Ricardo Santa Cruz |
Nació en Cartagena el 6 de julio de 1847. Hijo de don Joaquín Santa Cruz Carrillo y doña María Mercedes Vargas Vargas.
Cuando aún no cumplía catorce años ingresó a la Escuela Militar, el 27 de febrero de 1861. El 12 de enero de 1865 recibió sus despachos de Subteniente y fue destinado al Batallón 2º de línea. Con este grado hizo la Campaña del Norte durante la Guerra con España y estuvo destacado en Caldera.
El 27 de noviembre tomó parte en el ataque a la fragata Berenguela que bloqueaba dicho puerto. Ese día, el Comandante de Armas de Caldera, Coronel Graduado José Antonio Villagrán, trató de sorprender a los españoles en la bahía de Calderilla, con un grupo de lanchas cañoneras, sin que este ataque diera el resultado apetecido, por cuanto el fuego de la nave obligó a los chilenos a abandonar su intento.
El 27 de noviembre tomó parte en el ataque a la fragata Berenguela que bloqueaba dicho puerto. Ese día, el Comandante de Armas de Caldera, Coronel Graduado José Antonio Villagrán, trató de sorprender a los españoles en la bahía de Calderilla, con un grupo de lanchas cañoneras, sin que este ataque diera el resultado apetecido, por cuanto el fuego de la nave obligó a los chilenos a abandonar su intento.
Luchó en el combate de Calderilla el 27 de diciembre de 1865 y desde 1866 participó en las campañas de la Araucanía.
En diciembre de 1869 ascendió a Teniente y en julio de 1874 fue nombrado Ayudante y Profesor de la Escuela Militar. Alcanzó el grado de Teniente Coronel y en 1877 fue nombrado Segundo Comandante del Regimiento "Zapadores".
El 13 de abril de 1879, con el grado de Sargento Mayor fue llamado para integrar las fuerzas del Ejército que debían marchar al norte, como Segundo Comandante del Regimiento Zapadores; al asumir ya lucía sus presillas de Teniente Coronel. En Antofagasta fue un valioso auxiliar del mando y participó en la instrucción que se hacía a los reclutas y a los soldados de línea, en el empleo de la guerrilla. Debido a su profunda afición al estudio de manuales extranjeros, Santa Cruz pudo redactar un manual de instrucción que prestó valiosos servicios. Su actividad lo hizo destacarse ante el General en Jefe del Ejército, Erasmo Escala, quien al iniciarse la Campaña de Tarapacá, ordenó que el transporte Lamar, que llevaba a su bordo a la Brigada de Zapadores, marchara a la cabeza para que esta tropa fuera la primera en desembarcar y preparara el camino a las otras unidades.
Al comenzar el desembarco, el 2 de noviembre de 1879, una Compañía de Zapadores y dos del Atacama fueron las primeras que pisaron tierra enemiga. Tan pronto como se inició el avance de la segunda ola, Santa Cruz con el resto de su Batallón saltó a tierra y tomando la dirección de la Unidad, marchó sobre las líneas adversarias, desplegando sus compañías en guerrillas y manejándolas al son de la corneta. El avance que las fuerzas de Hospicio hicieron hacia Dolores, bajo el mando del General Escala, Santa Cruz y sus Zapadores llegaron a reunirse a las tropas del Coronel Sotomayor y, días más tarde formaron en la columna que, al mando del Coronel Luis Arteaga marchó sobre la Quebrada de Tarapacá.
Al realizarse el ataque a la Quebrada de Tarapacá las tropas mandadas por Santa Cruz, integradas por dos Compañías de Zapadores, una del Segundo de Línea, una de Granaderos y cuatro piezas de montaña, perdieron su dirección en la camanchaca de la amanecida. Cuando se levantó la niebla, Santa Cruz comprobó que había perdido la dirección hacia su objetivo y en cambio desfilaba por la ceja, a la vista de la aldea de Tarapacá. El adversario lo había visto y sus cornetas tocaban alerta. El combate se convirtió en una hecatombe. La llegada de los Granaderos, salvó a la columna, ya que su carga obligó a retroceder al enemigo. El saldo del combate fue espantoso: un cincuenta por ciento de los soldados de Santa Cruz había caído en la lucha, antes del medio día. Pero aún quedaba algo peor. El enemigo que había sido rechazado en todas partes, recibió refuerzos provenientes de Pachica, generalizando en la tarde un nuevo ataque, que tuvo como resultado la derrota de las fuerzas de Arteaga y su desastrosa retirada a través de la Pampa, donde sufrieron considerables pérdidas.
Terminada la Campaña de Tarapacá, el Ejército de Chile comenzó la Campaña de Tacna, desembarcando en Pacocha e Ilo, a lo cual siguió el combate de Los Ángeles. La meta ahora era Tacna y el 26 de mayo de 1880 comenzó el ataque contra las fuerzas del Ejército Aliado en donde una bala lo alcanzó en el vientre siendo herido de gravedad.
Falleció en Tacna el 27 de mayo de 1880.
Estuvo casado con Magdalena Argomedo Urzúa, teniendo descendencia.
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Saludos
Jonatan Saona
El gravísimo error de Santa Cruz cometido el 27 de noviembre de 1879 comprometió a sus tropas en mala posición.
ResponderBorrarLas fuertes críticas profesionales a su actuación, el duro trato que recibió de la prensa, así como la polémica que lo enfrentó a la Artillería como cuerpo, amargaron sus días hasta mayo de 1880. Avanzar al frente de sus Zapadores contra el ala derecha Aliada en el Alto de la Alianza, a pecho descubierto, puede - quizás - haber sido una fórmula para lavar su honor muriendo en combate.
La bala que puso fin a sus días, según un diario de la época, le habría perforado el hígado.