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10 de octubre de 2023

Declaración2 de AGG.

Aurelio García y García
Declaración en el plenario del Sr. Capitán de Navío Aurelio García y García

Preguntado dijo: 
Que tanto en el parte oficial que con fecha 9 de Octubre último elevó en Arica al entonces Director de la guerra General Prado, y de cuyas órdenes dependía, como en la declaración que prestó ante el Capitán de navío Sr. Carrasco el 24 del mismo mes, en su calidad de Fiscal nombrado por el Supremo Gobierno, para practicar la sumaria indagatoria solicitada por el que habla con el fin de esclarecer los hechos ocurridos el 8 de Octubre sobre la costa de Bolivia, en relación con el "Huáscar" y la "Unión" ha quedado asentada la relación fidedigna de dichos sucesos; por lo cual, ahora reproduce y ratifica en todos sus detalles los ya mencionados parte y declaración instructiva. 

Que la confirmación plena que han merecido una y otra exposición, de cuantos han sido llamados á dar sus declaraciones en la sumaria indagatoria referida, parecía que daba á ella cumplido y satisfactorio término, escusando de nuevos trámites; pero como no obstante de tan pronunciada uniformidad de datos y apreciaciones, á las que siguen como natural é inevitable consecuencia igual uniformidad de conceptos y conclusiones de parte de todos los elevados funcionarios á cuyo exámen legal y autoridad jurídica se ha sometido la sumaria información, hoy se da á esta un curso que cambia la faz que hasta ahora había mantenido; creo necesario que consten con deslumbrante claridad aquellos actos y circunstancias que las malas pasiones, la ignorancia, ó la malicia pudieran tal vez querer ocultar ó tergiversar.

Los buques de la armada nacional no se han organizado en escuadra durante la actual guerra. Estos compusieron tres divisiones independientes según el supremo decreto de 10 de Mayo de 1879. El Comandante Grau, después Contra Almirante, y el que declara, eran ambos Comandantes generales de la 1° y 2° división respectivamente. Ascendido el jefe del "Huáscar" poco antes de los acontecimientos que nos ocupan, no se dió sin embargo al mencionado Contra Almirante otra colocación, el cual tampoco enarboló jamás la insignia correspondiente á tal grado, ni usó el uniforme de esa clase superior, que además no se hizo reconocer oficialmente á la división de mando del que habla, conservándose por lo tanto izado el antiguo gallardete en los buques montados por ambos Comandantes generales. 

Que la expedición última á la costa de Chile y en la cual siguiendo las instrucciones recibidas y el órden natural de subordinación militar desde que debían obrar en concierto los dos buques citados, se reducía como terminantemente se preceptua en las instrucciones escritas del Director de la guerra, á hostilizar lx costa enemiga ó capturar los trasportes que encontrasen; pero prohibiéndose con mareado intento en el articulo 7°, prohibición repetida en el final, el comprometer los buques que les estaban confiados y que solamente debían combatir con fuerzas inferiores. Al tenor espreso de estos mandatos que tenían que ser precisamente la única é invariable regla de conducta; al avistarse la primera división chilena en la forma y bajo las circunstancias que se hallan esplicadas estensamente en el parte oficial y declaración anterior, el "Huáscar" cuyas aguas seguía con la "Unión", ejecuté el único movimiento que era dable atenta su gran inferioridad de poder; esto es, huir de los enemigos como ya lo había ejecutado el mismo monitor en dos ocasiones anteriores, 30 de Mayo y 3 de Junio, ante uno solo de esos blindados; el "Blanco Encalada". 

Que se sabe perfectamente el modo como fueron desarrollándose los sucesos posteriores, y que al divisarse la segunda división chilena, aumentó en cada buque el empeño para sacarlo á salvo del trance violento en que se hallaban comprometidos. Que se ve pues, que si al fin por deficiencia de andar y la proximidad de la costa quedó el "Huáscar" aconchado sobre ella, nunca tuvo el ánimo de combatir, y que á la defensa obligada pero heróica que hizo al tocar ese fatal estremo, fué arrastrado por efecto inevitable de las reconocidas condiciones inferiores marineras y de andar del monitor. 

Que aquí saltan palpablemente los errores á que llega el que juzgara las evoluciones y movimientos de los buques de vapor, con el criterio que en tiempos que pasaron se aplicaba á los barcos de vela. En estos, las condiciones de marcha desde que obraban bajo la acción del mismo viento eran aproximadamente iguales, tanto para el ataque como para la defensa, lo cual en armonía con la estratejia naval que de allí nacía, les imponía la forzada obligación de agruparse desde que su suerte era común; pero en los buques del día ó de vapor, el andar entra hoy como el principal y más codiciable elemento en la guerra marítima, y á obtenerlo cada vez mayor se dirijen los incesantes esfuerzos de todas las potencias navales. Con la posesión de esa superioridad se evitan sacrificios estériles, que de otra suerte solo conducen á dar fácil triunfo á contendores poderosos, y se consigue por su medio, atacar ó apoderarse del enemigo, si á la mayor velocidad acompañan ventajas de fuerza. 

Que en resumen, el "Huáscar" y la "Unión" objetos de una emboscada llevada á cabo por fuerzas que les era imposible dominar, solo tuvieron un propósito y á lograrlo marcharon con todo ahínco y en el mas perfecto acuerdo. El primero no pudo fatalmente conseguir su intento por los motivos ya expuestos, en tanto la segunda con mejor andar lo alcanzó. Que es además de toda evidencia que ninguno de nuestros buques aislados, ni todos ellos combinados tenían el poder ofensivo, ni de resistencia en sus costados, suficientes para librar combate con los blindados y buques perfectamente artillados de que disponen los enemigos. Así lo comprendió siempre el Contra Almirante Grau cuyo plan fué constante en el sentido que va expresado, sin variarlo con órden de apresto para combate durante la caza, ni señal alguna en las evoluciones y accidentes de ella. Tal fué, pues, inalterablemente la única consigna recibida y observada y que no se modificó por un solo instante. Circunstancia es esta sobre la que debe prestarse preferente atención. 

Que como corroboración de las verdades relatadas, se acompaña cópia de dos cartas, que pide sean agregadas esta declaración, debidamente reconocida la autenticidad de sus conceptos; una dirijida y otra es la contestación del Capitán de corbeta y último Comandante del "Huáscar" D. Pedro Garezon, el cual como oficial de derrota y señales, palpó y siguió la mente de su inolvidable jefe en todos los actos y maniobras del día, siendo por lo tanto su autoridad irrecusable, desde que las circunstancias anotadas le dan un valor excepcional que mas propiamente puede llamarse único...

Preguntado: Contestó
Que como ya lo tiene dicho y es un hecho hoy al alcance de todos, el monitor "Huáscar" ni tuvo intención, ni dió en realidad combate, sino que se defendió heróicamente una vez que estrechado entre la costa y los blindados enemigos, no pudo por su deficiencia de andar salir de esa emboscada, lo que sin embargo, no cesó un instante de esforzarse en conseguir: que por lo tanto no habiendo habido plan ni órden de combate, ni ser ese el objeto con que ambos buques navegaban, no tienen aplicación ninguna en el presente caso los artículos de la ordenanza á que se refiere la pregunta, los cuales como no puede dejar de suceder, únicamente se dirijen á asegurar el éxito de operaciones determinadas; pero nunca á contrariar aquello que se quiere conseguir: que es preciso no se olvide como ya lo tiene expuesto en su segunda instructiva, los cambios inevitables que han traído á la guerra marítima y evoluciones navales, la aplicación del vapor á los buques de guerra, y que no existe nación naval que no mirara como el mayor de los absurdos, el que un buque de madera poseyendo superioridad de andar, se pusiera bajo las baterías buques blindados ó mas fuertes, teniendo los medios de evitarlo, como sucedió muy poco antes en el desastroso combate de Iquique, en el cual el buque enemigo "Covadonga", dejó esa ensenada a pesar de hallarse en ella muy comprometida su compañera y jefe, la "Esmeralda"; hecho este, al que nuestros enemigos llamaron heróico, y que verdaderamente merecería su salvación una alabanza de todos los hombres de mar, si la perfidia de ese jefe chileno no la hubiese oscurecido, lanzando sus disparos sobre náufragos inermes. 

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En este estado del proceso le fué entregado al defensor Dr. D. Ramón Ribeyro, el cual lo devolvió con nota al Fiscal señor Carreño, diciéndole; que no encontrando en el expediente acusador, acusado, ni cargo alguno formulado, esperaba sus conclusiones para saber de qué tenía que defender al Capitán de navío Sr. García y García. 


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"La Corbeta Unión el 8 de octubre de 1879". Lima, 1880.

Saludos
Jonatan Saona

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