Plaza Colón, Antofagasta |
Antofagasta, Febrero 7 de 1879.
Señor Ministro:
El día 5 del corriente, a las 4 horas P.M., fué notificado el administrador del establecimiento de salitres de un decreto de la Prefectura, ordenando el remate de los bienes embargados a la Compañía, previo justiprecio.
Las circunstancias que precedieron a este acto, le dan una significación bastante grave para que yo me apresure a toda costa a ponerlo en conocimiento de ese Ministerio. Dichas circunstancias son: el haber recibido el Prefecto el día 4, por el vapor venido del norte ese dia, un telegrama que no conozco, pero que tengo motivos fundados para creerlo procedente de La Paz, conteniendo órdenes del Gobierno; tener el decreto de remate fecha de ese mismo dia i haber sido notificado el 5, a la hora indicada, después de la salida de los vapores del sur i del norte. Hubo, a mi juicio, el propósito de retardar lo menos tres días el aviso que por medio de los vapores podía yo dar a mi Gobierno, haciendo uso del cable en Iquique o Caldera.
La circunstancia, por otra parte, de haberse cambiado entre nuestra Legación i el Gobierno de La Paz proposiciones de arbitraje que llevan envuelta la condición previa de suspender la lei del impuesto al salitre, da al mencionado acto de remate un significado poco tranquilizador, sobre todo si se considera que ha sido dictado en el mismo día del recibo de aquel telegrama i después de una suspensión de mas de veinte días de los procedimientos del juicio.
Estas consideraciones obligaron al Jerente de la Compañía a enviar un propio a Mejillones, para que, alcanzando el vapor, entregase un parte que debía ser trasmitido desde Iquique i que ya supongo cu conocimiento de V. S.
Desde que se notificó a la Compañía, la situación ha cambiado notablemente. A esa tranquilidad aparente i especiante a que .daba lugar la suspensión de los procedimientos ejecutivos, ha sucedido un estado de sorda ajitacion. Reina la alarma i la inquietud en el pueblo i en el comercio un marcado malestar. Temo, sobre todo, que llegue el momento del remate, porque si la Compañía ha sufrido resignada los graves perjuicios que le acarrea esta situación que ya se prolonga demasiado, no sé hasta qué punto sufrirán impasibles este acto depreciatorio su numeroso cuerpo de empleados i sus dos mil trabajadores.
No he creído conveniente solicitar desde luego la suspensión de una medida tan seria: pero lo haré en momentos mas oportunos i en que mi intervención pueda ser mas eficaz, tratando de obviar los inconvenientes del espíritu de polémica que domina a estas autoridades.
A estos motivos de escitación ha venido a juntarse el rumor de que se aproximaban fuerzas bolivianas a Caracoles. Este rumor es enteramente falso, i tengo tomadas mis medidas para tener noticias mui anticipadas, si llegase a ser efectivo.
La alarma ha sido tal, que el Jerente de la Compañía ha llegado a abrigar serios temores, i defiriendo a sus deseos he consentido, de acuerdo con el Comandante del Blanco Encalada, en algunas medidas preventivas para el caso de que sus valiosos intereses fueren atacados.
Acompaño a V. S. una copia autorizada de la protesta formulada por el Administrador, señor Jorje Hicks, con motivo de la notificación de remate.
Dios guarde a V. S.
Nicanor Zenteno.
Al señor Ministro de Relaciones Esteriores de Chile.
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Telegrama.
Valparaíso, Febrero 7 de 1879.
A las 4 P. M.—Señor Encargado de Negocios de Chile, La Paz.
—En Antofagasta persisten en el remate del establecimiento i nuestro Cónsul cree que es en virtud de instrucciones recibidas a última hora de ese Gobierno. Exija contestación inmediata. En caso de negativa, proceda en conformidad a sus instrucciones.
Alejandro Fierro.
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Saludos
Jonatan Saona
Las notas del Cónsul Chileno describen el ambiente tenso y la incertidumbre que se vivió con la población chilena en el norte cuando fuerzas Bolivianas irrumpieron para suspender las operaciones extractivas y de procesamiento del salitre,y sobre la misma exponer casi en lo inmediato una operación de remate sin mediar alguna comisión con la que se podría establecer un diálogo al respecto.Esto implicaba una acción sin lugar a dudas de absoluta prepotencia teniendo en cuenta que intencionadamente las autoridades bolivianas en la medida que manifestaron su silencio prolongaron las respuestas o el diálogo a nuestra autoridades chilenas y a nuestra casa de gobierno en lo particular,donde nuestro Cónsul tubo la perspicacia de moverse con agilidad para tramitar las noticias hacia Santiago de lo que aquí en el norte estaba aconteciendo,tal fue el ambiente dramático que se vivía previo a el desembarco de tropas chilenas que aconteció un 14 de febrero de 1879.
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