Rada del Callao, Setiembre 5 de 1880
En conformidad de las instrucciones verbales recibidas de V. S., procedí a bombardear la dársena de este puerto, rompiendo los fuegos sobre ella el 30 del próximo pasado a las 10.30. En este día hicimos seis disparos, cuyo detalle verá V. S. en los estados adjuntos. A las 11.35 cesamos el fuego por órdenes de V. S., por haberse cerrado de neblina de puerto.
El 31 del mismo comenzamos nuevamente el bombardeo a las 12.45, i continuamos sin interrupción hasta las 3.33, habiendo hecho 25 disparos con excelentes punterías.
El día 1° de Setiembre recomenzamos, una vez puestos en posición, desde las 10.40 hasta las 12.40, habiendo hecho 19 disparos. De éstos uno hecho a pique al pontón Callao número 1, donde había depósito de torpedos, i otro reventó a bordo de la Unión, produciendo un gran escape de vapor. Se reconoció el oído i hubo de cambiar las dos piezas que constituyen el grano, pues ya estaban completamente inutilizadas. En la tarde de ese mismo día se dispararon 13 tiros mas, que no fueron tan buenos, pues comenzamos a usar las granadas fabricadas en el país. A las 5.8 suspendimos el fuego, habiendo hecho los cuatro últimos disparos contra una lancha que avanzó de la costa, disminuyendo la distancia, con dos piezas pequeñas que alcanzaron los 5,000 metros, pero a la cual era inútil continuar disparando por ser materialmente imposible acertar por su tamaño.
El día 2 de Setiembre lo ocupamos en cargar granadas i cartuchos de carga máxima; se tomó impresiones del ánima, descubriéndose que el grano del cobre con 13 tiros había sido inutilizado. También mostró la impresión algunas escoriaciones en la pared superior de la recámara de 0.02 de pulgada de profundidad, que a juicio del enviado de la casa Armstrong, señor Slater, era preciso vigilar con frecuencia, pero que no eran de consideración alguna.
El dia 3 de Setiembre rompimos nuevamente el fuego sobre la dársena, haciéndole 5 disparos; a las 11.35 salieron del dársena cuatro lanchas a vapor, armadas con uno i dos cañones pequeños de alcance que abrieron sus fuegos sobre nosotros.
Procuré mantenerlas a distancia, i les hicimos 15 disparos. Por órden de V. S. la corbeta O’Higgins se puso en movimiento para rechazar las lanchas enemigas i protejer nuestro bombardeo, que continuamos haciendo seis disparos mas sobre el dársena.
En los cuatro días se han disparado 50 granadas comunes inglesas, 28 id. chilenas, 12 granadas Palliser, habiendo consumido 4,220 quilógramos de pólvora.
Todas las punterías fueron hechas con precisión admirable por el capitán de corbeta graduado don Cárlos E. Moraga, i hai bastante fundamento para creer que los daños causados al enemigo han sido serios. Con tal motivo creo de mi deber recomendar calorosamente a este jefe que espontáneamente se ha prestado a una parte tan importante en un bombardeo como es la de cabo de cañón.
En nota aparte tengo el honor de espresar a V. S. la notable diferencia en la exactitud i alcance del tiro que hace desmerecer a las granadas fabricadas en el país que rara vez conservan su salero en trayectoria. Reconocida nuevamente el ánima, la impresión tomada manifestó que no había habido aumento alguno en las escoriaciones descubiertas el día anterior, pero ambas piezas del grano habían sido inutilizadas, lo que a juicio del señor Slater proviene que tanto la de cobre como la de acero necesitan hacerse un poco agrias por medio del temple. Dicho señor Slater nos ha acompañado durante todo el bombardeo i han sido mui útiles sus servicios.
Es cuanto puedo esponer a V. S. sobre el particular.
Luis A. Lynch.
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Ahumada Moreno, Pascual. "Guerra del Pacífico, recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referente a la guerra que han dado a la luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia" Tomo III. Valparaíso, 1886.
Saludos
Jonatan Saona
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