Manuel Pino Bedregal |
Magistrado y Héroe
-Enrique Cuentas Ormachea
La Guerra del Pacífico sirvió para que los peruanos dieran ejemplos admirables de amor por la patria y de sacrificio en grado heroico, junto a días de luto hubo lampos de gloria. Quienes se sacrificaron por la integridad patria hicieron del dolor una fuente de estoicismo de la que iba a renacer un alma nueva. Eso explica que cuando el enemigo se encontraba a las puertas de la capital del Perú, se aunaran civiles y militares, sin distinción de clases ni jerarquías, para formar un frente sólido en el afán de evitar que el enemigo la invadiera.
Entre los civiles que se enrolaron en momentos tan cruciales, en las filas del ejército patrio estuvo el Dr. Manuel Pino Bedregal. Nacido en Puno el 25 de diciembre de 1827, perdió a su padre, de igual nombre que el suyo, cuando frisaba en los 14 años, por lo que gran parte de los estudios secundarios que hizo en el Colegio San Carlos de Puno, contaron con el apoyo único de su madre, doña María Josefa Bedregal.
Sus estudios de Derecho los cursó en la Universidad del Gran Padre San Agustín de Arequipa, bajo la regencia del Dr. Juan Gualberto Valdivia, figura patricia de la república, y tuvo como compañeros de aula a Toribio Pacheco, José María Químper y Simeón Tejada que destacaron por el papel importantísimo que les tocó jugar en la vida política del país durante los años de 1864 a 1866. Se recibió de Doctor de Jurisprudencia en la misma Universidad, el 21 de junio de 1848 y de Abogado en 1851.
Vuelto a su tierra natal, colaboró decididamente con el Prefecto de Puno, General Alejandro Deustua, para la construcción del nuevo local del Colegio Nacional de San Carlos que se levantó en la Plaza de San Juan —hoy Parque Pino- y que ha servido de recinto para la educación de varias generaciones que dieron lustre a su tierra natal. En ese colegio desempeñó la cátedra de Filosofía, incorporándose luego al foro puneño donde se distinguió por su claro talento y probidad, lo que le valió ser designado para el cargo de Juez de Primera Instancia de Puno, el 8 de mayo de 1852. En mayo de 1854 se sublevaron en la ciudad de Juli, capital de la provincia de Chucuito, las fuerzas comandadas por el Coronel Loza, por lo que el Dr. Pino que ofreció sus servicios para debelar el movimiento, fue autorizado por la Comandancia General para comandar la Primera Columna integrada por los vecinos de Juli, y derrotó a los facciosos el 29 de mayo, en acción que la Comandancia calificó de abnegada y patriótica. Fue editor del periódico oficial El Puneño Libre, desde el 24 de febrero de 1854 hasta fines de 1856, desempeñando también la corresponsalía de varios periódicos de la capital y del extranjero. En 1855 fue nombrado Juez de Primera Instancia de Chucuito. En 1856, la Convención Nacional creó la Universidad de San Carlos de Puno y en 1858 designa como Vice Rector al Dr. Pino; posteriormente, un 1869, lo nombra Rector.
Fue elegido Diputado por Puno en 1858, y también desempeñó la representación en las legislaturas de 1862 y 1864, asumiendo en ambos períodos el cargo de Vice—Presidente y siendo uno de los notables opositores al Tratado Vivanco—Pareja. Fue miembro de la Comisión Permanente de la Cámara en 1864. Nombrado como Vocal Titular de la Corte Superior de Puno en 1863, desempeñó ese cargo hasta 1865 en que se jubiló, para ser designado como Vocal de la Corte Central en diciembre de 1865. En 1868 fue nombrado Prefecto de Puno y asumió el comando de las fuerzas enviadas para poner fin a los disturbios producidos en dicha ciudad. Intervino con su voluntad inquebrantable de servicio a su pueblo, en la formación del muelle de la bahía de Puno y en la construcción de los muelles del apostadero, que en parte aún subsisten.
Desempeñó con brillo las comisiones que le confirió el gobierno como miembro de la Comisión Mixta, para arreglar las reclamaciones de extranjeros en el Callao y fue también Comisionado del Perú en la Convención Arbitral Mixta que debía ventilar los reclamos de los ciudadanos norteamericanos. En 1870 y 1872 fue Director de la Beneficencia de Puno. Trasladado a la capital de la república, fue elegido por el Congreso de la Nación como uno de los siete vocales del Supremo Tribunal de Responsabilidades, que presidió por ser el Decano. Designado Consejero de Estado en 1880, cuando se había desatado ya la Guerra con Chile, el Dr. Manuel Pino Bedregal, pese a su avanzada edad no rehuyó el llamado de la patria.
Forjado en la escuela del deber y del amor a la nación, no sólo fueron el Foro o la Magistratura los campos donde se desenvolvió con sus luces, probidad y experiencia excepcionales, pues el 3 de diciembre de 1880, cuando el Dictador Piérola llamó a los Reservas del Ejército, el Dr. Manuel Pino, dejando la alta curul de Consejero de Estado y rechazando del grado de Coronel que le correspondía, se enroló como simple soldado raso en el Batallón No. 4 de la Reserva. Contaba en ese momento con 63 años de edad (*).
Fue precisamente desde el humilde pero no menos honroso puesto de soldado raso, que con abnegación y valor sin límites y más allá de las capacidades físicas propias de su edad, ofrendó su vida defendiendo el honor nacional en la batalla de Miraflores, el 15 de enero de 1881.
Su muerte le abrió las puertas del templo donde moran los héroes, y la patria escribió su nombre con letras de oro, en el gran libro donde están registrados los peruanos de todas las épocas que cayeron defendiendo la integridad y soberanía del Perú. Por todo esto, su pueblo natal le ha erigido un hermoso monumento en la plaza que lleva su nombre.
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(*) Las fuentes mencionan su avanzada edad, si al morir tenía 63 años, entonces habría nacido en 1818.
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Comisión Permanente de Historia del Ejército Peruano (CPHEP). "La Gesta de Lima". Lima, 1981.
Saludos
Jonatan Saona
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