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| Juan Montero Rosas |
Coronel Juan Manuel Montero Rosas
Edecán del Presidente de la República
Limeño, hijo de Gregorio Montero y Bárbara Rosas, estudió la carrera militar en el viejo colegio de la calle del Espíritu Santo, de donde egresó con el grado de subteniente. Cuando Chile declaró la guerra al Perú se encontraba fuera del ejército por razones personales, dedicado a actividades del campo en una hacienda.
Como otros militares solicitó su reincorporación para servir a la patria, pero no sobreviviría a la contienda. Amigo personal de Piérola, éste le nombró su ayudante de campo. El 13 de enero de 1881, en el fragor de la lucha, el Presidente de la República requería de un hombre de nervios templados para llevar una orden desde las tierras baldías de San Juan y Miraflores, y nadie mejor que Montero Rosas para tan arriesgada misión. Se ofreció consciente del peligro que corría, con un desprecio total de la vida.
En "La Prensa" del 24 de enero de 1909 se dijo lo siguiente: "Y así procedió en efecto... Las huestes chilenas que atacaban Chorrillos por el lado del cuartel, encontraron en el camino al pundonoroso jefe que despreciando el peligro trataba de llenar su cometido. Hubo un cambio de disparos y el esforzado patriota caía acribillado a balazos, dando frente al enemigo, para ascender a la gloria".
Montero Rosas Domiciliaba en la calle Minería No. 21. Su esposa fue doña Grimanesa Tirado Váscones con quien tuvo tres hijas: Juana María, Grimanesa y Rosa.
El Coronel Juan Manuel Montero Rosas murió combatiendo en la batalla de San Juan, a la edad de 50 años(1).
El drama de sus familiares, como en general el de toda la familia peruana, no se circunscribía a la muerte del coronel Juan Manuel Montero Rosas, pues también había fallecido a consecuencia de las heridas recibidas en San Juan, el Alférez Alejandro Tirado, hermano de la esposa de Montero Rosas, arequipeño de 23 años, del arma de Caballería.
Según los registros de la Beneficencia Pública de Lima, el coronel fue enterrado en el cuartel San Lucas, A-10. Allí permaneció hasta setiembre de 1883 en que fueron exhumados sus restos por sus familiares para ser conducidos al cuartel levantado por la Sociedad de Beneficencia.
Desde 1908 se encuentra en la Cripta de los Héroes. En Santa Beatriz hay una calle que lo recuerda.
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(1) Véase su partida de defunción inscrita en la Parroquia del Sagrario, tomo 21, folio 109.
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Comisión Permanente de Historia del Ejército Peruano (CPHEP). "La Gesta de Lima". Lima, 1981.
Saludos
Jonatan Saona
Ayudante de campo y muerto en acción. Comisionado para llevar órdenes - que siempre son urgentes en plena batalla - y ultimado por el fuego enemigo. No cabe duda que, para cumplir su cometido, tomó el riesgo de exponerse cercanamente a ese fuego, con las consecuencias fatales que aquí vemos relatadas. Un valiente, ciertamente.
ResponderBorrarMe recuerda el caso del Cdte. Roberto Souper, uno de los ayudantes de Lynch en la misma batalla, que cayó cumpliendo similar misión. Agonizó un par de días y tuvo la suerte de fallecer, en la ambulancia chilena, asistido por sus dos hijos que también era oficiales combatiendo en esa jornada.