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3 de febrero de 2022

Daniel Rebolledo

Daniel Rebolledo Sepúlveda
Capitán Daniel Rebolledo Sepúlveda

En la primavera de 1848, en las inmediaciones de Panimávida y muy cerca de las márgenes del río Putagán, en el sencillo hogar de don Melchor Rebolledo y doña Teresa Sepúlveda, venía a la vida el día 5 de octubre, un niño que más tarde daría que hablar en Chile por una heroica y arriesgada hazaña.

Los padres eran campesinos, dedicados a las labores agrícolas, en esa región donde las parras y los árboles frutales cubren la campiña chilena, nutrida de los recuerdos de la Guerra de la Independencia y extrañas aventuras de guerrilleros y bandidos que tuvieron sus lares en sus montañas y bosques.

El pequeño Rebolledo Sepúlveda tomó contacto con las labores del agro desde su niñez, pero cuando estuvo en condiciones de ir a la escuela, sus padres lo enviaron a Villa Alegre al sur de San Javier de Loncomilla, junto a su tío don Pedro Rebolledo. Dos o tres años de aprendizaje le dieron las nociones de historia sagrada, de Chile, operaciones matemáticas, lectura y escritura, que le sirvieron para comenzar a ganarse la vida en actividades comerciales en la villa de Linares. Comerciando con toda clase de mercaderías y frutos del país, trabó conocimiento con personal militar estacionado en Linares y pronto sintió afición hacia esa carrera, que podía cambiar su vida. Así fue como, el 20 de agosto de 1873, obtuvo una contrata para servir como soldado en el Regimiento de Cazadores a Caballo, siendo destinado al 2° Escuadrón. 

Alto y de buena contextura física, educado en la ciudad al aire libre de Panimávida y jinete desde muy pequeño, no tardó en hacerse notar entre sus compañeros de escuadrón por su seriedad y disciplina; “el colorado Rebolledo”, como lo apodaban sus camaradas de armas, era apreciado entre sus superiores como un buen instructor de soldados. Hombre que sabía imponer la disciplina que en ese entonces, disponía la rígida Ordenanza, pronto consiguió ascender a Cabo 1°. Pero de acuerdo con los “enganches” de ese tiempo, el 20 de agosto de 1878, a los cinco años justos que entrara al servicio, debía abandonarlo por "Tiempo Cumplido” .

Sintiéndose desorientado lejos de las filas, Rebolledo solicitó a los dos meses de ser licenciado, una contratación en el Batallón de Infantería Buin N° 1 de Línea. Cambió su arma pero se sintió muy feliz en su nueva vida de infante, De inmediato tuvo que partir a la Frontera, para servir en la región de Collipulli, donde su unidad vigilaba la línea de Traiguén. La vida era dura y el servicio, una constante zozobra fíente a las incursiones de ios mapuches que asolaban los contornos, de manera que los soldados debían vivir con el arma al brazo para defenderse de las estratagemas usadas por los naturales en sus continuas “malocas'’ por los alrededores. Había comenzado de nuevo desde bajo y como soldado debía hacer méritos para obtener nuevamente su grado de Cabo; por fin las jinetas llegaron el 8 de abril de 1879, cuando hacía tres días que Chile había declarado la guerra al Perú y Bolivia. Pronto el Buin, elevado a la categoría de Regimiento, se embarcó rumbo a Antofagasta, donde bajo la dirección del General en Jefe Justo Arteaga y su Jefe de Estado Mayor, el Coronel Emilio Sotomayor, se pulía la instrucción de combate y se experimentaba la nueva modalidad que iba a emplearse en la campaña: la guerrilla. En Antofagasta, Rebolledo asistió al bombardeo realizado por el blindado peruano Huáscar y cuando éste terminó sus hazañas en Angamos, partió con el Buin en demanda de Pisagua, tomando parte en el desembarco, el 2 de noviembre de 1879.

Desde entonces se encontró presente en todas las actividades del Regimiento Buin: en el desembarco de Moquegua; en la Batalla de Tacna formando parte de la División de Reserva del Coronel Mauricio Muñoz; en Arica en la célebre toma del Morro y finalmente en la Campaña de Lima a fines de 1880.

Ascendido a Sargento 2°, el 12 de julio de 1880, le correspondió una brillante participación en Chorrillos y Miraflores.

Al amanecer del día 13, el General Baquedano atacó a los peruanos con las tres divisiones que componían su Ejercito, señalando a la II, la misión de forzar la línea enemiga por San Juan y romperla, envolviendo las casas de esta hacienda para caer sobre Chorrillos, en combinación con la I División. El movimiento de acercamiento a las defensas se inició a las 03.30 horas y dos horas y media más tarde, la Primera Brigada de la Segunda División, que mandaba el General Emilio Sotomayor, entró al fuego, atacando el formidable cordón de San Juan.. La resistencia peruana era verdaderamente grande y el combate producía enormes pérdidas a los chilenos, Cañones, ametralladoras y fusiles cubrían con sus balas todos los ángulos del difícil terreno y por momentos amenazaban paralizar todos los esfuerzos enemigos. Baquedano, observando la situación y lo difícil que sería aplastar tamaña resistencia, tuvo una idea inspiradora. Volviéndose a su Jefe de Estado Mayor, el General Marcos Maturana, ie ordenó ofrecer dos galones más al oficial y las insignias de Capitán al soldado que clavara la bandera en la cima de San Juan. La orden del General en Jefe circuló de inmediato entre las líneas y Rebolledo recogió la tremenda invitación a una página de gloria o una muerte segura. Cogiendo una bandera de la Compañía y colocándose al frente de sus hombres, los impulsó a la haza­ña. Todos se movieron hacia adelante y con ellos, todo el Regimiento, se lanzaron sobre las líneas peru anas. Cada oficial y soldado rivalizaba en alcanzar la línea de San Juan y en irresistible ataque los chilenos rompieron la resistencia. Entonces se vio a Rebolledo clavar en un fusil la insignia patria, para lograr el grado de Capitán que Baquedano había prometido. Los soldados de su Brigada, mandada por el Coronel Gana, habían contemplado cómo la atlética figura de Rebolledo trepó por la ladera frente a los soldados de su pelotón y alcanzó la cima, para dejar en ella flameando la bandera de Chile.

“El Regimiento Buin, marchando en primera línea, en orden disperso, trepó con increíble audacia y rapidez la eminencia dominante de aquel cordón (San Juan), del cual se apoderó a fuego y bayoneta, rompiendo por su centro la línea peruana que desde ese instante comenzó a flaquear visiblemente. Sin pérdida de momento, el Buin ejecutó con su derecha, un movimiento envolvente sobre la izquierda del enemigo y tomando de flanco y por retaguardia las zanjas que cubrían la primera abra de San Juan, barrió con los batallones peruanos allí parapetados...” (1).

“Allí fue donde el Sargento 2° (de la 3a. del 1°) Daniel Rebolledo plantó el primero la bandera chilena y donde el Cabo 1° (de la 2a. del 1°) Juan de Dios Jara le quitó al abanderado del Batallón peruano Ayacucho, número 4 el estandarte, con el cual huía.. (2).

Con la Batalla de Miraflores terminó la Campaña de Lima y Rebolledo, ascendido a Capitán por su hazaña en el campo de batalla, regresó a Chile, para recibir el reconocimiento ciudadano por la brillante acción desarrollada en el Monte de San Juan.

Luego de la licencia que se concedió a los que regresaron de la campaña, el 6 de abril de 1883, fue destinado a servir en Mulchén, en la región del BíoBío, plaza que había conocido durante su estadía en la región de Arauco antes de la Guerra. Allí asumió la Ayudantía del Batallón de Cívicos y en esta localidad conoció a una joven de ascendencia alemana, doña Carolina Paulina Klick, con la cual se unió en matrimonio, el 5 de mayo de 1885. De Mulchén fue destinado, el 25 de junio de 1886. a servir la Ayudantía del Escuadrón Sedentario de Santa Bárbara; el 26 de julio de 18SS el mismo cargo en el Regimiento Cívico de Copiapó y finalmente el 26 de septiembre del año siguiente, la Ayudantía de la Brigada Cívica de Temuco, donde permaneció hasta que fue dado de baja, después de la Guerra Civil de 1891.

En Temuco permaneció hasta el fin de sus días. Una mañana, el 22 de enero de 1908, a las 09.00 horas, una hidropesía terminó con la vida de este hombre que, veintisiete años antes, clavara, para orgullo de Chile y el Regimiento de Infantería Nü 1 Buin, la bandera de Chile en lo alto del Monte de San Juan. Sus restos reposan en el Cementerio de la ciudad de Temuco, donde aún viven sus descendientes.

Catorce días después de su fallecimiento, en “El Mercurio” de Santiago, apareció lo siguiente:
“Muchos se preguntarán —¿Quién fue ese Rebolledo? ¿Un héroe de novela? ¿Un aventurero?.. . ¿Qué hizo? ¿Cuál es su historia.
“No es raro.
“Las cosas de la Patria se han esfumado en el lejano horizonte y han caido envueltas en los pliegues del tiempo ¡los clarines callan; las vibraciones del patriotismo son apenas perceptibles. Otros afanes preocupan a los hombres; lo pasado... ya pasó.
“Efectos del mercantilismo ambiente.

“Por eso se ha ido calladamente, casi anónimo, el héroe de Chorrillos.
“Uno menos.
“Así se van los vivientes testimonios de esas tragedias heroicas del mar y de la arena que llenaron la fantasía de nuestra niñez.

“Así como reinó el silencio después del estrépito de combate, en el campo de Chorrillos, así también se hizo el olvido en torno del héroe hasta que pisó los umbrales del gran silencio.
“Hoy es demasiado tarde para reparar tamaño olvido; pero es tiempo aún para enseñar a los que vienen a conservar su memoria.
“Que la juventud no ignore quién fue el Sargento Rebolledo, acaso pueda sernos útil para más tarde” (3).

El Ejército ha reconocido sus méritos y ha dado el nombre patronímico de Daniel Rebolledo a su Escuela de Suboficiales. Así, los jóvenes que hoy se forman en sus aulas, saben que de las filas del Ejército, salió un hombre que, comenzando a correr sobre las arenas de la inhospitalaria pampa del sur de Lima, llevando en sus mangas las jinetas de Sargento y en su mano una bandera nacional, escaló la cima de la altura donde el enemigo estaba parapetado y fue a elevarla para señalar la victoria y bajar del Monte de San Juan, luciendo en sus hombros, el grado de Capitán.


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Estado Mayor General del Ejército. "Galería de hombres de armas de Chile" Tomo II. Santiago.

Saludos
Jonatan Saona

1 comentario:

  1. Solo quisiera saber más de la familia de este héroe. Si existiera algún contacto
    Mi correo electrónico
    ruth.klix@gmail.com

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