Aurelio García y García |
(Texto tomado de "El Perú Ilustrado" Lima, 30 de junio de 1888)
Trazamos estas líneas bajo el peso de la más penosa impresión. -El Contra-Almirante don Aurelio García y García, cuyos servicios al país tan numerosos como de valía, no necesitan ser enunciados, cuya inteligencia, ilustración y actividad, le señalaban positiva influencia en nuestro porvenir, cuyo genio emprendedor le hiciera apartarse del escabroso sendero de la política para buscar en la industria nuevo y poderoso elemento de bienestar para sí y para una importante sección de la República; mejor dicho, para ella entera; muere de la manera más violenta é inesperada; cuando apenas, de regreso del extranjero, iba á dar comienzo á la gran explotación de los minerales de la Unión, llevando al sur de la República el trabajo, el movimiento y por consiguiente, la riqueza y la tranquilidad, á cuya sombra nace y crece el adelanto.
Para nosotros, repetimos, es en extremo penoso el deber que llenamos hoy. Cuando, en Mayo, hallándose en el extranjero el señor García y García, hicimos grabar su retrato, y cuando no hace un mes aún, reuníamos los datos necesarios para bosquejar los rasgos biográficos que debían acompañarlo, resolviendo publicarlos en el N° 62; estábamos lejos, muy lejos de suponer que ese retrato que para nosotros, y lo decimos con entera sinceridad, significaba una esperanza, un elemento valioso para nuestro país, tuviéramos que exhibirlo rodeado de negro marco, porque ya no es sino un recuerdo, una manifestación más de la fatalidad que pesa sobre el Perú, que uno por uno va perdiendo sus mejores hijos cuando su situación exige que todos sus buenos elementos se unan para llevarlo al carril que debe conducirlo al convalecimiento de sus males, cuyo término nuestra mirada angustiosa no logra vislumbrar todavía.
Por eso al enviar á la desolada familia del señor García y García la expresión de nuestro sincero pésame, formulamos también los votos más fervientes porque el destino, que parece ensañarse con nuestra desgraciada patria, quiera conservarle á aquellos de quienes tiene derecho para esperar que la ayudarán á levantarse más fuerte, más rica y más unida de la postrada situación en que se halla hoy.
En los apuntes que insertamos en la sección respectiva, señalamos lo más notable de la carrera pública del distinguido ciudadano de quien nos ocupamos, y creemos que esas lineas serán leídas por todos, con el respetuoso interés que debe inspirar cuanto se relacione con el que tiene derecho para que el duelo de su familia, sea también el duelo de la patria.
El Contra-Almirante D. Aurelio García y García
La estrechez de nuestras columnas, nos obliga, muy á nuestro pesar, á hacer por demás breves estos apuntes, en loa que hubiéramos deseado extendernos algo, pues en los treinta y cinco años de la carrera pública del señor García y García hay hechos importancia que debieran ser minuciosamente detallados; pero ya que ello no nos es posible, procuraremos no omitir la menor circunstancia, dejando las apreciaciones para cuando el tiempo permita juzgar con recta imparcialidad á quien como el señor Garcia y Garcia hizo valer sus nada comunes aptitudes, en tan distintos ramos y en tan diversas como difíciles situaciones por que ha atravesado el país.
El Contra Almirante D. Aurelio García y Garcia, nació en Lima, el año de 1880, en el seno de recomendabilísima familia.
Sus primeros estudios.hechos cerno correspondía a sus notables aptitudes y á la alta condición social de su familia, los terminó con éxito, continuando con igual ó mayor lucimiento el aprendizaje de Matemáticas y otros ramos de Instrucción media en el Convictorio de San Carlos.
El 6 de Abril de 1852, pasaba con la clase de Guardia Marina á la Escuela Naval Militar establecida entonces en esta ciudad, permaneciendo en ella hasta el 1° de Enero de 1853, en cuya fecha y con su misma clase de Guardia Marina, fué destinado por el Supremo Gobierno en la dotación de «la Mercedes» que mandaba el Capitán de Fragata D. Juan Noel. Haciendo frecuentes viajes en este buque y adquiriendo por consiguiente, práctica naval, estuvo hasta el mes de Agosto, siendo entonces trasladado á la «Amazonas", á ordenes del Capitán de Navío D. Domingo Valle-Riestra, en cuyo buque hizo pues, la campaña del sur con motivo del incidente con Bolivia.
Ascendido á Alférez de Fragata en 18 de Marzo de 1854, pocos meses después fué enviado por el Gobierno á Inglaterra para que formase parte de las dotaciones de los buques «Apurimac.» "Loa" y «Tumbes,» que se construían entonces en los astilleros del Támesis.
En Octubre de 1856 fué ascendido á Teniente 2.° y destinado en el «Ucayali.». En ese mismo año y con licencia del Gobierno, navegó en varios buques mercantes que comandó hasta 1862, (Noviembre 25) en cuya época se le encargó del mando del "Almirante Guisse," ascendiéndosele pocos días después, á la clase de Teniente 1.° y trasbordándosele en Enero del 63, al "General Lerzundi."
En Enero del año siguiente, el Gobierno le comisionó para dirijir en Londres la construcción de la fragata blindada "Independencia", la primera de su clase en nuestra encuadra. Llenó con éxito brillante su cometido, hasta Enero del 66, en cuya época, ya ascendido (31 de Mayo de 1865) á la clase de Capitán de Fragata efectivo, se le nombró Capitán de la "Independencia" próximo, como estaba ya el rompimiento con España, tuvo que tropezar con graves dificultades para salir de Londres, pues, se le quería embargar el buque. Logró al fin ponerse en marcha, paró con tanta precipitación, que zarpó sin montar la artillería, que recibió encajonada, así como los pertrechos, repuestos etc. viéndose obligado á arreglarlos en un puerto de Holanda, en el no Escalda. Zarpando á mediados de Febrero con rumbo al Pacífico, recaló primero en Brest, en donde se le unió el Huáscar, llevando siempre la derrota la ''Independencia".
En el viaje, apresó algunas embarcaciones españolas y en Junio de 1866, llegaba á Ancud (Chile) uniéndose ahí á la Escuadra aliada Perú-Chilena que mandaba el Vice-Almirante Blanco Encalada. En Valparaíso, y á consecuencia del incidente sucitado con motivo del nombramiento del Almirante Tucker, dejó el mando del buque, resultando plenamente absuelto por el Consejo de Guerra de Oficiales Generales al que fué sometido, junto con otros 32 Jefes y oficiales de la armada.
En Londres, antes de salir con la "Independencia," hizo decidir con su informe facultativo la compra de las corbetas "Unión" y "América," tratadas por nuestro ministro el señor Barreda.
En Marzo del 67 mandó el "Chalaco," cedido entonces á una compañía nacional para establecer el tráfico en toda la costa.
En Octubre del mismo año, fué encargado de recibir en Estados Unidos los monitores y trasportes comprados por el Supremo Gobierno, permaneciendo en el mando de ellos hasta Febrero del 68, en que fué relevado á causa del cambio de gobierno operado aquí.
Vuelto al Perú, estuvo en el Departamento marítimo del Callao hasta el 22 de Agosto del mismo año, en cuya fecha se encargó nuevamente del mando de la "Independencia."
El 27 de Junio de 1870 fué ascendido i á Capitán de Navío, la efectividad de cuya clase le confirió en Setiembre del mismo año, el Soberano Congreso á propuesta del Ejecutivo.
En Abril de 1872 el Gobierno lo relevó del mando de la "Independencia", por negarse á apoyar la imposición que hacía para las elecciones del próximo periodo presidencial.
En Julio del mismo año estalló el movimiento encabezado por el General Gutiérrez, de luctuosa memoria.
Entónces el Contra-Almirante D. Aurelio García y García, poniéndose de acuerdo con otros distinguidos Jefes y oficiales de la armada, hizo pronunciarse á la Escuadra en favor del orden legal, ¡representado por el ilustre ciudadano electo para la Presidencia, logrando salir del fondeadero á pesar de haber sido desarmada con antelación la escuadra, y de bailarse los buques bajo los fuegos de
las baterías del Callao, que esaba en poder de los adeptos á la Dictadura.
Inútil es decir las graves consecuencias que para ese motín tan injusto, produjo la conducta de nuestros marinos, quienes tuvieron la satisfacción de recibir después en la "Independencia," comandada por García, y García, al Presidente electo D. Manuel Pardo, que salvó entonces de ser victimado...
Constituido el régimen legal, el 12 de Agosto fué nombrado por tercera vez Comandante de la "Indpendencia" y poco después, Miembro de la Comisión Consultiva de Marina.
En 5 de Noviembre de dicho año, fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario del Perú cerca de los Imperios de la China y Japón, debiendo conservar el mando del buque para el mejor lleno de su importante cometido, la primera misión que enviaba nuestro país al Asia; pero circunstancias que no son del caso impidieron la salida del buque de cuyo mando se le relevó, dirigiéndose en seguida para Yedo, al cual puerto llegó en 27 de Febrero de 1873, desembarcando ese mismo día en Yokohama.
Allí fué objeto el señor García y García de muy especiales consideraciones de Mikado y de su Corte, logrando después de largas y difíciles nogociaciones, dar término feliz á su cometido. Los asuntos con el Japón fueron sometidos al arbitraje de S. M. el Emperador de Rusia y solucionados favorablemente á nosotros, el pabellón peruano, izado al tope en todos los fuertes de Kanagawa, en la
bahía de Yedo, fué saludado el 21 de Agosto de 1873 con 21 cañonazos, firmándose ese mismo día un tratado de paz, amistad, navegación y comercio entre Perú y el Japón.
Concluida su misión en el Japón, trasladó á la China, en donde después de once meses de residencia, y de haber vencido las dificultades que se pretendió oponer á su recepción oficial, recibiendo mientras, manifestaciones personales por demás honrosas de parte del Príncipe Kung, Regente del Imperio por la minoría del Emperador Toung- Chih; logró dar cima á sus negociaciones, arreglando todas las diferencias con ese Imperio, firmando un tratado, bajo la base de la nación más favorecida y una convención que arregló y normalizó para lo sucesivo la emigración de colonos asiáticos al Perú.
Al regreso de este viaje, en Egipto y en Roma, recibió especialísimas muestras de consideración de parte del Khedive y de S. S. Pío IX, que le concedió audiencia personal.
Vuelto al Perú, en Febrero de 1875, fué nombrado Ministro de Gobierno, en cual cargo ejerció hasta Agosto de 1876 en que concluyó el período presidencial de don Manuel Pardo, habiendo también desempeñado, durante dos meses, mientras la ausencia de don Aníbal V. de La Torre, la cartera de Relaciones Exteriores.
En esta época concibió la idea de una asociación de la prensa que tan profícuos resultados produjera en Europa. Sometió él la idea á los Directores de periódicos de Lima y Callao, obteniendo la unánime aprobación de todos.
En 1877 fué electo Alcalde Municipal de Lima.
En 1878, Senador por Ayacucho; habiendo sido á la vez nombrado y calificado Diputado por Tumbes, optó por el primer cargo.
Nombrado miembro de la Beneficencia de Lima, ejerció diferentes Inspecciones.
Durante la guerra con Chile sirvió en diversos puestos, en los cuales no pretenderemos seguirlo, por ser tan recientes los acontecimientos de esa época tan fatal para el Perú, época que nos ha traído á un situación llena de escollos que atravezamos. Y no es sin intención que nos abstenemos de ocuparnos de este período de la vida de nuestro notable compatriota. En él, le cupo desempeñar misiones de suma entidad cerca de don Nicolás de Piérola, con quien marchó al interior de la República, después de los terribles desastres de San Juan y Miraflores, con el carácter de Secretario General. Aún no es posible pronunciar un juicio imparcial sobre los sucesos que se desarrollaron hasta consumarse nuestra derrota; correspondiendo, como hemos dicho varias veces, tan delicada labor á quienes después de nosotros, escriban la Historia del Perú.
El señor García y García, por los diferentes y elevados puestos que ocupó entonces, tuvo participación en la mayor parte de los sucesos realizados, hasta que en Noviembre de 1881, dejó el mando de la República el doctor Piérola.
Entonces, para ponerse á salvo de las persecuciones de que fué objeto por parte de los chilenos, se dirijió á Europa, en donde, pudo valerse de las acreditadas columnas de "El Times" de Londres, é hizo conocer la conducta de nuestros enemigos, variando así la opinión de la prensa y público europeos que habían juzgado la cuestión bebiendo sólo en fuentes chilenas. Importantísimo fué pues, el servicio prestado al país por el señor García y García.
Firmada la paz con Chile, el Gobierno del señor General Iglesias, le confirió la representación del Perú cerca de la Santa Sede y de S. M. la Reina de Inglaterra, mereciendo de esta ilustre soberana el insigne y no común honor de ser admitido en audiencia personal, para presentar su carta de retiro, cuando quedó á cargo sólo de la Legación en Roma.
Establecido el Concejo de Ministros encargado del Poder Ejecutivo le fué admitida su renuncia, y volvió poco después al país, nombrándosele para algunos cargos y comisiones consultivas y ahora poco, miembro de la Sociedad Geográfica.
En el último viaje que hizo á Europa, logró evidenciar la verdadera situación del país y poner de manifiesto una vez más las ingentes riquezas de su privilegiado suelo, consiguiendo vencer las dificultades que para entablar negocios aquí tenía que ofrecer nuestra poca firmeza, desgraciadamente demostrada en algunas ocasiones y constituir una fuerte Compañía para explotar las ricas minas de la «Unión», la cual le confirió la gerencia de sus negocios en el Perú. Este sólo hecho basta para poner de manifiesto la justísima reputación que supo conquistarse el señor García y García no sólo en su país sino en el extranjero, á donde no pueden llegar ni valer en uno ú otro sentido, las influencias políticas ó de otro género, sino los propios merecimientos.
Pocos días hacía que, de regreso de Europa, había marchado al interior con el personal facultativo y los elementos precisos para principiar los grandes trabajos de la explotación, cuando la terrible enfermedad que contrajo en Quilca lo lleva al sepulcro, privando al país de uno de sus mejores hijos.
Hemos seguido á grandes rasgos al señor García y García en su carrera de marino, de alto funcionario público, de diplomático hábil y respetado, y sólo nos resta hablar del hombre ilustrado y erudito que ha enriquecido la bibliografía nacional con obras de innegable mérito.
En 1863 escribió y publicó el notable libro titulado Derrotero de la costa del Perú, primero de su género que vio la luz en el país y que le valió calurosas felicitaciones en el extranjero y en su patria, el nombramiento de miembro de varias sociedades científicas y el título de Gran Dignatario de la orden de la Rosa del Brasil.
En 1866, y bajo el título de Apuntamientos sobre la fragata blindada Independencia, publicó otro libro por demás importante, lleno de noticias de gran exactitud é interés.
En Noviembre de 1870, dio á luz la segunda edición del «Derrotero de la costa del Perú», publicando también la traducción de la «Táctica Naval de las Escuadras á Vapor.»
Además de estas obras de aliento, ha publicado numerosos folletos, artículos, informes, memorias, etc., revelando en todos ellos su inteligencia vasta y bien cultivada.
La rápida y pálida relación que acabamos de hacer, si no es suficiente para poner de manifiesto lo que fué el digno ciudadano cuya prematura muerte no sabremos deplorar bastante, basta por lo menos para que se tenga idea de lo que había motivo para esperar de quien probó ser tan útil en la guerra, como en las labores de la paz.
¡Que la tierra le sea ligera al distinguido marino y que sus compatriotas sepan hacerle hoy y más tarde, toda la justicia que merece!
***********************
Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 60, Lima, 30 de junio de 1888.
Saludos
Jonatan Saona
Texto e imagen tomados de "El Perú Ilustrado" núm 60, Lima, 30 de junio de 1888.
Saludos
Jonatan Saona
No hay comentarios.:
Publicar un comentario