A la avanzada de 92 años, y después de haber servido en las filas de nuestro Ejército desde 1838, ha fallecido en esta capital el benemérito coronel señor don Mariano Vargas Quintanilla, raro ejemplo de entereza espiritual y de vigor físico.
Fué coronel Vargas uno de aquellos hombres de los que se dice con razón que son "chapados á la antigua", no sólo porque perteneció al buen tiempo viejo, sino porque su educación y su temperamento se adecuaban a la manera de ser de las gentes de otros días.
Ya en 1839 el señor Vargas combatía, resultando vencedor en la batalla de Yungay, en que cayó la Confederación peru-boliviana. Asistió á la campaña de Bolivia, á la guerra con España en 1866 y á la guerra con Chile. Desde 1865 era coronel. Sabía lo que "son las balas".
Hasta el año último ejerció las altas funciones de vocal del Consejo de Oficiales Generales.
"La Crónica" pidió hace dos años aproximadamente que, como un homenaje á los largos años de servicios prestados á la Nación, se hiciera generales á los coroneles Pereyra y Vargas, que acaba de morir.
Ahora el Gobierno dispuso se tributase al ilustre extinto los honores correspondientes á la más alta clase militar. Algo de ironía ha tenido esta póstuma y solemne consagración. Además de sus méritos personales, de sus muchos servicios, el señor Vargas podía ostentar nobilisimos títulos, pues pertenecía á linajuda familia de esta capital.
¡Descanse en paz el venerable caballero, el pundonoroso veterano!
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Revista "Variedades". Lima, 1 de abril de 1916.
Saludos
Jonatan Saona
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