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7 de diciembre de 2024

Entrevista a Carrazana


Un histórico reportaje de la acción heroica de Tambillos
Por: Lucio Lanza Solares

El periódico EL NACIONAL que se publicaba en la ciudad de Potosí al tener conocimiento de la llegada del sr. Ernesto Carrazana, uno de los bravos protagonistas de acción de Tambillos, en la que flameó nuestro pabellón nacional como el símbolo sublime de la heroicidad con la que se defendió el territorio patrio en el drama del Pacífico contra el injusto invasor chileno, hizo el siguiente reportaje:

"— Conocedores de su brillante actuación en uno de los primeros combates librados en Tambillos el día 6 de diciembre de 1879, podría proporcionarnos algunos datos, para la historia?
Inmediatamente el veterano defensor de la integridad patria, se reincorpora con entusiasmo como movido por una fuerza extraña y poderosa y sus ojos con brillo penetrante que demuestra aun en su espíritu el valor militar, nos dice con vehemencia: 

— La acción de Tambillos tiene una importancia suma para nuestra historia dolorosa de la Campaña del Pacífico, porque mediante ella y en la que participaron franco-tiradores que se hallaban bajo las órdenes del Coronel Rufino Carrasco y era la vanguardia de la quinta división, se hizo conocer la primera victoria de nuestro ejército en campaña y por que con ella igualmente conoció esta ciudad a muchos prisioneros chilenos cogidos en pleno campo de batalla, traídos por el comando. 

Continúa suspirando. A esos prisioneros en esta ciudad que siempre ha sido generosa, todos los potosinos les prodigaron toda clase de atenciones. Los trataron bien. El comercio les obsequió toda clase de prendas de vestir y los industriales mineros les proporcionaron trabajo en las minas del Cerro. 

— Siga usted señor. 
— Nuevamente se retempla su ánimo recordando con vigor aquella acción heroica y dice: La quinta división se acantonó en San Cristóbal de Lípez y de ella se desprendió un destacamento a órdenes del Coronel Rufino Carrasco con los franco-tiradores con dirección al Litoral, iniciando la campaña bélica y tras una larga y penosa marcha de sufrimientos por la falta de víveres, la fatiga del desierto y otros obstáculos, llegamos al pueblecito de Chiu-Chiu distante ¡unos cuarenta kilómetros de Calama. 
Entonces el Coronel Carrasco resolvió acantonar en este lugar, para llegar sorpresivamente a Calama y apoderarse de la guarnición chilena que se había apostado en esa región. En este afán fue una patrulla para ilustrar sobre la cantidad de fuerza y manera cómo se hallaba dicha guarnición. La referida patrulla fue inmediatamente vista por algunos soldados chilenos que también en patrullaje marchaban hacia Chiu-Chiu, dieron inmediata vuelta al encontrarse con el enemigo y entonces nuestra patrulla abrió fuego y los persiguió logrando victimar a uno, coger prisionero al otro y poniendo en fuga al último, el que dio parte al jefe de la fuerza chilena en el sentido de que la quinta división se encontraba en Chiu-Chiu. 

En vista de que la fuerza chilena se hallaba ya lista para repeler nuestro ataque y fracasado el golpe de estrategia militar proyectado por el Coronel Carrasco, se resolvió marchar sobre Atacama, como que así lo hicimos. 

Los franco-tiradores nos pusimos en marcha forzada sobre Atacama con el mismo objeto de apoderarnos de la guarnición enemiga que se hallaba en dicho lugar en fecha 4 de diciembre habiendo llegado el 5 a San Bartolo donde acampamos hasta horas doce de la noche en que emprendimos nuevamente la campaña hasta llegar a las 5 a Tambillos, donde fuimos sorprendidos por una descarga enemiga de un parapeto consistente en un promontorio de tierra. Inmediatamente cundió en nuestras filas la alarma con una rapidez eléctrica y nuestros soldados al oír el fuego enemigo, olvidando sufrimientos, marchas forzadas y la  mala noche de la campaña prorrumpieron en atronadores vítores a Bolivia y mueras a Chile. 

El Coronel Carrasco ordenó el despliegue en guerrillas, fuego y avance, mientras que cl enemigo seguía haciendo fuego cerrado, nuestros soldados con valor admirable y con heroicidad ejemplar, siguieron avanzando haciendo fuego también hacia la posición chilena hasta lograr situarse al otro lado del promontorio de tierra, 

La primera descarga que hicimos hacia unos caballos que se encontraban cerca de la posición chilena, logró que éstos se precipitasen en alocada fuga, dejando a sus jinetes a pie. Fue la primera victoria. En seguida con el entusiasmo de este primer triunfo, seguimos el avance impetuoso y arrollador sin cejar en las descargas ni un momento, Se entusiasma nuestro Interlocutor, se crispan sus nervios y brillan aun más sus ojos. Posesionados del parapeto de tierra y dejándome herido del brazo izquierdo a efecto del fuego enemigo y a dos muertos: el Teniente Desiderio Alfaro y el sargento Juan de la Cruz Calera nuestros soldados sedientos de gloria y locos de destrucción no tardaron en cantar la victoria del ejército boliviano sobre las huestes del cobarde agresor. 

Se entusiasmó aun más el veterano y benemérito de la patria y defensor de nuestro honor nacional, viendo el lugar de su herida cicatrizada y sigue: Así que se pronunció la derrota del injusto invasor, nos concretamos a capturar prisioneros, ganados, armamento, municiones y equipo a eso de las siete y media de la noche del inolvidable día 6 de diciembre de 1879. 

Orgullosos con el triunfo soberbio de nuestras armas, olvidando heridas, muertes y fatigas, seguimos nuestro viaje hacia Atacama, donde llegamos en medio de un indescifrable júbilo de nuestros connacionales momentáneamente redimidos, quienes dando vivas a Bolivia y mueras a Chile, pedían armas con delirio para defender la patria hollada. Este fue el momento más emocionante de mil vida, porque el triunfo legítimo la derrota vergonzosa del enemigo embriagaba todo. 

Esa misma noche, seguimos la marcha con dirección a Toconao, llevando 29 prisioneros y una gran cantidad de armas, municiones y equipos capturados en la acción heroica que acababa de pasar. De Toconao salimos el día 14, llegando el 15 de diciembre a San Cristóbal. 

Antes de terminar nuestro reportaje rememorando aquella memorable jornada de Tambillos, nos dice: que le hemos dado el gusto de hacer la anterior relación que tanto sacrificio costó a nuestra pobre patria, y no dejará en silencio la cobardía del chileno, pues, así que se inició el combate de Tambillos, el comandante llamado Toro de las fuerzas chilenas fue el primero en abandonar su puesto y emprender la fuga más vergonzosa, dejando a la tropa a su propia suerte, Por esto el gobierno chileno parece que lo juzgó y le dio alguna pena grave."


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Diario "Presencia". Suplemento Literaria.  Edición n° 2085 de 5 de abril de 1964. La Paz -Bolivia.

Saludos
Jonatan Saona

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