si vá por la calle,
Lleva suelto el cabello.
Como único adorno de su cuello.
Ha cumplido quince años,
Y en esa triste soledad perdida,
Ignora los placeres de la vida,
Pero ignora, también, sus desengaños.
Nada su tierno corazón aflije,
Ni conoce la duda;
Por que tiene en su choza
Un anciano que goza
Mirándola feliz, y la dirije
Con su palabra, de elocuencia ruda...
Tal es Mariacha, tal en los albores
De su vida de cándida inocencia.
Cuando aún los amores
No han turbado la paz de su conciencia.
__________
Amor, que es tan aleve
Que hiere en las tinieblas, y se atreve,
Por sostener su eterno poderío,
A llevar sus ardores á la nieve:
Ha llegado al humilde caserío
Donde habita María,
Y, al encontrarla con el alma quieta.
Sonriendo de alegría.
Le ha herido el corazón con su saeta.
Ah! por eso es que ahora
Hay nubes en el cielo de su frente;
Por eso canta entristecida, y siente,
Y, como siente, llora !
_________
En las yermas y tristes soledades
De las sombrías cumbres de la puna,
El cielo tiene, á veces, tempestades,
Pero tiene, también, noches de luna;
Y en una de esas noches, á la lumbre
Del astro encantador, sube María
A la empinada cumbre
De un cerro que hay vecino,
Mientras que llega, por opuesto lado,
Un joven campesino,
De rostro alegre y de mirar airado.
Allí los dos, en inocente cita,
Conversan de su amor, quedo, muy quedo:
Parece que los dos tuvieran miedo
De que el aire, imprudente, lo repita.
Eterna condición de los amantes!
Se buscan anhelantes
Para poder decirse
Todas las ansias de su amor ardiente,
Más, siempre al despedirse
Se llevan en la mente
Algún amante ruego
Que quisieran decirse luego, luego.
Así, los amorosos campesinos
Se vén con tal frecuencia,
Que ya han notado todos los vecinos
Las prolongadas horas de su ausencia.
Y como nada en este mundo dura
Oculto en el misterio,
No es extraño que el Cura,
Cumpliendo con su noble ministerio,
Les aconseje, con piadosa calma,
Que busquen en la paz del matrimonio
Goces más delicados para su alma.
Ante el anciano padre de María
Se presentan un día
Los dos enamorados campesinos,
Y, con el alma llena de temores,
Le refieren la historia
De sus puros y cándidos amores.
Con expresión tranquila,
Oye sus cuitas el sensible anciano,
Y aunque indiscreta asoma
Una gota de llanto á su pupila,
Tiende sobre ellos la rugosa mano
Y, con acento entrecortado, dice:
— El Señor os proteja, y los bendice.
_________
Al confín apartado de la sierra
Han llegado los ecos espantosos
De asoladora guerra,
Y el grito de la patria ha conmovido
El encantado nido
Que formara el amor á los esposos.
Oh! tierno campesino enamorado!
Dá tregua á tu ventura,
Y cambia tu sencilla vestidura
Por la blusa gloriosa del soldado.
Y si el dolor tu corazón oprime,
Porque ves que María está llorosa,
Piensa que es nada el llanto de la esposa
Cuando la patria jime!
En las filas de innúmeras lejiones
Que envían á la guerra
Las agrestes rejiones
De la apartada sierra,
Marcha á la lid el campesino amante
Con paso firme y con marcial talante.
Y vá tan satisfecho
Porque lleva feliz en su partida
A la mujer cuyo cariño ha hecho
El indecible encanto de su vida.
¡María, de su amor la dulce prenda,
Le acompaña y le sigue á la contienda!
Parte, incauta María,
A los sangrientos campos de batalla!
Tu pecho está sereno
Porque ignoras que tiene la metralla
El mismo acento de la voz del trueno...
Por seguir á su esposo
Camina desalada,
Y, cuando llega, al fin de una jornada,
La hora del reposo,
Alegre y placentera,
Le sirve de amorosa cantinera.
Y siguen caminando
Por ignotos lugares;
Y salvan cerros, y atraviesan mares,
El. sereno, buscando
Para su sien guirnaldas,
Y ella, siempre amorosa, soportando
El peso del equipo en las espaldas....
_______
Yá, tras de larga travesía, inmensa,
Tras de duros tormentos y fatigas,
Se preparan las fuerzas enemigas
A hacer de sus pendones la defensa.
Yá el ronco ruido del cañón se escucha!
Yá comenzó la lucha!
_________
Oh! siglo de progreso sin segundo!
Si quieres conquistar para tu historia
Un lauro más de gloria,
Haz que cesen las guerras en el mundo,
Haz que la lucha de los hombres sea
En el campo fecundo de la idea!
_______
En el fragor horrible del combate,
En su atroz y confusa algarabía,
La amorosa María
Tiembla asustada, pero no se abate.
Y llega, con esfuerzo denodado,
Allí donde el combate es más cruento,
Y es ella quién dá aliento
A la heroica pujanza del soldado. . . .
De pronto, amenazada
Por mortal proyectil, que al fin la hiere,
Detiene el paso y cae derribada,
Lanza un suspiro, se estremece, y muere!
............................................................
De María adorable
Yo llegaré á la tumba solitaria,
Y, alzando mi más íntima plegaria,
Dejaré una corona
Y este breve epitafio: fué RABONA!
Elías Alzamora.
Lima, Octubre 30 de 1888."
Imagen: Dibujo de una rabona y un soldado peruano, obra del artista Hugo Alegre.
Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 80, Lima, 17 de noviembre de 1888.
Saludos
Jonatan Saona
No hay comentarios.:
Publicar un comentario