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Eduardo Avaroa |
La carta inédita de Eduardo Avaroa
El año 1999, un documento de extraordinario valor histórico para Bolivia fue descubierto en Antofagasta por un diplomático.
El cónsul boliviano en Santiago, Mariano Baptista Gumucio, se encontraba en Antofagasta, pues había sido invitado por la universidad José Santos Ossa a la presentación del libro Bolivia-Chile, la agenda inconclusa.
Después del evento se dirigió junto al cónsul en Antofagasta, Franz Barrero, al Museo del Ferrocarril Antofagasta-Bolivia, que se encontraba bajo la administración de don Jorge Lyons.