Leonardo Villar |
El Dr. Leonardo Villar
Como complemento de la noticia necrológica que, respecto de nuestro sabio maestro, publicamos en el número 280 de este periódico, nos es rato consignar en relación ordenada y detallada, lo que con justicia podemos considerar como su brillante foja de servicios; en la que constan lo que en beneficio de la ciencia, de la humanidad y de la Patria, hizo el venerable doctor Villar en cerca de 50 años de su laboriosa existencia: servicios tan eminentes, que conviene sean conocidos por las generaciones presenteg y futuras, á fin que quede plenamente justificado, el lugar proeminente que corresponde al doctor Villar en nuestro Panteón médico.
Del doctor Villar no podrá decirse, como de los doctores Unánue, Heredia y Miguel E. de los Ríos, que fué de los grandes organizadores de nuestra Facultad de Medicina; pero sí hay derecho para considerarlo, junto con los venerables doctores Manuel Odriozola y José Mariano Macedo, como uno de los genuinos representantes del progreso médico nacional. Esos tres nombres quedarán siempre vinculados, formando la excelsa trinidad de los grandes maestros médicos prácticos peruanos: estrellas de primera magnitud, cuyos fulgores ilumicarán perpetuamente nuestro firmamento científico.
Se meció la cuna del doctor Villar en la ciudad del Cuzco, la capital del imperio incaico, en la que recibió la instrucción primaria y media habiéndose trasladado después á Lima é ingresado al antiguo Colegio de la Independencia, precisamente en la época en que el inolvidable doctor Heredia, realizaba la completa trasformación de la enseñanza médica: obra en la que como se sabe tuvo como importantes coloboradores á Solari, Douglas, Aranda, Faustos, Lorente y varios otros varones ilustres que acometieron la laboriosa empresa de restaurar la Escuela de "San Fernando", que yacía en mortificante letargo, pasado el poderoso pero, por desgracia, fugaz soplo de vida que le comunicara á principios del siglo su sabio fundador el doctor don Hipólito Unánue.
Después de una brillante carrera escolar, en la que reveló dotes especiales que hicieron vislumbrar desde entonces el papel ipreponderante que más tarde debía ocupar en nuestra Escuela, recibió su diploma de médico—cirujano el 15 de noviembre de 1853; á los 28 años de edad, y ante la Junta Directiva de medicina, compuesta por los doctores Heredia (Protomédico), Ríos (M. Alvarado, Odriozola (M.), Faustos y Camilo Segura (Secretario),empezando desde ese momento su brillante carrera, que sólo ha podido interrumpir sn fallecimiento, bien doloroso aunque era ya esperado dada su avanzada edad.
Sucesivamente indicaremos los servicios prestados por el doctor Villar: 1° á la Facultad de Medicina; 2° como médico militar y en las variadas comisiones que le han enconmendado los poderes públicos; 3° á las diversaa asociaciones científicas de que formó parte; y 4° á las ciencias médicas, reseñando los importantes trabajos que ha publicado.
—Optó el grado de doctor en medicina el 20 de abril de 1860 ante el jurado compuesto por los doctores J. G. Paz-Soldán (Rector de Universidad), M. E. de los Ríos Ulloa.
En setiembre 2 de 1857, fué nombrado por el consejo de ministros, profesor auxiliar de la Facultad de medicina, en lugar del doctor R. Grau que no aceptó aquel cargo.
En 4 de enero de 1859, el Supremo Gobierno lo nombró catedrático principal interino de Anatomía General y Patología, cátedra vacante por renuncia del doctor Evaristo D'Ornellas; habiéndosele expedido el título de catedrático principal de la indicada asignatura, por el Gobierno del Coronel Balta, el 27 de abril de 1869, teniendo en cuenta el tiempo trascurrido en la regencia de ese curso.
En julio de 1859, fué nombrado Delegado de la Facultad de Medicina en Lima.
En el año 1876, y por impedimento del catedrático titular doctor M. E. de los Ríos, comenzó á dictar el curso de clínica médica de hombreg: cátedra á la que definitivamente fué trasladado, por resolución de la Facultad en 13 de febrero de 1886. El doctor Villar dictó sus renombradas y muy importantes lecciones clínicas, sin interrupción alguna, hasta la víspera de su muerte; pues cuando el ejército enemigo ocupó el Hospital "2 de Mayo", en 1881, trasladó su enseñanza al Hospital de San Bartolomé; y durante la época aciaga de la usurpación decretada por el gobierno el General Iglesias, no se resolvió á la inacción, y fundó un curso de clínica libre en el Hospital "2 de Mayo". -Entonces se reveló el doctor Villar verdaderamente como un gran maestro, que supo atraer á su seno no sólo á sus antiguos discípulos, sino á muchos médicos, algunos ya prácticos experimentados. —El curso de clínica libre de 1885 es una de las más brillantes páginas de la historia de nuestro venerable maestro.
En 5 de julio de 1881, y á raiz del nunca bien lamentado fallecimiento del esclarecido decano doctor Miguel E. de los Ríos, el doctor Villar fué elegido sub-decano de la Facultad de Medicina. Desempeñaba el citado cargo, en 1884, cuando se efectuó la arbitraria intervención del Gobierno en los actos interiores de la Facultad, lo que originó la renuncia colectiva que elevaron todos los catedráticos en octubre del indicado año.
Destituído y sometido á juicio el señor Decano doctor Manuel Odriozola, tocóle al doctor Villar, en los críticos momentos, asumir, siquiera fuera virtualmente, la dirección en las resoluciones adoptadas por el cuerpo docente de la Facultad.
Reorganizada la Facultad, en virtud de la suprema resolución de 6 de febrero de 1886, por la que establece de nuevo el régimen violentamente interrumpido quince meses antes, el doctor Villar fué reelegido sub-decano el 1° de octubre del mismo año. De igual modo obtuvo los votos de sus colegas para el mismo cargo, en 22 de marzo de 1887, en las elecciones practicadas conforme á lo dispuesto en el Reglamento de Instrucción promulgado entonces.
Por haber fallecido en junio de 1888, el ilustre y gratamente recordado Decano doctor Manuel Odriozola, asumió el doctor Villar el decanato de la Facultad; cargo que obtuvo en propiedad en las elecciones practicadas, el 19 de marzo de 1891, y que desempeñó hasta el año de 1895. Durante siete años consecutivos, dirigió, pues, el doctor Villar los destinos de la Facultad de Medicina. Aun no ha llegado el momento oportuno de juzgar su conducta como Decano de la Facultad. Día vendrá en que sea posible decir lo que hoy conviene silenciar.
—Además de la enseñanza de la medicina, el doctor Villar también dedicó su actividatl á propagar el conocimiento de nuestra lengua primitiva: del quechua. —En los años de 1872 y siguientes, durante el rectorado del doctor Manuel M. Salazar y del señor José Garay, dictó en el Colegio de Nuestra Señora de .Guadalupe, un curso del indicado idioma; y deja inédita una gramática de la lengua incaica. —Fué siempre considerado como autoridad en cuestiones filolójicas, pues poseía varios idiomas, entre ellos el chino. Esta última circunstancia le permitió prodigar su asistencia, de un modo especial, en su servicio hospitalario á los colonos asiáticos.
Al año siguiente de recibir Su diploma de médico, comenzó el doctor Villar á prestar su servicios como cirujano de ejército, habiendo sido sucesivamente:
—Médico del Batallón Cuzco, en 8 de abril de 1854;
—Miembro de la Junta de Sanidad del Callao y médico del Batallón Marina, en 1855.
—Comisionado para combatir la epidemia del tifus en Huancavelica, de 1855 á 57. El Prefecto de ese departamento le dió las gracias á nombre de la Nación, por los eminentes servicios prestados entonces;
— Médico de la artillería volante, en 1857;
—Médico del Batallón Gendarmes de Lima, de 1857 á 1860;
— Médico del Hospital Militari de 1860 á 1866;
—Miembro de la Junta de Higiene militar, creada en setiembre de 1864, y que también se le llamaba Dirección General de hospitales militares;
—Médico del Cuerpo de infantería de Lima, 1866 á 1867;
—Concurrente al combate del "2 de Mayo", por cuya acción de armas se le otorgó, por el Gobierno del coronel Prado, medalla de oro, en 9 de febrero de 1867;
—Miembro del cuerpo sanitario en la campaña sobre Arequipa, en 1867; y en la campaña del Sur, en los Ángeles, en 1874; y
—Sub—jefe del Cuerpo Sanitario del Eiército de Reserva, durante la última guerra nacional, á partir del 7 de enero de 1881.
Recibió sus despachos: de Primer Cirujano Mayor, en 8 de abril de 1854; de Cirujano de 1° clase, en 30 de julio de 1855; y de Cirujano Mayor en 10 de abril de 1858.
Este último, como restitución ordenada por el Consejo de Ministros, de esa época.
En 28 de setiembre de 1872, y por renuncia del doctor Arosemena, fué nombrado médico de policía de Lima, en cuyo importante puesto permaneció, hasta enero de 1881, en que Lima fué ocupado por el ejército enemigo.
La Junta de Gobierno en 1886, lo restituyó en su antiguo empleo como médico de policía: cargo que desempeñó hasta su muerte.
Esta larga práctica en el servicio de la policía, permitió al doctor Villar convertirse en verdadero médico-legista: rama especial de la ciencia para la que siempre mostró especial dedicación. Su autorizada opinión, en esta materia, era siempre consultada con provecho. El Ilustre Colegio de Abogados ratificó esa competencia, inscribiendo al doctor Villar en el número de sus miembros honorarios, y nombrándolo redactor de su órgano de publicidad: "La Gaceta Judicial".
Durante 40 años no interrumpidos fué médico de los hospitales, pues habiendo sido designado como interino, para reemplazar al doctor Odriozola, en el Hospital de San Andrés, en 26 de abril de 1860, obtuvo en agosto del mismo año la propiedad del indicado empleo, el mismo que continuó desempeñando después, en el Hospital "2 de Mayo" hasta su muerte; salvo en la época de la ocupación enemiga, en que trasladó su servicio al Hospital de San Bartolomé, como ya hemos dicho.
Además fué médico del Lazareto durante la devastadora epidemia de fiebre amarilla que grasó en Lima en el año de 1868. Su abnegación sin límites y su gran talento clínico, eficazmente empleado en la asistencia de los epidemiados, obligaron la gratitud de la Sociedad de Beneficencia; la que se estereorizó en una medalla de oro que le fué acordada en 20 de octubre de 1868, y entregada en 23 de abril del siguiente año.
En 20 de febrero de 1868 fué nombrado en comisión junto con los doctores Dulanto y M. A. Olaechea, para reconocer los primeros casos de fiebre amarilla que se presentaron en el Callao, durante la gran epidemia de ese año.
En marzo de 1871, se le comisionó, en compañía de los doctores J. A. de los Ríos y Aurelio León, para averiguar las causas y origen de la fiebre de la Oroya, que apareció con motivo de los trabajos del Ferrocarril Trasandino y que causó tantas víctimas eu los operarios de esa atrevida obra.
En 6 de junio de 1868, siendo director de la Sociedad de Benificencia Pública, el recordado señor don Manuel Pardo, fué elegido miembro de la indicada corporación; habiendo desempeñado, durante el año de 1869 la inspección de la Maternidad.
Cesó en este honorífico cargo cuando el gobierno resolvió la incompatibilidad de socio de Beneficencia y de médico de Hospital, pues entonces prefirió servir á la humanidad doliente en su renombrado servicio hospitalario. Pero cuando por desempeñar el Decanato de la Facultad de Medicina, tuvo que regresar nuevamente á la Sociedad de Beneficencia, como miembro nato, salvó la incompatibilidad renunciando el sueldo que le correspondía como á médico del Hospital Dos de Mayo. El Dr. Villar sirvió, pues, gratuitamente ese puesto durante la época que fué Decano de la Facultad.
Fué vocal de la Junta Suprema de Sanidad, en dos épocas: primero en 1872; y, después, á partir de 1891 hasta su muerte.
Como Senador por el Departamento del Cuzco, concurrió á las legislaturas de 1876 y 1878; habiéndose encontrado presente en momentos en que se cometió el gran crimen del asesinato del ilustre estadista don Manuel Pardo.
El Dr. Villar fué miembro del Ateneo de Lima, de la Sociedad Geográfica de Lima, de la antigua Sociedad de Medicina y fundador de la Academia libre de Medicina, que después fué declarada Nacional, por ley de 2 de poviembre de 1888.
A la Sociedad de Medicina ingresó en 21 de mayo de 1857; habiendo sido sucesivamente secretario, vice-presidente y presidente de esa docta corporación. En las interesantes discusiones que, en diversas épocas se suscitaron en el seno de esa Sociedad, á cerca de muy importantes puntos de nuestra Medicina Nacional; el doctor Villar siempre dejó escuchar su elocuente y persuasiva palabra.
Muy conocida es la parte importante que corresponde al doctor Villar en la fundación y sostenimiento de la Academia de Medicina. Alargaríamos demasiado le presente artículo, si reseñáramos todo lo que ha hecho nuestro inolvidable maestro, en pró de esa sabia asociación. Baste decir, que en su casa se celebraron las sesiones preliminares; y que la.muerte lo ha sorprendido desempeñando la Presidencia, y cuando, después de conseguir el dinero necesario para la reedificación del "Observatorio Unánue", se ocupaba activamente en adquirir nuevo y vigoroso personal que impulsara los trabajos de la Academia.
Mucho queda que decir respecto á la vida científica del Dr. Villar.
Dejamos esta tarea al que se ocupe de hacer de un modo serio, la muy importante historia de nuestra Medicina Nacional.
Con lo dicho creemos haber cumplido con el deber contraído al esbozar, siquiera sea ligeramente, la biografía de nuestro sabio y venerado maestro, el inolvidable Dr. Leonardo Villar.
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La Crónica Médica, Año 17 N° 283. Lima, 15 de Octubre, 1900.
Saludos
Jonatan Saona
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