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12 de febrero de 2022

Adolfo Guerrero

Adolfo Guerrero
Adolfo Guerrero Vergara

Don Adolfo Guerrero Vergara tuvo la fortuna de nacer en familias de distinción social y de padres de relevantes merecimientos. Encontró, pués, desde sus primeros pasos en la vida, las consideraciones de la sociedad y, lo que vale más, ejemplos de virtud acrisolada en el seno del hogar.

Nació el señor Guerrero en la Serena, el 8 de Julio de 1853, donde su padre, el digno magistrado don Ramón Guerrero, ejercía á la sazón el cargo de Ministro de la Corte de Apelaciones; hizo sus  primeros estudios en el Seminario Conciliar; completó su educación en la Universidad, y se graduó de Abogado, muy joven aun, en 1873.

Amigo sincero de la verdad, servidor leal de la justicia, talento muy claro y penetrante, de gran conciencia en el estudio, criterio seguro y positivo; alma profundamente honrada, de impulsos siempre levantados; noble y generoso corazón; sinceramente modesto, sencillo en sus hábitos, de trato bondadoso y atrayente; prudentí­simo y extraordinariamente activo, el señor Guerrero, personalidad sobresaliente por las dotes de la inteligencia y del carácter, ha llegado á ser lina personalidad ilustre por el mérito de sus servicios al país.

El señor Guerrero fué llamado muy joven todavía á diversos cargos de la administración pública.

Sucesivamente desempeñó desde 1874 la Secretaría de la Caja del Crédito Hipoteicario, dirigida entonces por don Antonio Varas, y la Pro-Secretaría del Senado, para la cual fué elegido por esa Cámara en 1876.

El señor Guerrero ha consagrado á la instrucción esfuerzos reiterados, que exigencias superiores de otros servicios públicos han interrumpido. En 1875 fué nombrado Profesor de Filosofía del Instituto Nacional, y en 1877 Profesor suplente de Código Civil de la Universidad, de la cual salió para cooperar á la defensa nacional, y á la cual debía volver veinte afios después, en 1897; reingresó en esta fecha como Profesor en propiedad del mismo ramo, hasta 1900, en que su designación para un alto cargo de la magistratura judicial le obligó por segunda vez á abandonar la enseñanza. Tiene las más preciadas cualidades del maestro: amor al estudio, prestigio moral, carácter bondadoso, exposición lógica y transparente.

Á principios de 1879 el señor Guerrero había sido nombrado Secretario ad honorem de la Legación de Chile en Estados Unidos, cargo que no alcanzó á desempeñar; en aquella misma época se rompieron las hostilidades con la Alianza Perú-Boliviana; don José Francisco Vergara, ciudadano eminente por sus servicios y por sus cualidades, fué nombrado Secretario del General en Jefe. Vergara llamó inmediatamente al señor Guerrero al servicio del Ejército de operaciones y le confió diversos cargos civiles de importancia.

Fué primero Auditor de guerra, y luego Secretario del General en Jefe hasta 1880, en que regresó á Chile con una delicada comisión del servicio relacionada con el desarrollo de las operaciones militares. En Julio del mismo año, evacuado su cometido, volvía como Secretario al lado del señor Vergara, ya entonces Ministro de Guerra en campaña; desempeñaba la Jefatura Política de Tacna, y seguía pronto á nuestro Ejército en la expedición á Lima, cuyas glorias compartió así el señor Guerrero en unión con tantos otros distinguidos ciudadanos que, como don Eulogio Altamirano, don Isidoro Errázuriz, don Máximo Lira, se prestaron gratuitamente á todas las funciones civiles de la guerra del Pacífico.

Don Adolfo Guerrero continuó sirviendo al país en el territorio ocupado al extranjero aun después de concluida la guerra. En Junio de 1881 acompañó á Lima al General en Jefe don Patricio Lynch con el título de Auditor de guerra, pero en realidad como su asesor inmediato y colaborador general en la vasta labor de reconstituir los servicios civiles y judiciales del Perú y organizar los de su metrópoli.

El señor Guerrero regresó á Chile en 1882 con la satisfacción del ciudadano que todo lo ha sacrificado al patriotismo, la mayor pero también la más abnegada de las virtudes cívicas.

La vida pública de don Adolfo Guerrero se desarrolla desde 1882 en otro escenario, el de la política interior y exterior. Diputado al Congreso en los períodos de 1882 y 1886, fundador en 1886 y redactor de La Libertad Electoral hasta 1890, llevó al debate de los negocios públicos, en el Parlamento y en el diario que sostuvo con extraordinaria perseverancia, una rara energía de propósitos, rectitud y elevación de miras inquebrantables. Adquirió así, en tiempo relativamente corto, y señaladamente como periodista, una situación política considerable y una influencia efectiva en la marcha del gobierno y de la administración.

Como hombre de principios y como hombre de acción, el señor Guerrero es un espíritu igualmente equilibrado y vigoroso. Ha prestado al partido liberal servicios de alta importancia en muchas situaciones delicadas ó difíciles, sin que haya hecho nunca el sacrificio de sus ideas.

La Junta de Gobierno constituida en 1891, le nombró su Agente confidencial en la República Argentina y á fines del mismo año fué acreditado como Ministro Plenipotenciario.

En Diciembre de 1895 fué llamado desde la Legación de Buenos Ayres al Ministerio de Relaciones Exteriores, que desempeñó hasta el 18 de Septiembre de 1896, en que terminó la administración de Don Jorge Montt.

Desde esos cargos diplomáticos el señor Guerrero ha contribuido con laboriosidad infatigable, con circunspección y firmeza, y con feliz acierto á solucionar amistosa y convenientemente las dificultades á la sazón arduas y graves pendientes con el Gobierno del Plata. Su obra diplomática notablemente activa, útil y eficaz, fué por fin coronada con la constitución del arbitrage británico; y el señor Guerrero debió sentirse entonces contento como chileno y satisfecho en su legítimo orgullo de hombre de Estado.

Desde 1896 Don Adolfo Guerrero no ha reaparecido en la política militante. E1 Presidente Errázuriz le confió en Diciembre de 1900 la organización de un Ministerio de garantía electoral. El señor Guerrero, deseoso de prestar al país aquel nuevo servicio, pero cerciorado de que no era fácil hacerlo efectivo con las agrupaciones que en esa época formaban el Gobierno, declinó el encargo presidencial.

En Mayo de 1900 fué nombrado Defensor de Menores, cargo que actualmente desempeña con la consagración más escnipulosa y con vasta y sólida preparación jurídica.
El señor Guerrero, que ha ejercido en otras épocas su profesión de abogado, ha vuelto más activamente al foro desde 1896 con el éxito que merecen su ilustración, su integridad y sus poderosas facultades de trabajo.

Con razón y acaso con derecho el país puede esperar mucho todavía del hombre hábil y honorable, que joven aun se ha hecho acreedor á la estimación y al respeto de sus conciudadanos, como patriota y como maestro, como político y como magistrado, como periodista y como hombre de gobierno.

Movidos por sentimientos de simpatía y consideración respetuosa hacia este noble ciudadano y hábil servidor público, que en todas las épocas de su vida se ha hecho apreciar por las bondades de su corazón y la entereza y probidad de su carácter, nos ha parecido justo dedicarle estas páginas como tributo propio de la sincera imparcialidad que impera en esta obra, como que lleva el principal propósito de dejar bien establecidos los servicios prestados al país y las virtudes y méritos de sus hombres.


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Fuenzalida, Enrique Amador. "Galería Contemporánea de Hombres notables de Chile (1850-1901) Tomo I." Valparaiso, 1901.

Saludos
Jonatan Saona

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