Ladislao Espinar dirigiendo el ataque hacia la batería de Salvo |
Ladislao Espinar en la batalla de San Francisco
Sobre el héroe peruano Ladislao Espinar, Vicuña Mackenna escribió: "Hubo un momento en el que los aliados arremetían contra la artillería chilena, al mando de José de la Cruz Salvo.
En este avance aliado, los conducía Espinar, y desde a caballo iba impávidamente señalando con la espada a los soldados los sitios y hasta las personas a quienes debían tirar. Cayó en ese momento el caballo del atrevido peruano atravesado por una bala de carabina; pero sacudiéndose el polvo del gabán y enjugándose el sudor del rostro, continuó escalando y esquivando las balas, gritando a los que le seguían:
---¡A los cañones! ¡A los cañones! voces que en el fragor de la batalla se oían distintamente.
... cuando una bala de revólver atravesó la ancha frente del bravo peruano que los guiaba ladera arriba, y quedó allí instantáneamente hecho cadáver."
En el diario "La Bolsa" de Arequipa de 19 de noviembre de 1894 sobre la batalla se puede leer:
"Aniversario. Quince años hace hoy el desastroso combate de San Francisco, en el que resaltó, grandiosa, la gallarda figura del comandante peruano Ladislao Espinar, primer jefe del Zepita en esa jornada."La Libertad Electoral", diario chileno, hablando de ese ilustre jefe decía:<Después del combate de San Francisco, el ejército chileno se descubrió con respeto en presencia del cadáver del heroico comandante Espinar, que sacrificó su vida al honor de su bandera, muriendo a veinte pasos de los cañones del comandante Salvo, hasta donde llegó sin miedo sobre un caballo blanco>.¿Qué mejor apoteósis puede hacerse en honor del héroe de la Patria?"
Vicuña Mackenna indica el destino de la espada "los pocos oficiales sobrevivientes de su batería, algunos de ellos cubiertos todavía de sangre, le presentaron en homenaje la espada del comandante Espinar recogida en el campo de batalla. Esa espada, que es un sable corvo de caballería con vaina de metal blanco, ha sido exhibido y se conserva en el hogar del mayor Salvo como una valiosa prenda de familia."
Clorinda Matto de Turner menciona que se pidió la devolución de la espada, pero esto fue negado: "El Mayor Salvo recogió la espada de Espinar; y esta fue pedida por el Obispo Taforó al ya Comandante Salvo, para mandarla a su familia; pero el Comandante Salvo se negó a la entrega diciendo:
"--Este es un trofeo de guerra demasiado valioso que quiero conserve mi patria. Lo guardará el Museo de Chile."
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Saludos
Jonatan Saona
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