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| Ejército peruano en la campaña de la Breña |
Relato peruano sobre Pucará
Hallábase reducido el ejército á los pequeños batallones Zepita, Tarapacá, Jauja, Huancayo, América y Tarma (1100 hombres), 90 artilleros y 60 soldados de caballería.
El 5 de Febrero (1882) sorprendió Canto en Pucará á la maltrecha fuerza peruana; y se trabó un combate en que después de cinco horas y media, fué rechazado. Cáceres en efecto, contuvo el empuje con 200 hombres del Zepita cubriendo la retirada del resto de sus tropas que ordenamente, a pesar de la lluvia de bombas arrojadas por la artillería enemiga, se posesionaron de Marcavalle dispuestas á aceptar batalla. En un camino de subida, aflojóse la cincha de su montura, y echando pié á tierra mientras la sujetaban, parapetado tras un arbol, hizo fuego asi como sus ayudantes y su escolta sobre el piquete de caballería que se hallaba á media cuadra de distancia y en caso de avanzar habríale seguramente cogido.
Ocasionó esa sorpresa la infidencia de un vecino de Huancayo á quién dejó el prudente guerrero un caballo de su uso para que oportunamente diera aviso de la aproximación de los chilenos.
Allí corrieron inminente riesgo la esposa y tres niñitas (1) del General. Hostilizada la señora por los chilenos cuando tuvieron éstos noticia de su activo y eficaz concurso en pró del jefe de la breña, había fugado de Lima para establecerse en Tarma de cuya ciudad salió acompañando al ejército á fin de evitar que los invasores la apresaran ó hiciesen víctimas, á ella y á sus hijas, de alguna tropelía.
Entre los militares de Chile, muchos reconocían, caballerescos los méritos de su adversario. De regreso á Jauja, dos jefes del Chacabuco y uno del Carabineros de Yungay, dijeron á un vecino neutral, ponderando aquel combate:
-Si el Moltke peruano que mandaba esas tropas hubiese dirigido cualquiera de las dos batallas libradas en San Juan y Miraflores, no habríamos entrado á Lima.
El mismo Canto dijo, refiriendo varios lances, al Dr. Giraldez Avellaneda:
-Es un jefe á quién se le puede quitar la gorra.
La fuerza rechazada en Pucará contramarchó a Huancayo en donde estableció la división chilena su cuartel general.
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(1) Hortensia, Zoila y Rosa Amelia. La primera es hoy esposa de D. Carlos Porras; la segunda, bajo el seudónimo de Evangelina, ocupa honroso puesto en el campo de las letras; y la tercera falleció en temprana edad.
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Seoane, Buenaventura y Seoane, Guillermo. "El Biógrafo Americano" Tomo I. Lima, 1903.
Saludos
Jonatan Saona
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