Hace 104 años, el 9 de agosto de 1914 falleció Roque Sáenz Peña, Presidente de la República Argentina.
Años antes en 1879 cuando Chile le declaró la guerra al Perú, un joven Roque Sáenz Peña con 28 años, tomó la decisión de luchar por nuestra causa y se incorporó al ejército del Perú con el grado de Teniente Coronel y participó en la campaña del sur, combatiendo en las batallas de Tarapacá y Arica. Roque Sáenz Peña, formó parte de los jefes y oficiales que siguiendo el ejemplo del Coronel Francisco Bolognesi, prometieron pelear hasta el último cartucho y rechazaron la rendición que les ofreció el emisario del ejército chileno. Fue testigo de los instantes finales de la vida del héroe de Arica, quien murió peleando hasta quemar el último cartucho.
Sáenz Peña fue herido, hecho prisionero y enviado al sur del Chile y luego de 6 meses de cautiverio fue liberado y regresó a su país, donde se reintegró a la vida política.
En 1905, cuando se inauguró en Lima el monumento a Bolognesi, el gobierno peruano lo invitó a tan magna ceremonia y le confirió el grado de General del ejército del Perú y comandó las tropas que participaron en la ceremonia.
Continuo su carrera política en Argentina y en 1910 fue elegido Presidente de la República, cargó con lo que le sorprendió la muerte.
Regresando a 1879, durante la campaña marítima del glorioso Monitor Huáscar, formaba parte de la tripulación Manuel Elías Bonnemaison un joven Guardiamarina que, con apenas 17 años, participó en el combate de Angamos donde Miguel Grau partió a la eternidad.
Luego de Angamos el joven Elías Bonnemaison permaneció prisionero en Chile y unos meses después fue liberado en 1880, reincorporándose al servicio activo y llegando a participar en la defensa de Lima en la batalla de Miraflores.
Terminada la guerra y luego de unos años, Manuel Elías Bonnemaison se incorporó al servicio diplomático y en 1904 fue designado Cónsul del Perú en Argentina, lugar donde se encontraron los 2 héroes.
Fue en esa lamentable circunstancia, en que Manuel Elías Bonnemaison, fue el encargado de rendir el postrero homenaje de agradecimiento en los funerales de Roque Sáenz Peña, a nombre del pueblo y gobierno del Perú, pronunciando el siguiente discurso:
Discurso de D. Manuel Elías Bonnemaison en los funerales de Roque Sáenz Peña
Discurso de S.S.D. Manuel Elías Bonnemaison
Encargado de Negocios de la República del Perú
Excmo. Señor Presidente:
Señores:
Traigo a este lugar de eterna despedida el profundo dolor y la inmensa gratitud del gobierno y pueblo peruanos, que hoy llora con vosotros ante esta tumba abierta, la irreparable pérdida de un ciudadano ilustre, cuya alma grande y poderoso cerebro supieron conquistar en todo campo de acción humana una culminación envidiable por la irradiación brillante de su espíritu.
Su obra múltiple y fecunda queda registrada ante la historia, para enseñanza de las generaciones venideras, como ejemplo singular de un eclecticismo portentoso, que lo habilita para tratar todos los temas con una profundidad y percepción verdaderamente geniales.
Así, fue estadista, literato, orador, financista, diplomático, militar, político, y, en todo sobresaliente, diríase que al conjuro evocador de su genio brotaban los conceptos con percepción tan clara que, no se sabría qué admirar más, si la profundidad del pensamiento, la galanura de la frase o la concepción de la idea.
Su pluma era como el arado, que al revolver la simiente hacia germinar las ideas en concepciones magnificas, generosas, altruistas y elevadas, infundiendo en el animo la impresión de su potente intelectualidad y la sinceridad de sus propósitos; pero ¿Cómo seguir en su brillante trayectoria a ese astro de primera magnitud en el escenario del mundo? Y digo el mundo, porque no hubo parte del planeta en donde actuara que no dejara tras de si su luminosa huella, poniendo en todos sus actos un sello incontestable de saber y de grandeza.
El Perú en este día está de duelo, su dolor es inmenso. Su ejército ha perdido también una de sus más preclaras glorias; pero el nombre de Roque Sáenz Peña, que era hace tiempo símbolo de abnegación, valor y patriotismo, será con el de San Martín, y esa pléyade de héroes que asombraron al mundo en la epopeya de nuestra independencia patria, una evocación gloriosa que sintetice las grandes virtudes ciudadanas.
Hoy forma también nuestro ejército en doble fila y con las armas a la funerala, para rendirle honores a su heroico General, y estoy seguro que, puesto el pensamiento en la grandeza de su héroe, ha de sentir por igual al dolor y la admiración más profundos.
Esa corona que deposito en vuestra tumba en nombre del ejército del Perú es apenas una manifestación simbólica del amor que os profesa; más duradera que ella serán los sentimientos de admiración, respeto y gratitud que se guardarán eternamente.
General Sáenz Peña: recibid el último adiós de la nación peruana, consternada de pesar y agradecida, y recibidle también de vuestros compañeros de armas; las manos de los que os han precedido en el camino de la gloria os esperan, con Grau y Bolognesi de pie, allá, en el templo de la inmortalidad."
Fuente: Memorias de Roque Sáenz Peña
Elías Bonnemaison continuó por años en el servicio diplomático, siendo luego Ministro plenipotenciario en Bolivia, China y Japón y posteriormente cónsul del Perú en Nueva Orleans.
Manuel Elías Bonnemaison ostentaba el grado de Alférez de Fragata y en octubre de 1960, el gobierno le confirió el grado de Contralmirante de la Armada Nacional, como homenaje al ser el último sobreviviente del Huáscar del Combate de Angamos. Meses después, el 17 de febrero de 1961, falleció a los 99 años.
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Texto escrito por Juan Carlos Saldaña Salmón en el grupo "Episodios Heroicos de la guerra del Pacífico"
Saludos
Jonatan Saona
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