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15 de mayo de 2020

Caballo de Suárez

El caballo blanco de Belisario Suárez
El caballo blanco de Belisario Suárez
En la revista El Perú Ilustrado, en su edición n° 215 del 20 de junio de 1891, apareció un grabado con su texto correspondiente:

"En la página 2328 encontrarán los lectores el retrato de un animal que ha merecido una página en los dos libros que se han publicado sobre la Historia de la guerra del Pacífico, uno por V. Mackenna y otro por el ilustrado Caivano: el caballo blanco que montaba en la batalla de Tarapacá el Jefe del Estado Mayor Coronel Suárez, hoy Ministro de.la Guerra. Este caballo blanco existe, y regó también con su sangre los distintos campos de batalla donde su dueño peleó, pues cuenta ocho heridas de bala.

No creemos oportuno extendernos más en las noticias relativas al noble animal, y, para los curiosos, nos referimos á las páginas 1042 y 44 del libro de Mackenna, y 299 de la Historia de la guerra de América del señor Caivano."

Revisando el libro "Historia de la Campaña de Tarapacá" de Benjamín Vicuña Mackenna, dice lo siguiente:
"Daban en los relojes, frecuentemente consultados por los oficiales, las siete de calurosa mañana; y una vez saciada aquella suprema necesidad, en los pozos de la vecina salitrera, comenzaron los aliados a tender su línea de batalla como si estuvieran en una revista.  El general Buendía estableció su cuartel general en las casas del Porvenir y el infatigable Suárez, sin dar descanso a su alma ni a su tradicional caballo blanco, iba de masa en masa formando la línea y arengando a los soldados.  Desde la altura le distinguían perfectamente con la vista natural...
No había por allí senderos practicables, pero los soldados, alentados generosamente por sus oficiales, trepaban los farellones a manera de gamos, apoyándose en su rifles.  El sendero era apenas practicable para marchar unos pocos a la desfilada.

El coronel Suárez, jefe de estado mayor, esta vez como en todas las precedentes, iba adelante, y su ágil caballo blanco encorvándose en la ladera para afianzar sus cascos y su avance, era el punto de mira de todo el ejército electrizado por el ejemplo.

Eran las diez de la mañana y la terrible batalla de Tarapacá, que fue propiamente una serie de batallas en un mismo campo santo, iba a comenzar junto con su indecible horror y su imponderable heroísmo."

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Saludos
Jonatan Saona

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