El más antiguo Inspector de Crucero.
Una antigüedad respetable y un servidor público que merece jubilarse
Hace más de seis años, que esta misma revista, dió a sus lectores una interesante y detallada información sobre "Los decanos de Lima" o sea aquellos personajes de cada profesión, oficio, empleo, actividad, en fin del diario vivir que tenía mayor númro de años en el ejercicio a que se había dedicado para vivir. Y recordamos con el número de la revista delante, a sus muchos y respetables hombres que, en nuestra gacetilla desfilaban.
Entre ellos, figura don Justo Infanzón, inspector de crucero, que es indudablemente el decano de los guardias de órden público en la capital, ejerce de inspector de crucero desde antes de 1866, ha tomado parte activa en la acción del Callao, de aquella época y luego fué actor también con honrosa participación en la batalla de San Juan y Miraflores en la negra época de la invasión chilena.
Su historia de hombre, es una sola: la historia del celador limeño. Tiene en su vida narraciones realmente interesantes que se remontan a la era de las conspiraciones contra Balta y los Gutiérrez. Tiene Infanzón el mérito de haber servido sin interrupción hasta la fecha y es una verdadera y clamorosa injusticia que este hombre, que ha asistido a todas las etapas de la vida nacional desde hace casi setenta años, no haya merecido hasta ahora ni un premio, ni una jubilación, ni un sueldo en su casa, ni un alivio para la dureza de su vida de proletario cuando tantos otros servidores del Estado, que ni expusieron su vida en las batallas, ni guardaron durante sesenta años, el órden, ni debelaron con su lealtad y entereza revoluciones dañinas al país, ni se preocuparon de otra cosa que de su propio bienestar, sean ahora los mimados del presupuesto, hayan alcanzado todos los honores у representen reliquias —claro que de guardarropia- que se presentan, por los que medran del engaño, sobre el tinglado político o social a la consideración de los niños y de los que sin investigar creen a pie juntillas lo que se les exhibe como valor real.
Don Justo Infanzón tiene pues sesenta y siete años de servicios y es preciso que la actual administración de Policía, estudie la forma de reparar la injusticia que representaría el tener a este hombre, a quien ni los años ni los achaques logran quitar de su puesto, dedicado aún como lo está, a las faenas, bastante duras por cierto, que el guardia civil tiene que desempeñar entre nosotros. Y tan mal remunerado que las desempeña. Entregamos estas líneas la consideración de la nueva y bien preparada Misión Española de Policía.
R. W. S.
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Revista "Variedades" Año XVII n° 718, Lima, 3 de diciembre de 1921.
Saludos
Jonatan Saona
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