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2 de marzo de 2019

Juan Fanning

Juan Fanning
El Capitán de Navío Don Juan Fanning
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 28 de enero de 1888) 

En la página 4". damos el retrato del intrépido y pundonoroso Capitán de Navío Don Juan Fanning, muerto á consecuencia de las heridas que recibió el 15 de Enero de 1881 — Muy lijeros apuntes ofrecemos á nuestros lectores sobre este digno Jefe, con quien principiamos la larga serie de retratos que hemos acopiado de todos aquellos que en la guerra con Chile supieron llenar su deber.

El Capitán Fanning era hijo de Lambayeque y á la vez que su retrato, hemos creído oportuno ofrecer á nuestros lectores el grabado de. la izquierda que representa la Iglesia de esa ciudad, que con justo orgullo registra el nombre de Juan Fanning entre los de sus mas ilustres hijos

El 15 del presente 7.° aniversario de la Batalla de Miraflores, fueron trasladadas al cementerio de Baquíjano las veneradas cenizas algunos de los buenos hijos del Callao, que tan alto pusieron el honor de nuestra bandera en los batallones "Guarnición de Marina" "Guardia Chalaca" y en otros de la "Reserva".

No nos fué posible ofrecer en el número del 14 el retrato del valiente Jefe de "Guarnición de Marina" Capitán de Navío Don Juan Fanning, que gravemente herido ese día, sucumbió poco después, lanzando el último aliento con esta sublime exclamación que sintetiza toda su vida: "muero por la patria".

Hoy, aunque algo tarde, llenamos con la memoria del Capitán Fanning, el deber que á todos los peruanos nos impone la gratitud y la justicia.

El Capitán de Navío Don Juan Fanning, nació en la ciudad de Lambayeque, esa reina destronada del Norte, el 3 de Abril de 1824. Su padre, respetable comerciante, natural de Estados Unidos de Norte América— fué uno de aquellos nobles extrangeros que ayudaron á nuestros padres con dinero y oportunos servicios á conquistar la independencia patria.

Desde muy joven hizo notar su inclinación á la carreta de marino y por algún tiempo navegó en un buque mercante que hacía viajes á Chile.

En uno de esos viajes, al tocar en el Callao, tuvo la suerte de conocer al Contra-Almirante Don Eduardo Carrasco, quien apreciando las buenas cualidades del joven Fanning, lo tomó á su cargo, hasta hacerlo ingresar en la Armada Nacional en 1839.

Desde entonces y hasta su muerte Don Juan Fanning no dejó de prestar sus servicios al país, ganando todos sus grados, merced únicamente á su actividad, á su estrictes en el cumplimiento del deber y á su austera honorabilidad, que varias veces fué puesta á prueba.

Muchos y muy importantes cargos y comisiones desempeñó el capitán Fanning, haciendo ver siempre las recomendables prendas de que estaba adornado. En 1858 el Comandante Villar lo comisionó para recibir los buques mandados construir para la exploración del Amazonas y de sus afluentes.

Era Comandante del bergantín "Gamarra" cuando se realizó la batalla de la Palma, siendo entonces separado del mando de ese buque por el partido vencedor.

Capitán en 1860 del puerto de Cerro Azul y mas tarde, superintendente de la Factoría de Bellavista, llevó á cabo en ambos lugares mejoras de importancia.

En 1865 contuvo una sublevación que estalló á bordo de la "Amazonas" anclada en Arica, presentándose en el buque en los momentos de mayor peligro, puesto que los amotinados acababan de victimar al Contra-Almirante Panizo y á varios oficiales. Su valerosa conducta le valió el nombramiento de Comandante del "Amazonas" y con él apresó al "Lerzundí" y á la "América", contribuyendo así, en mucho, al triunfo de la Restauración.

Durante la guerra con España fué mayor de órdenes de la Escuadra aliada.

Desde la declaratoria de guerra por Chile, hasta fines de 1879, fué Comandante General y jefe de las Baterías y fuerzas de Arica, en cuyas fortificaciones trabajó con ahínco.

De regreso en el Callao, el Gobierno le encargó la organización del Batallón "Guardia de Marina". A la cabeza de estos valientes sostuvo por largo rato todo el empuje del enemigo, hasta caer tan gravemente herido que, conducido á su casa en esta ciudad, expiró pocas horas después, lanzando la sublime exclamación que hemos consignado antes: "muero por la patria".

Tal fué este digno jefe á quien el historiador Caivano ha hecho tan estricta justicia al relatar la batalla de Miraflores.


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Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 38, Lima, 28 de enero de 1888.

Saludos
Jonatan Saona

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